¡°No son recortes, es xenofobia¡±
Centenares de personas, contra el decreto que deja sin tarjeta sanitaria a los inmigrantes sin papeles Sanidad insiste en que todos ser¨¢n atendidos, y que las comunidades ver¨¢n c¨®mo cobran
Centenares de personas se han manifestado esta ma?ana en Madrid contra el real decreto que deja sin asistencia sanitaria desde hoy a los inmigrantes sin permiso de residencia. Gritos como ¡°no son recortes, es xenofobia¡± o ¡°ning¨²n ser humano es ilegal¡± fueron constantes en un acto que pretend¨ªa llamar la atenci¨®n sobre la situaci¨®n en la que quedan las personas sin papeles ¨Cunos 150.000 no comunitarios entre ellos, seg¨²n los c¨¢lculos de este peri¨®dico-.
Faloo, de 30 a?os, es uno de los afectados. Este senegal¨¦s acudi¨® junto a su amigo Mustaf¨¢. Llevan cuatro y cinco a?os en Espa?a, respectivamente, siempre en situaci¨®n ilegal. ¡°Me dedico al top manta¡± admite Faloo, quien ya ha tenido que acudir a la sanidad p¨²blica ¡°por problemas en una pierna¡±. ¡°Ahora no s¨¦ qu¨¦ va a pasar¡±, dice. ¡°En el hospital no me han dicho nada, pero la cosa va a ir a peor¡±.
Faloo representa la incertidumbre en la que vive esta poblaci¨®n despu¨¦s del anuncio de los recortes y las distintas declaraciones despu¨¦s de representantes del Ministerio de Sanidad ¨Ccon la titular, Ana Mato, a la cabeza- y la consejer¨ªa de Salud de Madrid de que ninguno va a quedar desatendido. ¡°Con esta ley van a machacar a los inmigrantes. Aunque est¨¦ bien, de vez en cuando tengo que ir al m¨¦dico. Hay que revisarse¡±, dice lleno de sentido com¨²n. ¡°Pero no s¨¦ c¨®mo lo voy a pagar¡±.
La misma duda corroe a Lucrecia S¨¢enz, una nicarag¨¹ense de 53 a?os. ¡°Llevo ocho a?os en Espa?a, siempre en situaci¨®n irregular¡±, admite. Se dedica al trabajo dom¨¦stico. ¡°He tenido problemas de dolores en la columna, hipertensi¨®n y alergias. En el centro de salud no saben qu¨¦ va a pasar a partir de ahora. Creo que no tengo derecho a volver¡±, dice resignada. Por si acaso, va a mirar seguros privados, ¡°a ver si hay alguno barato¡±. Por lo que no puede es quedarse sin atenci¨®n. ¡°Con que no tome las pastillas un d¨ªa me pongo fatal¡±. Ese es, de momento, la principal preocupaci¨®n de Lucrecia. ¡°Son caras¡±, dice. ¡°Bueno, para m¨ª lo son. Hay una que son unos 30 euros¡±. Con la tarjeta, pagaba el 40%, como todos los trabajadores. Sin ella, tendr¨¢ que pagar el 100%.
Y ellos siempre han estado en esa situaci¨®n. Pero an¨ªmicamente puede ser a¨²n peor para otros extranjeros: los que han tenido papeles, pero que al quedarse sin trabajo, no han podido renovar la tarjeta. ¡°Tienen la desgracia de haber perdido el trabajo y la sanidad¡±, afirma Juan Sotelo, presidente del Centro Uruguayo de Madrid. ¡°Yo estoy legal, pero conozco a muchos as¨ª¡±. La discriminaci¨®n para ellos es mayor, ya que en ese caso un espa?ol no pierde la cobertura.
El acto, convocado por una veintena larga de asociaciones - Red por el Derecho a tener Derechos, la Federaci¨®n de Asociaciones de Refugiados e Inmigrantes, M¨¦dicos del Mundo, Economistas sin Fronteras, Cumbre Eslava, Centro de Defensa y Estudio de los Derechos Humanos, Asociaci¨®n de Chilenos Violeta Parra, Ari-Per¨², Pueblos Unidos, Paz Ahora, Zerca y Lejos, Territorio Dom¨¦stico, Federaci¨®n de Asociaciones Vecinales de Madrid,? Parroquia San Carlos Borromeo y Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales, entre otras- dur¨® algo m¨¢s de una hora. Relegados a una estrecha acera frente al hospital Gregorio Mara?¨®n de la capital por la delegaci¨®n del Gobierno, los manifestantes pronto ocuparon la calle O¡¯Donnell. Los esfuerzos de la organizaci¨®n para reconducir la protesta para evitar represalias fueron in¨²tiles. Solo despu¨¦s de una hora, ante la amenaza de que la Polic¨ªa Nacional iba a cargar ¨Cy con el peligro de que detuvieran a alg¨²n indocumentado, lo que podr¨ªa acarrearle la expulsi¨®n-, la protesta se torn¨® poco a poco en una cadena humana que abarcaba toda la fachada de del hospital.
Miguel Falcones, presidente de M¨¦dicos del Mundo de Madrid, una de las organizaciones con m¨¢s presencia en el acto, afirm¨® que el objetivo de la protesta era la ¡°derogaci¨®n del decreto por injusto y discriminatorio¡±. ¡°El turismo sanitario no afecta a los inmigrantes en situaci¨®n irregular, que no pueden regularizar su situaci¨®n porque no les dejamos. Eso es cosa de ciudadanos europeos que vienen de su pa¨ªs para que les operen aqu¨ª m¨¢s barato¡±, dijo. ¡°Los inmigrantes vienen aqu¨ª a trabajar y aportar, y los estudios demuestran que van entre un 20% y un 30% menos al m¨¦dico que los espa?oles¡±, a?adi¨®.
"En el hospital no me han dicho nada, pero la cosa va a ir a peor", dice un senegal¨¦s
Falcones dijo tambi¨¦n que con el decreto se corr¨ªa el peligro de que se colapsaran las urgencias ¨Cun servicio al que s¨ª tienen derecho los inmigrantes-. ¡°La primaria es m¨¢s barata; con este decreto se encarece y se agrava ¡° el tratamiento de su enfermedad a?adi¨®.
Entre las personas que acudieron a la concentraci¨®n estaba la diputada del PSOE Marisol P¨¦rez, vicepresidenta segunda de la Comisi¨®n de Sanidad. Esta anunci¨® que su grupo iba a presentar una proposici¨®n de ley para que se derogara la parte correspondiente del decreto a lo que calific¨® de ¡°apartheid sanitario¡±. Tambi¨¦n estaban Tom¨¢s Hern¨¢ndez, ex secretario del Plan Nacional sobre Sida y actualmente miembro de la direcci¨®n de M¨¦dicos del Mundo, y Luis Montes, el m¨¦dico que fue acusado y absuelto por el caso de las supuestas eutanasias en el hospital de Legan¨¦s de 2003. Este manifest¨® que cre¨ªa que el decreto ¡°era una chapuza¡±. ¡°Parece que act¨²an improvisando. Han querido acabar con el turismo sanitario y han metido en el mismo saco a los inmigrantes¡±, dijo.
No deb¨ªa de andar muy equivocado Montes. De hecho, poco antes de la manifestaci¨®n, tras un acto en la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial, el director general de Cartera de Servicios y Farmacia, Agust¨ªn Rivero, admiti¨® que el objetivo de la medida era el turismo. Y reconoci¨® que ¨¦l mismo, ¡±como m¨¦dico¡±, si tiene ¡°un paciente delante¡±, no lo va a ¡°dejar de atender¡±. ¡°Otra cosa es la facturaci¨®n¡±, a?adi¨®.
M¨¢s injusto es, todav¨ªa, para los que s¨ª cotizaron pero han perdido trabajo y tarjeta
Con ello Rivero quiso fijar las l¨ªneas del real decreto y defender la interpretaci¨®n que hace el ministerio (al menos es el ¨²nico alto cargo que ha hablado de ¨¦l en rueda de prensa en los ¨²ltimos meses). ¡°Es posible que hayamos juntado ambos aspectos¡±, dijo sobre el hecho de que por acabar con el turismo sanitario se hab¨ªa dejado sin atenci¨®n a los inmigrantes sin papeles.
Pero dej¨® esa pelota en el alero de cada servicio de salud. ¡°Habr¨¢ facturaci¨®n que se podr¨¢ cobrar. Hay convenios con pa¨ªses, y tambi¨¦n otros de cooperaci¨®n internacional¡±. Lo que est¨¢ claro, para ¨¦l, es que ¡°si alguien est¨¢ enfermo, alguien lo va a ver¡±. Eso s¨ª, ¡°habr¨¢ que ver c¨®mo¡±, dijo ante la imposibilidad de precisar el mecanismo y la variedad de propuestas que manejan ahora las comunidades. ¡°El que pueda pagar, pagar¨¢¡±, insisti¨®. De hecho, hasta plante¨® la posibilidad de que una persona que estaba en situaci¨®n ilegal y no hubiera pagado, recibiera la factura despu¨¦s si era regularizado.
Al margen de las manifestaciones -las de la calle y las declaraciones-, hoy era el primer d¨ªa en que los inmigrantes se quedaban sin tarjeta, pero al ser s¨¢bado los centros de salud no han registrado incidentes. Tampoco los ha habido en las farmacias, aunque hoy entra en vigor el fin de la financiaci¨®n de 417 medicamentos.
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