Tanto Bolonia para esto
El sue?o del espacio europeo de universidades para competir con EE UU y Asia se atasca En pa¨ªses como Espa?a, los recortes presupuestarios hacen el cambio inviable
?Se acuerdan de Bolonia? La ciudad italiana no, sino la reforma de las universidades europeas que deb¨ªa traer consigo todo tipo de parabienes, aumentando la movilidad de estudiantes y profesores, mejorando la formaci¨®n de los titulados y sus posibilidades de encontrar trabajo. La misma que hizo tambalear los campus de varios pa¨ªses del continente (incluidos los espa?oles) por las protestas estudiantiles entre los a?os 2008 y 2009: se quejaban porque iba a ¡°mercantilizar¡± las universidades. ?Se acuerdan? ?Tienen idea de qu¨¦ fue de todo aquello?
Seg¨²n los especialistas del continente consultados al respecto, el balance es que, en la parte formal, los objetivos est¨¢n conseguidos o muy cerca de alcanzarse (los sistemas ahora se parecen bastante, divididos como en los campus anglosajones en grados de tres o cuatro a?os, m¨¢steres de uno o dos y doctorados), pero con el resto a¨²n se est¨¢ muy lejos. En pa¨ªses como Espa?a, adem¨¢s, los recortes presupuestarios convierten en papel mojado ideas como la de modernizar la forma de dar clase.
¡°En cuanto a los objetivos m¨¢s cualitativos, como los procesos de garant¨ªa de la calidad, la empleabilidad o la movilidad (la meta es que el 20% de los alumnos estudien en alg¨²n momento fuera de su pa¨ªs y estamos por debajo del 10%) todav¨ªa los progresos son muy peque?os¡±, dice el profesor de la Universidad de ?msterdam Hans de Wit. El especialista es, no obstante, optimista: ¡°Se ha creado una nueva mentalidad y un nuevo marco general com¨²n que es muy importante, aunque ahora hay que pasar de un enfoque m¨¢s cuantitativo a uno m¨¢s cualitativo, mirando los resultados y el impacto para la siguiente fase¡±.
Los progresos en cuanto a movilidad de estudiantes son muy escasos
Pero no todos los especialistas son tan positivos, pues para algunos el verdadero problema es el propio cambio formal: ¡°El problema m¨¢s importante es la obligaci¨®n de que las universidades introduzcan el cr¨¦dito ECTS [todas las titulaciones europeas deben utilizar esta medida que tiene en cuenta el tiempo de clase, de seminarios e incluso el trabajo del alumnos por su cuenta], el sue?o de calcular por adelantado cada hora que va a dedicar el alumno que est¨¢ provocando una aut¨¦ntica pesadilla burocr¨¢tica¡±, se?ala por correo electr¨®nico el acad¨¦mico alem¨¢n Stefan K¨¹hl.
De hecho, en la encuesta realizada hace un a?o por este peri¨®dico a los responsables de 28 campus p¨²blicos espa?oles, la sensaci¨®n general era la del ahogo burocr¨¢tico. ¡°La excesiva burocratizaci¨®n del proceso nos ha hecho perder mucho tiempo y ha desgastado in¨²tilmente al sector m¨¢s comprometido de la universidad¡±, se?alaba Encarnaci¨®n Sarri¨¢, vicerrectora de la UNED.
Mas la burocratizaci¨®n era el segundo gran obst¨¢culo se?alado por las universidades, pues el primero eran los recortes presupuestarios. Unos tijeretazos que no han hecho m¨¢s que crecer a medida que se agravaba una crisis econ¨®mica que parece no tener fin. As¨ª, el objetivo de mejorar la forma de dar clases en la universidad parece hoy imposible. La idea central era la de dejar atr¨¢s las clases magistrales a muchos alumnos para sustituirlas por una ense?anza m¨¢s activa para el alumno, m¨¢s tutor¨ªas, seminarios o trabajos en grupo, lo cual requiere, claro est¨¢, grupos m¨¢s reducidos y una buena cantidad de docentes.
Algunos expertos se quejan de la ¡°burocratizaci¨®n¡± de los campus
Muy al contrario, entre los recortes educativos decretados por el Gobierno central el pasado mes de abril est¨¢ la reducci¨®n de docentes (aumentando las horas de clase de los profesores que no acrediten cierto grado de investigaci¨®n) y la reorganizaci¨®n de las titulaciones para eliminar las que no tengan suficiente demanda. Esto cerrar¨¢ las carreras con pocos alumnos, pero tambi¨¦n puede acabar con las iniciativas de algunas universidades de ofrecer pocas plazas en algunas titulaciones, precisamente, para poder hacer el cambio metodol¨®gico que impulsa Bolonia. Por ejemplo, el curso pasado la Universidad Polit¨¦cnica ofreci¨® 35 plazas para la doble titulaci¨®n de Matem¨¢ticas e Inform¨¢tica, o el grado de Ciencia y Tecnolog¨ªa de los Alimentos en la universidad de Vigo ofert¨® 30 plazas. El Gobierno ha planteado eliminar las carreras con menos de 50 alumnos nuevos al a?o.
¡°El avance hacia un aprendizaje centrado en el alumno cuesta dinero (clases m¨¢s peque?as, desarrollo de los resultados de aprendizaje, apoyo al estudiante, etc¨¦tera). Si esta financiaci¨®n no est¨¢ disponible, es ciertamente cuestionable que las reformas de Bolonia salgan adelante¡±, explica la secretaria general de la Asociaci¨®n Europea de Universidades (EUA, en sus siglas inglesas), Lesley Wilson. El especialista defiende los importantes avances del proceso de Bolonia (controles de calidad, mejora de los contenidos...), pero admite que a¨²n es necesario apretar el paso. Y recuerda que no todos los pa¨ªses han reducido los presupuestos para universidades en los ¨²ltimos a?os. De hecho, Francia y Alemania los han aumentado.
¡°El Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior es en la actualidad como un boxeador que ha apoyado una rodilla en tierra, se halla en un mal momento, pero no est¨¢ todav¨ªa KO. Los que creemos y so?amos en los valores educativos a¨²n debemos seguir confiando en los beneficios de la revitalizaci¨®n del proceso Bolonia¡±, dice el profesor de la Polit¨¦cnica de Madrid y responsable de la C¨¢tedra UNESCO de Pol¨ªticas Universitarias, Francisco Michavila, con un atisbo de esperanza a pesar del panorama: ¡°Parece que ha sido una eternidad el lapso de los cuatro a?os transcurridos desde el fiasco de Lehman Brothers. A veces, tengo la sensaci¨®n de que hablar ahora de Bolonia es hablar de algo ya obsoleto. Y esto no es as¨ª, no puede ser as¨ª. El proceso de Bolonia conten¨ªa muy buenas ideas, cuya puesta en pr¨¢ctica apenas se ha iniciado¡±. Y contin¨²a: ¡°Bolonia no era un punto de llegada. Era mucho m¨¢s. Quedan por hacer reformas estructurales, que superen la tradicional organizaci¨®n de departamentos, facultades y escuelas, con la incorporaci¨®n de centros espec¨ªficos de posgrado de tipo interdisciplinario y vinculados a investigaci¨®n puntera, por ejemplo. Queda reformar los sistemas de gobierno, con mayor agilidad en la toma de decisiones y menos amateurismo en los dirigentes. Quedan por establecer mecanismos que faciliten las alianzas. Los programas de puesta en funcionamiento de los campus de excelencia en Espa?a son buenos ejemplos de c¨®mo dar pasos hacia un tiempo mejor...¡±.
¡°Hay muy buenas ideas que a¨²n no han arrancado¡±, dice un especialista
En la ¨²ltima d¨¦cada, en el nombre de Bolonia, muchos Gobiernos europeos han ido encajando sus propias agendas pol¨ªticas, que en muchos casos inclu¨ªan aumentar el precio de las matr¨ªculas; esa fue una de espitas que activ¨® las protestas estudiantiles. Ahora, en el actual contexto de crisis, esa tendencia no ha hecho m¨¢s que aumentar. En Inglaterra, el precio de las matr¨ªculas ha subido en poco tiempo de las 6.000 a 9.000 libras anuales (de unos 7.600 a 11.450 euros), que adelanta el Gobierno y se convierte en deudas futuras para los alumnos. En Irlanda, que en 2007 costaba 825 euros, ahora cuesta 2.000. Y en Espa?a, aunque algunas comunidades se han resistido, en otras ha subido la matricula del curso que viene hasta 600 euros sobre una media de 1.000.
Mientras, en la ¨²ltima reuni¨®n de ministros sobre el proceso de Bolonia, celebrada en abril en Bucarest, se segu¨ªa insistiendo, no solo en la movilidad, la calidad, la empleabilidad y una ense?anza centrada en el alumno, sino tambi¨¦n en la necesidad de seguir ¡°aumentando el acceso¡± a la educaci¨®n superior y de cuidar su ¡°dimensi¨®n social¡±, es decir, que nadie se quede fuera de la Universidad por motivos econ¨®micos.
T¨ªtulos todav¨ªa no homologables
En 1999 se firm¨® la Declaraci¨®n de Bolonia, un compromiso firmado por los responsables educativos de 47 Gobiernos; no es una directiva de la UE, de obligado cumplimiento. Pero, a pesar de las distintas velocidades de cambio, los detalles o universidades que se bajan del tren, como las grandes ¨¦coles francesas, los acuerdos se han ido haciendo realidad.
El primero, para hacer homologables los t¨ªtulos en todos los pa¨ªses, es el esquema com¨²n basado en el modelo anglosaj¨®n, dividido en grados de tres o cuatro a?os (en Espa?a, son de cuatro y han sustituido a licenciaturas y diplomaturas), m¨¢steres de uno o dos a?os y doctorados. Ese era un primer paso, entre otras cosas, para el reconocimiento autom¨¢tico de los t¨ªtulos, algo que no ha ocurrido ni parece que vaya a ocurrir en breve ni en el medio plazo.
De hecho, no ha sido hasta el pasado mes de abril, en la ¨²ltima reuni¨®n de ministros sobre el proceso de Bolonia, cuando se ha incluido expl¨ªcitamente entre los objetivos. ¡°Siempre ha estado impl¨ªcito, pero, como el reconocimiento sigue siendo de hecho uno de los grandes obst¨¢culos a la movilidad, es una gran noticia que se haya incluido entre las metas¡±, dice por correo electronico el estonio Allan P?ll, responsable de la Asociaci¨®n Europea de Estudiantes (ESU, en ingl¨¦s). Pero advierte: ¡°A¨²n queda mucho camino por recorrer, porque hoy Bolonia se ve a¨²n como 47 piezas separadas de un puzle en vez de una imagen completa¡±.
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