El dilema de la orca ¡®Morgan¡¯
El primer ejemplar en libertad que acaba en un acuario en 20 a?os desata una batalla judicial Los cient¨ªficos debaten sobre si los cet¨¢ceos deber¨ªan tener alg¨²n derecho
La orca es un animal sorprendente. Se trata del ¨²nico depredador que, junto con el hombre, ha colonizado todas las latitudes. En cada zona caza de una forma distinta, con habilidades aprendidas. Eso, que revela un desarrollo cognitivo superior incluso al de los grandes simios, ha hecho que muchos cient¨ªficos presten atenci¨®n a Morgan, una hembra joven que apareci¨® perdida en Holanda el 24 de junio de 2010 y que, para horror de los defensores de los animales, permanece recluida ¡ªen el Loro Parque de Tenerife¡ª desde noviembre de 2011. Es el primer ejemplar libre que en los ¨²ltimos 20 a?os acaba en cautividad. Holanda y el centro esgrimen que no es tan sencillo liberar una orca, que Morgan puede estar sorda ¡ªlo que dificultar¨ªa su comunicaci¨®n con otros cong¨¦neres¡ª, y que hasta que no encuentren a su grupo familiar no hay nada que hacer.
Lori Marino, profesora de Neurociencia y Biolog¨ªa del Comportamiento en Atlanta (EE UU), explica por tel¨¦fono que el mundo deber¨ªa empezar a considerar a los cet¨¢ceos como a los grandes simios. ¡°La relaci¨®n del tama?o del cerebro y el cuerpo en muchos cet¨¢ceos es mayor que en los simios. Tienen habilidades culturales. Frente a la costa de Washington hay dos grupos de orcas, pero con comportamientos distintos. Hay rituales de apareamiento, de pesca y sonidos diferentes. Esto evidencia una capacidad cognitiva¡±.
En el estrecho de Gibraltar, las orcas le quitan atunes a los pescadores; en aguas ant¨¢rticas crean olas artificiales para volcar el hielo sobre el que descansan las focas, y en el Atl¨¢ntico norte rodean bancos de arenques y entran por turnos a comer. Es esto ¨²ltimo lo que deb¨ªa de hacer el grupo de Morgan. ¡°Estaba en muy mal estado y desnutrida. La metieron en un tanque, pero no ten¨ªan las instalaciones adecuadas¡±, cuenta Javier Almunia, bi¨®logo y responsable de cet¨¢ceos del Loro Parque, que ha seguido el proceso.
Holanda pidi¨® un informe a siete cient¨ªficos de prestigio y estos concluyeron que Morgan no pod¨ªa ser liberada en el mar. Al menos hasta que apareciera su grupo. El problema es que las orcas en el Atl¨¢ntico est¨¢n muy poco estudiadas y ni se conoce d¨®nde pasan el invierno. En el Pac¨ªfico s¨ª que se han devuelto ejemplares a la libertad, pero en el Atl¨¢ntico no hay precedentes.
El 21 de noviembre de 2011, un juzgado de ?msterdam desestim¨® el recurso de ecologistas y aval¨® el traslado desde el Zoo de Hardewik a las Canarias. ¡°A nosotros nos llamaron, no necesitamos otra orca¡±, cuenta Almunia. El centro tiene ya siete ejemplares en tres tanques de entre 9.178 metros c¨²bicos y 4.534. Seg¨²n el parque, en dos meses Morgan estaba completamente adaptada, y aunque ha recibido embates de sus compa?eros, ¡°eso es normal. La jerarqu¨ªa en la naturaleza se gana a golpes¡±. Ha pasado de pesar 1.100 kilos a 1.350 gracias a una dieta de 47 kilos de pescado al d¨ªa.
Mientras Morgan crec¨ªa, defensores de los animales de medio mundo agrupados en la Coalici¨®n Orca comenzaban una campa?a para liberarla. En Espa?a, el Proyecto Gran Simio (que defiende a los primates), pidi¨® apoyo a la Reina. Y esta escribi¨® al Ministerio de Medio Ambiente interes¨¢ndose por el caso. La respuesta del Ejecutivo fue un informe sobre la idoneidad de las instalaciones de Tenerife en el que considera ¡°satisfactoria¡± su adaptaci¨®n al parque, aunque advierte: ¡°Esto no significa que en la evoluci¨®n natural del grupo social en el futuro no puedan aparecer conflictos de jerarqu¨ªa¡±. Espa?a se?ala que ¡°si es m¨¢s conveniente devolverla a su h¨¢bitat natural o trasladarla a un parque para que permanezca en cautividad es solo decisi¨®n de las autoridades holandesas¡±.
Antes ser¨ªa necesario encontrar a su grupo, para lo cual un grupo de cient¨ªficos compara los sonidos que emite Morgan con las bases de datos (cada grupo tiene su propio dialecto). Por ahora sin ¨¦xito. La bi¨®loga Heike Vester anunci¨® el 18 de julio que hab¨ªa localizado a un macho ¡ªidentificado como P118¡ª que por la aleta pertenece al grupo del que presumiblemente desapareci¨® Morgan. A la b¨²squeda se ha unido Jean-Michel Costeau, hijo del c¨¦lebre comandante.
¡°Estar¨ªamos encantados de liberarla, pero si no aparece su grupo no sirve de nada. Hay orcas que cazan salmones y Morgan no se entender¨ªa con ellas¡±, cuenta Almunia, que recuerda que hace cuatro a?os ya ayudaron a liberar a Humphrey, una foca gris que apareci¨® en Casablanca (Marruecos). A?ade que Morgan da se?ales de sordera, lo que complicar¨ªa su devoluci¨®n.
Para Marino y Coalici¨®n Orca todo son excusas para mantener a la orca en cautividad. Y han promovido una especie de declaraci¨®n de derechos de los cet¨¢ceos. ¡°Su cerebro tiene una talla y complejidad que est¨¢ solo por detr¨¢s del de los humanos. Son capaces de comprender s¨ªmbolos y tienen conciencia de s¨ª mismos. No deber¨ªan estar en cautividad. En libertad nadan 60 kil¨®metros diarios y en un tanque se estresan, se deprimen y acaban con problemas de salud¡±.
En unas semanas, la justicia holandesa revisar¨¢ el caso y el 19 de septiembre, el comit¨¦ de peticiones del Parlamento Europeo analizar¨¢ el traslado de Morgan al orcario. Pocas orcas han dado tanto que hablar.
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