Volver a casa con un mal souvenir
Las enfermedades tropicales pueden ser un p¨¦simo fin de verano. Tardan en manifestarse, pero la mayor¨ªa se pueden de prevenir
Macrina Camps regres¨® de su viaje a Camer¨²n, en 2006, con telas africanas y m¨¢scaras t¨ªpicas en la maleta. Tambi¨¦n con otro recuerdo: la malaria que contrajo cuando trabajaba en la construcci¨®n de un hospital en las afueras de Yaund¨¦, la capital de Camer¨²n. Puesto que iba a realizar una larga estancia en un pa¨ªs tropical, el m¨¦dico le hab¨ªa prescrito peque?as dosis de doxiciclina antes de viajar, como tratamiento preventivo.
A pesar de todo, se contagi¨® de la enfermedad a los dos meses de estancia en el pa¨ªs africano. "En dos semanas adelgac¨¦ much¨ªsimo, notaba que me consum¨ªa", explica. "Despu¨¦s, vino una fiebre que sube a lo bestia. En pocos minutos te pones a 40? C de temperatura, y bajas a 37? C tambi¨¦n muy r¨¢pido. Adem¨¢s tuve alucinaciones, mareos¡", recuerda. Aunque pas¨® una semana en cama con estos s¨ªntomas, para Camps lo peor fue la lenta recuperaci¨®n, que le provoc¨® una anemia de mes y medio. ¡°Me costaba un horror llegar a la vuelta de la esquina. Fue mucho peor que la enfermedad en s¨ª¡±, asegura.
Camps tuvo mala suerte, porque aun habiendo hecho el tratamiento preventivo contrajo la enfermedad. Desde el Ministerio de Sanidad explican que los viajeros est¨¢n, como ella, cada vez m¨¢s concienciados de la importancia de vacunarse y prevenir antes de hacer las maletas. En todo caso, ?scar Gonz¨¢lez, subdirector general de Sanidad Exterior, reconoce que a¨²n hay quienes conocen los riesgos a los que se exponen y, sin embargo, no consultan a un m¨¦dico. O lo hacen "a ¨²ltima hora", cuando se enteran de los requisitos sanitarios del destino. ¡°No todos hacen caso¡±, sostiene.
Las cifras dan cuenta de que cada vez m¨¢s viajeros espa?oles consultan a un sanitario antes de adquirir un nuevo sello en el pasaporte: prefieren el pinchazo al riesgo de caer enfermos. Datos de Sanidad revelan que en 2011 aument¨® en un 8,7% el n¨²mero de vacunas administradas respecto del a?o anterior. Los 84 centros de vacunaci¨®n internacional que existen en el pa¨ªs atendieron a 212.081 viajeros el a?o pasado, un 11% m¨¢s que en 2010.
Lo que el viajero debe saber
Si visita zonas tropicales, se recomienda pedir cita con el m¨¦dico con dos meses de antelaci¨®n.
Seg¨²n el destino, es recomendable llevar consigo repelente de mosquitos, que trasmiten gran cantidad de enfermedades infecciosas. Por este motivo, es muy importante vestir ropa hecha de fibras naturales (algod¨®n, lino, ect), de manga larga y calzado cerrado.
Un dato ¨²til es conocer la cobertura del sistema local de asistencia sanitaria. En la mayor¨ªa de los destinos, se sugiere contratar un seguro que cubra la asistencia m¨¦dica en aquel pa¨ªs y la repatriaci¨®n caso de enfermedad o fallecimiento.
En muchos pa¨ªses, el agua del grifo no es potable. Es recomendable beber agua embotellada y evitar el hielo. La comida debe estar cocinada y servirse caliente. No se debe comer verduras o ensaladas lavadas o fruta sin pelar.
Se recomienda tambi¨¦n llevar un peque?o botiqu¨ªn analg¨¦sico, antihistam¨ªnicos y, en caso de ser zona mal¨¢rica, medicaci¨®n preventiva (quimioprofilaxis).
Las zonas de gran altitud pueden ser peligrosas para personas con afecciones card¨ªacas y pulmonares. En este caso, es imprescindible consultar al m¨¦dico.
Incluso con las vacunas al d¨ªa, hay quienes, seg¨²n Gonz¨¢lez, vuelven a Espa?a con enfermedades tropicales, tal como le pas¨® a Camps. Gonz¨¢lez prefiere llamarlas "patolog¨ªas del viajero" y van desde la habitual y desagradable diarrea hasta casos puntuales de malaria. Asegura que las personas que padecen esta dolencia no han aumentado en los ¨²ltimos a?os y afirma que en Espa?a no ha habido casos de c¨®lera o dengue, pese al aumento de los viajes por trabajo y turismo.
El Bolet¨ªn Epidemiol¨®gico avala a Gonz¨¢lez. El informe publicado con datos recogidos hasta mayo de 2012 muestra que, en lo que ha transcurrido del a?o, 93 personas se han infectado de paludismo. En 2011, fueron 114 los enfermos. El c¨®lera y la fiebre amarilla no han dado se?ales de vida por el pa¨ªs. O, por lo menos, no se han registrado estas enfermedades ni en 2011, ni en lo que va de 2012.
Pero como los mosquitos atacan en los momentos menos oportunos, es importante no bajar la guardia. Javier de Pons, director del Centro?de Medicina Internacional del Ayuntamiento de Madrid, sostiene?que hay que tomar precauciones incluso cuando se viaja por Europa. Pons recuerda que los jugadores de la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol tuvieron que vacunarse contra la encefalitis primaveral antes de disputar la Eurocopa del a?o 2008, que conquistaron en la final de Viena. ¡°Para todos los destinos hay consejos m¨¦dicos¡±, dice antes de insistir en que las recomendaciones dependen siempre del tipo de viaje. ¡°No es lo mismo ir al sudeste asi¨¢tico para alojarse en un hotel de lujo de Bangkok, que ir a conocer la selva de la regi¨®n¡±, asegura.
Susana Rueda, de 30 a?os, parti¨® hace un par de semanas a Tailandia y no sab¨ªa si ten¨ªa que vacunarse. Ante la duda, acudi¨® al m¨¦dico con un mes de antelaci¨®n y se inmuniz¨® contra la fiebre tifoidea por medio de una pastilla oral. ¡°Me la pusieron porque ¨ªbamos la selva¡±, explica.
Rueda engrosa la lista de viajeros que se protegen antes de partir y que tanto sorprenden a De Pons. Hasta el 30 de junio, el servicio que dirige tuvo un 38,8% m¨¢s de vacunaciones, que el doctor atribuye a un aumento de la movilidad por cuestiones de trabajo. ¡°Muchos van a trabajar a pa¨ªses como Angola, Guinea Ecuatorial o pa¨ªses sudamericanos¡±, explica. En 2011, m¨¢s de 20.000 ciudadanos espa?oles se instalaron en Am¨¦rica, aunque habr¨ªa que descontar aquellos casos de inmigrantes procedentes de aquellos pa¨ªses, que adquirieron la nacionalidad espa?ola y que han retornado a sus pa¨ªses de origen.
Macrina Camps, sin embargo, no recuerda si se vacun¨® de fiebre tifoidea antes de volver a Camer¨²n en 2008. A la vuelta del viaje, Camps empez¨® a notar un dolor de cabeza que, en cuesti¨®n de d¨ªas se volvi¨® ¡°insoportable¡±. ¡°Tard¨¦ en ir al m¨¦dico. Pensaba que ser¨ªa una gripe¡±, recuerda. Despu¨¦s vino la fiebre y en el an¨¢lisis m¨¦dico le confirmaron que hab¨ªa contra¨ªdo la fiebre tifoidea, una enfermedad producida por la bacteria salmonella typhi, que se contagia por tomar agua o comida contaminada. Le pusieron un tratamiento de antibi¨®ticos y en pocos d¨ªas se hab¨ªa recuperado.
Sabino Puente, jefe de la Unidad de Enfermedades Tropicales del Hospital Carlos III, cree que muchos de los trotamundos no toman las precauciones oportunas. "Todos los viajeros que vienen a mi consulta est¨¢n muy concienciados, pero tambi¨¦n hay mucha gente no ha entrado en raz¨®n. Se contagian de un ambiente festivo cuando se van de vacaciones¡", explica el m¨¦dico por tel¨¦fono. "El problema es la falta de informaci¨®n", se queja. "Existe la creencia de que las personas de m¨¢s de 45 a?os de edad han pasado la Hepatitis A y que no hace falta inmunizarse contra esta enfermedad. ?Y no es cierto! Todo el mundo tiene que vacunarse", concluye.
El doctor cree que las agencias de viajes deber¨ªan remitir a los viajeros a los centros de salud para que tomen las precauciones debidas. Sin embargo, la competencia entre estas es feroz y casi todas ofertan destinos ex¨®ticos sin el mes de antelaci¨®n que el doctor recomienda para informarse de las precauciones m¨¦dicas. ¡°Es importante pedir cita al menos con dos meses de antelaci¨®n¡±. Eso si se quiere asegurar de volver del viaje con m¨¢scaras y telas, y sin el recuerdo, muchas veces innecesario, de haber padecido una enfermedad tropical.
El extra?o caso de Ladakh
Hace tres semanas, el Hospital Carlos III de Madrid dio a conocer el caso de un gu¨ªa tur¨ªstico, de 34 a?os, que visit¨® el monta?oso poblado de Ladakh, en el norte de India, durante agosto de 2006. Un par de meses despu¨¦s, las molestias empezaron a hacerse notar en el organismo del ciudadano espa?ol. Primero, dolor abdominal. Luego, inflamaciones en la ingle y los test¨ªculos. Y, m¨¢s tarde, alteraciones en los niveles sangu¨ªneos.
El calvario no termin¨® ah¨ª. En enero de 2007, volvi¨® al centro con el muslo izquierdo hinchado. Los doctores temieron que tuviese gnathostomiasis, es decir, par¨¢sitos por alg¨²n alimento ingerido. Se le aplic¨® un tratamiento y se le advirti¨® que este podr¨ªa ¡°movilizar los par¨¢sitos hacia la superficie del cuerpo¡±. As¨ª fue.
Hinchazones extremadamente dolorosas alertaron a los m¨¦dicos de la presencia de larvas de mosca en el gl¨²teo y en la espalda del paciente, que posteriormente fueron extra¨ªdas en el quir¨®fano. Tras estudiarlas y tratarlas, la Unidad de Enfermedades Tropicales del hospital concluy¨® que el hombre se hab¨ªa infectado por larva de mosca ¨Cmiasis- del g¨¦nero Hypoderma sinense, y se convirti¨® en el primer y ¨²nico diagnostico de este g¨¦nero.
El doctor Sabino Puente, jefe de la unidad que lo atendi¨®, explica que no hay tratamiento para prevenir este tipo de infestaciones. "El consejo es evitar el contacto con animales. A veces, dices ¡®?Ay, qu¨¦ bonito el mono!", le tocas y te muerde. Y es muy probable que tenga la rabia. Entonces, es necesario vacunarse sobre la marcha¡±, advierte el facultativo.
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