El planeta rojo visto por las naves
La exploraci¨®n a Marte ha dado pasos de gigante en la ¨²ltima d¨¦cada. A¨²n queda mucho por descubrir
En la ¨²ltima d¨¦cada, la exploraci¨®n de Marte con sondas espaciales ha dado pasos de gigante en comparaci¨®n con las misiones pioneras de los a?os sesenta y setenta, sin quitarle ning¨²n m¨¦rito a estas ¨²ltimas, y hemos dado un salto cualitativo en el conocimiento del planeta vecino. Pero cada misi¨®n que ha funcionado all¨ª, desde hace medio siglo, ha aportado algo. Y nuestros planes son los de continuar la exploraci¨®n, porque nos queda mucho por descubrir.
Las misiones estadounidenses Mariner 4, 6 y 7, lanzadas a mediados de los a?os sesenta, nos proporcionaron una imagen de Marte muy parecida a la Luna al fotografiar ¨²nicamente los terrenos antiguos repletos de cr¨¢teres del hemisferio sur. Mariner 9, ya a principios de los a?os setenta, dio un gran paso adelante al ser la primera misi¨®n que proporcion¨® una vista global del planeta, fotografiando toda su superficie, aunque con baja resoluci¨®n.
El siguiente paso de gigante lo dieron las misiones Viking 1 y 2, a mediados de los a?os setenta. Adem¨¢s de proporcionarnos inestimables datos sobre la atm¨®sfera y el clima de Marte, nos permitieron estudiar la superficie del planeta rojo con gran detalle. Sin embargo, el objetivo fundamental de las sondas Viking, que se posaron en Marte, fue la b¨²squeda de vida en su superficie. Pero ninguno de los tres experimentos dedicados a este fin pudieron demostrar su existencia. M¨¢s bien detectaron una qu¨ªmica un tanto ex¨®tica comparada con la de Tierra, poco propicia a albergar vida, ya que la fuerte radiaci¨®n ultravioleta del Sol impide que la vida se mantenga en la superficie de Marte, aunque s¨ª se pudo refugiar en el subsuelo del planeta en caso de llegar a surgir.
Despu¨¦s de las Viking pasaron 20 a?os antes de volver a Marte, lo que oblig¨® a los cient¨ªficos a sacarle partido, mientras tanto, a todos los datos conseguidos hasta entonces. El regreso se produjo a mediados de los a?os noventa con el rover de la misi¨®n Pathfinder, que, aunque de peque?o tama?o, tuvo el m¨¦rito de estudiar las rocas y el suelo marciano, as¨ª como de proporcionar datos sobre la meteorolog¨ªa del lugar de aterrizaje.
Nuestro plan es continuar la exploraci¨®n, porque queda a¨²n mucho por descubrir
Pathfinder y el sat¨¦lite Mars Global Surveyor (MGS) lanzados el mismo a?o por la NASA, iniciaron el retorno a Marte y el comienzo de la exploraci¨®n moderna. Ya a principios del nuevo siglo, la misi¨®n Mars Odyssey primero, revelando importantes datos sobre el papel del agua en la historia de Marte, seguida de los rover Spirit y Opportunity (Mars Exploration Rovers, MER), as¨ª como de otro sat¨¦lite lanzado por un nuevo contrincante en la exploraci¨®n del planeta (Mars Express, de la Agencia Europea del Espacio) y del sat¨¦lite de la NASA Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) poco despu¨¦s, dieron todas juntas el siguiente paso de gigante en nuestro conocimiento cient¨ªfico. El Spirit y el Opportunity, como buenos ge¨®logos de campo, nos han permitido descubrir la geolog¨ªa de Marte como si estuvi¨¦ramos all¨ª mismo. Hemos visto minerales del tama?o y aspecto de moras azules y estratificaciones que indican el papel primordial que el agua liquida ha jugado en la historia de Marte.
Estas estratificaciones, as¨ª como numerosas estructuras sorprendentes, han podido verse con un detalle exquisito por primera vez gracias a las im¨¢genes enviadas por el MRO.
Por su parte, Mars Express (MEX), con su extensa gama de instrumentos, ha cambiado nuestro conocimiento global de Marte al proporcionar datos novedosos en todos los campos. La c¨¢mara de alta resoluci¨®n ha proporcionado vistas fabulosas de todo el planeta en tres dimensiones y en colores; en particular, ha permitido demostrar que el vulcanismo marciano, que ha sido mucho m¨¢s activo en ¨¦pocas pasadas, puede haber continuado hasta tiempos muy recientes, tal vez incluso hasta la actualidad.
Uno de los espectr¨®metros de a bordo ha identificado minerales en la superficie que permiten averiguar la cantidad de agua liquida durante la historia de Marte, as¨ª como la variabilidad de su clima, con ¨¦pocas c¨¢lidas y h¨²medas y otras fr¨ªas y secas. Con otros espectr¨®metros se ha podido confirmar la cantidad de metano en la atm¨®sfera, as¨ª como su distribuci¨®n geogr¨¢fica y temporal. Tambi¨¦n han permitido descubrir la existencia de auroras en las zonas de medianas latitudes (en la Tierra solo ocurren en las regiones polares).
Otros instrumentos han contribuido a determinar la masa de Fobos, la mayor luna de Marte, con enorme precisi¨®n. Nubes de di¨®xido de carbono han sido descubiertas a gran altura y tambi¨¦n se ha podido estudiar el escape continuo al espacio de la atm¨®sfera de Marte, as¨ª como su resplandor nocturno.
Con 'Spirit' y 'Opportunity' exploramos la geolog¨ªa marciana como si estuvi¨¦ramos all¨ª mismo
Tras su espectacular aterrizaje, el Curiosity se pondr¨¢ a trabajar en los pr¨®ximos d¨ªas y, con toda seguridad, nos proporcionar¨¢ otro salto de gigante en nuestro conocimiento sobre ese planeta a lo largo de los pr¨®ximos a?os. Sus objetivos principales son estudiar la historia geol¨®gica y clim¨¢tica de Marte mediante an¨¢lisis de rocas y part¨ªculas en la superficie del planeta, con el fin de establecer cu¨¢les fueron las condiciones favorables para la aparici¨®n y evoluci¨®n de la vida en Marte.
Las cuestiones fundamentales que todav¨ªa nos quedar¨¢n por descubrir ser¨¢n investigadas por sondas de diferentes pa¨ªses. Estas son el origen y comportamiento del metano existente en grandes cantidades en la atm¨®sfera de Marte (futura misi¨®n Trace Gas Orbiter), y la posible existencia de vida debajo de la superficie de Marte durante su historia geol¨®gica (ExoMars Rover). Ambas misiones, de colaboraci¨®n entre Europa y Rusia, est¨¢n previstas para finales de esta d¨¦cada. Para la siguiente, tanto la NASA como la ESA tienen la ambici¨®n de investigar otros campos a¨²n por descubrir en la exploraci¨®n Marte, es decir, el interior del planeta y la circulaci¨®n atmosf¨¦rica, con una red de estaciones en la superficie (Mars Network), a la que tal vez se sumar¨ªan China, Jap¨®n, Rusia e India.
Por ¨²ltimo, llegar¨ªa la recogida de muestras de la superficie de Marte y su tra¨ªda a la Tierra (Mars Sample Return, MSR) para ser analizadas en laboratorios terrestres.
M¨¢s que proporcionar un aumento gradual de nuestro conocimiento sobre Marte, parece que la exploraci¨®n ha sido un poco a trompicones, mejorando de una misi¨®n a la otra, pero sobre todo dando un paso de gigante cada vez que se utilizaba una nueva clase de misiones, como ahora con Curiosity. Toda esta carrera por etapas permitir¨ªa a futuras generaciones decidir si dan el ¨²ltimo paso en la exploraci¨®n de Marte, es decir, el env¨ªo de vuelos tripulados con astronautas de diversos pa¨ªses, as¨ª como establecer una base permanente all¨ª. Marte es el ¨²nico planeta de nuestro Sistema Solar que permanecer¨¢ al alcance de nuestra civilizaci¨®n humana para ser explorado y utilizar sus recursos en el futuro. Los dem¨¢s planetas ser¨¢n inalcanzables durante muchos siglos debido a las condiciones inh¨®spitas del espacio y la fragilidad de la vida humana.
*Agust¨ªn F. Chicarro es el Investigador Principal de la exploraci¨®n de Marte en la ESA.
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