Marte sobre ruedas
La NASA tard¨® cinco a?os en elegir el destino del 'Curiosity¡¯ En el cr¨¢ter Gale hay minerales que pueden haberse formado con agua El laboratorio rodante los analizar¨¢ en las pr¨®ximas semanas
Un mundo m¨¢s peque?o que la Tierra, m¨¢s fr¨ªo, des¨¦rtico, ventoso, extremo, ni tan muerto como Mercurio o la Luna, ni tan activo como la Tierra, con agua helada en el casquete polar Sur, con poca atm¨®sfera, con el Monte Olimpo de 26 kil¨®metros de altura, con dos lunas... y muchos sue?os. Marte. Acaba de llegar el Curiosity, el nuevo veh¨ªculo de exploraci¨®n rob¨®tica del planeta vecino, la Tierra, tras un largo viaje y un aterrizaje de v¨¦rtigo, pero perfecto. ?Y ahora qu¨¦? ?Por d¨®nde empezar¨¢ su labor este laboratorio tan avanzado? La semana pr¨®xima tal vez empiece a rodar por el planeta rojo.
El Curiosity, el lunes pasado, con una precisi¨®n que puede parecer imposible para los profanos (ha acertado en su diana en el suelo de Marte por pocos centenares de metros tras recorrer 567 millones de kil¨®metros y con solo cuatro correcciones de rumbo), est¨¢ en el suelo del cr¨¢ter Gale (a 4,6 grados de latitud Sur y 137 grados Este), a unos cinco kil¨®metros de la base del monte Sharp y a unos 12 del punto donde los cient¨ªficos quieren que empiece a leer el libro de historia geol¨®gica del planeta expuesto en sus rocas.
El monte Sharp puede ofrecer una amplia secuencia de estratos
Cinco a?os tard¨® la NASA, en colaboraci¨®n con 150 cient¨ªficos especialistas de Marte, en decidir el destino del nuevo robot. Valoraron unos 60 sitios y seleccionaron cuatro finalistas, en 2008, que fueron estudiados a fondo para tomar la decisi¨®n, que seguramente se han convertido en los lugares mejor conocidos de todo el planeta rojo. ¡°Los cuatro sitios hab¨ªan recibido el visto bueno de los ingenieros como lugares seguros de aterrizaje para el veh¨ªculo¡±, puntualizan los expertos del Jet Propulsion Laboratory (JPL, en California), as¨ª que la elecci¨®n fue puramente cient¨ªfica.
El suelo del cr¨¢ter Gale, de unos 154 kil¨®metros de di¨¢metro y con un borde que alcanza los dos kil¨®metros de altura, es un terreno bajo y tal vez contuvo agua en el pasado. Las observaciones desde los sat¨¦lites indican que hay arcillas y sulfatos, as¨ª como dep¨®sitos que pudieron formarse asociados a agua l¨ªquida. Tambi¨¦n se aprecian rasgos geol¨®gicos que pueden ser materiales arrastrados por agua. El Curiosity realizar¨¢ numerosos an¨¢lisis qu¨ªmicos y est¨¢ capacitado para identificar compuestos org¨¢nicos.
Las laderas de la base del Sharp son atractivas porque all¨ª la estratificaci¨®n es una secuencia cronol¨®gica de dep¨®sitos geol¨®gicos con las claves de c¨®mo era Marte a medida que se formaba cada capa. ¡°El Sharp puede ofrecer una de las secuencias continuas de estratos m¨¢s amplia del Sistema Solar¡±, explican los cient¨ªficos de la NASA.
Tal vez en el pasado no fue tan inh¨®spito e incluso alberg¨® vida microbiana
No es que el Curiosity pueda escalar al monte Sharp, que se eleva unos cinco kil¨®metros sobre el suelo del cr¨¢ter, pero s¨ª puede abordar algunas zonas de la base. Por algo es un todoterreno.
El objetivo de la misi¨®n es averiguar si en alg¨²n momento ese planeta fue adecuado para la vida. Las pistas imprescindibles para ello son agua l¨ªquida, ingredientes qu¨ªmicos y fuentes de energ¨ªa. La superficie de Marte ahora es un lugar seco, fr¨ªo (se estima en unos 90 grados bajo cero la temperatura del lugar donde ha aterrizado el Curiosity) y sometido a alta radiaci¨®n ultravioleta al tener una atm¨®sfera tan tenue que apenas sirve de protecci¨®n. Pero tal vez en el pasado no fue tan inh¨®spito e incluso no se puede descartar totalmente que alguna forma microbiana pudiera sobrevivir en el presente en el subsuelo, si hubiera agua y bajo una capa de terreno como escudo contra la radiaci¨®n.
Pero el Curiosity no va a buscar marcianos, sino a ver si pudieron existir y, en todo caso, a comenzar a allanar el camino para ir a buscar vida all¨ª en otras misiones futuras. El cr¨¢ter Gale, dicen los cient¨ªficos, es un buen sitio para investigar.
Adem¨¢s, con vida o sin ella, hay premio seguro en forma de investigaci¨®n del clima, los minerales y la geolog¨ªa. La comparaci¨®n cient¨ªfica entre el pasado de la Tierra y el de Marte es ¨²til para conocer mejor el primero. ¡°La historia de los cambios medioambientales en un mundo similar a la Tierra pero que no tuviera vida ser¨ªa valioso para comprender la interacci¨®n precisamente entre la vida y el entorno en la Tierra¡±, se?ala la NASA.
Los responsables del Curiosity no han dicho a¨²n cu¨¢ndo se dirigir¨¢ el robot hacia la base del Sharp y han advertido que en la ruta puede haber tramos dif¨ªciles como dunas de arena o fracturas del terreno.
Ni siquiera han dado una fecha para que las ruedas del veh¨ªculo empiecen a rodar por Marte, pero puede ser dentro de pocos d¨ªas. Antes, los ingenieros tienen que completar la fase, que empez¨® inmediatamente tras el aterrizaje, de activaci¨®n y verificaci¨®n de los sistemas e instrumentos cient¨ªficos. Ayer mismo comenzaron la imprescindible operaci¨®n de enviarle al ordenador principal y al de reserva el software de operaci¨®n en el suelo de Marte, incluido el necesario para manejo del brazo articulado y de la perforadora que lleva, as¨ª como el de las c¨¢maras con las que podr¨¢ identificar obst¨¢culos durante la marcha. La transferencia de software se completar¨¢ ma?ana lunes.
¡°Un tel¨¦fono m¨®vil tiene m¨¢s velocidad y capacidad de almacenamiento de datos que el Curiosity, pero un m¨®vil no puede viajar a Marte¡±, dijo el viernes pasado Ben Cichy, ingeniero jefe de software de la misi¨®n. Pero los expertos compensan las bajas prestaciones inform¨¢ticas del hardware al irle cambiando el software en las diferentes fases de la misi¨®n.
Con un programa de trabajo apretado tambi¨¦n las espectaculares im¨¢genes que todo el mundo espera se est¨¢n haciendo de rogar. Pero no hay prisa: el Curiosity est¨¢ preparado para explorar Marte durante al menos dos a?os terrestres. Si todo funciona tan bien como durante esta primera semana en el suelo del planeta rojo, el laboratorio rodante familiarizar¨¢ a los terr¨ªcolas con el cr¨¢ter Gale y empezar¨¢ a dar mucho que hablar dentro de poco.
De visita por el vecindario solar
De los ocho planetas del Sistema Solar, excluyendo la Tierra, Marte concentra los esfuerzos de exploraci¨®n, con cinco misiones en funcionamiento. Del resto del vecindario, ni siquiera todos los planetas tienen ahora mismo un artefacto terr¨ªcola dedicado a estudiarlo.
En Mercurio est¨¢ en ¨®rbita la sonda Messenger de la NASA; en Venus, la Venus Express, de la Agencia Europea del Espacio (ESA); hacia J¨²piter viaja en estos momentos la Juno, y en Saturno est¨¢ trabajando desde 2004 la Cassini estadounidense. Hay que destacar que en la primera fase de esa misi¨®n, en 2005, descendi¨® hasta la superficie de la luna Tit¨¢n del planeta de los anillos, con ¨¦xito total, la sonda Huygens, de la ESA. Fue una gran haza?a, y sigue siendo el lugar m¨¢s alejado en el que se ha conseguido poner en el suelo un artefacto terr¨ªcola.
Hacia Urano y Neptuno ni vuela ahora ninguna sonda, ni se est¨¢ preparando; tampoco se ha hecho nunca una misi¨®n espec¨ªfica en ellos. Sin embargo, el antiguo planeta Plut¨®n, ahora planetoide, s¨ª recibir¨¢ visita: el New Horizon de la NASA, que va en camino y se pondr¨¢ en ¨®rbita all¨ª en 2015.
M¨¢s lejos a¨²n, en los confines del Sistema Solar, est¨¢n ya las hist¨®ricas Voyager 1 y Voyager 2, que partieron en 1977 y cumplieron el llamado Grand Tour por los planetas exteriores, acerc¨¢ndose a J¨²piter, Saturno, Urano y Neptuno.
Aparte de los planetas, hay sondas camino de asteroides y cometas, mereciendo una menci¨®n especial la muy compleja Rosetta, de la ESA, que llegar¨¢ al cometa Churyumov-Gerasimenko en 2014. La Luna, con el inter¨¦s renovado de la ¨²ltima d¨¦cada, ha estado y est¨¢ recibiendo visitas de EE UU, Europa, China, India y Jap¨®n.
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