El precio de la noticia
Los editores espa?oles aplauden la ¡®ley Google¡¯ alemana, que obligar¨¢ a los buscadores de Internet a pagar por los res¨²menes de los peri¨®dicos
Las relaciones entre los grandes buscadores de Internet y los peri¨®dicos han sido siempre tensas. Pero la tirantez puede convertirse en hostilidad. Los medios ¡ªimpresos o digitales¡ª se quejan de que los motores de la Red hacen negocio con sus informaciones sin recibir a cambio ning¨²n de tipo de contraprestaci¨®n econ¨®mica. Alemania quiere acabar con esta situaci¨®n a trav¨¦s de la llamada ley Google, que obligar¨¢ a los buscadores comerciales, como el gigante estadounidense, a pagar a diarios y revistas por utilizar sus res¨²menes de noticias. Los editores espa?oles, al igual que los franceses, han acogido con satisfacci¨®n la iniciativa alemana, a la que se suman en bloque. Y esperan alcanzar acuerdos como el que sell¨® Google hace cinco a?os con AFP, la agencia de noticias francesa que demand¨® al buscador por reproducir sus art¨ªculos y fotos.
La ministra de Justicia alemana, la liberal Sabine Leutheusser-Schnarrenberger (FDP), asegura que esta norma permitir¨¢ ¡°que los editores perciban una parte apropiada de las ganancias¡± que obtienen los buscadores de Internet cuando usan fragmentos de contenidos ajenos. Google, en cambio, dice que la ley ¡°perjudicar¨¢ a todos los usuarios¡± de la Red, porque entorpecer¨¢ ¡°masivamente¡± el proceso de b¨²squeda. Tambi¨¦n diversos grupos de usuarios de Internet han protestado contra la futura ley. Aseguran que coartar¨¢ la libertad de expresi¨®n.
El Gobierno de Angela Merkel tuvo que redactar tres versiones del proyecto hasta que, en los ¨²ltimos d¨ªas de agosto, decidi¨® enviarlo al Parlamento federal. All¨ª, el texto est¨¢ pendiente de votaci¨®n y de posibles enmiendas. Google no da la batalla por perdida y remarca que todav¨ªa falta el refrendo de los 620 parlamentarios germanos.
Aun con todo, la euforia se ha extendido por Europa. Francia podr¨ªa seguir los mismos pasos y en Espa?a la Asociaci¨®n de Editores de Diarios (AEDE) ve en la iniciativa del Ejecutivo alem¨¢n un instrumento que permitir¨¢ ¡°una mayor defensa de la propiedad intelectual¡± en la Red, un territorio en el que campa a sus anchas la cultura de la gratuidad.
Los medios se quejan de que los buscadores hacen negocio a su costa
El articulado es todav¨ªa bastante escueto e impreciso. Contempla reconocer el derecho de las empresas editoras a exigir cuotas por el uso de parte de sus art¨ªculos en los buscadores de noticias como Google News. La tercera versi¨®n del proyecto de ley especifica que solo se ver¨¢n afectados los portales de Internet y los agregadores con ¨¢nimo de lucro que para su funcionamiento se sirvan ¡°sistem¨¢ticamente¡± de contenidos editoriales ajenos. Los blogueros privados, por ejemplo, quedar¨¢n exentos de la norma. En concreto, la ley persigue que se graven los fragmentos de texto conocidos como snippets: las entradillas de una noticia que sitios como Google News publican debajo del enlace a la noticia original.
Algunos comentaristas entusiastas esperan que la ley suponga ¡°el fin del gratis total¡± de la propiedad intelectual en Internet. Los portavoces de la federaci¨®n alemana de editores de peri¨®dicos expresan la satisfacci¨®n del gremio ante una propuesta ¡°equilibrada¡± que, seg¨²n esperan, contribuir¨¢ ¡°a afianzar la seguridad legal¡± para el periodismo en Internet.
Tambi¨¦n los grupos medi¨¢ticos espa?oles aplauden la medida por cuanto persigue ¡°una mayor defensa¡± de la propiedad intelectual de los diarios impresos y digitales en la Red. Editorial Prensa Ib¨¦rica, por ejemplo, considera que los motores de b¨²squeda ¡°deben valorar el trabajo period¨ªstico: la noticia confirmada a trav¨¦s de diversas fuentes¡±. Este grupo (responsable de rotativos como Faro de Vigo, Diari de Girona, Diario de Ibiza o La Opini¨®n de Murcia) sostiene que Google proporciona a diarios y revistas en papel, con ediciones digitales, m¨¢s de la mitad de su audiencia en Internet. ¡°Los contenidos de estos medios son los m¨¢s relevantes; m¨¢s que blogs, portales, etc¨¦tera. Est¨¢ claro que el usuario prefiere cabeceras de prestigio, lo cual favorece el inmenso tr¨¢fico de Google¡±, dice Asunci¨®n Vald¨¦s, directora general de Relaciones Externas de Prensa Ib¨¦rica.
El hecho de que Francia quiera seguir los pasos de Alemania ¡ªve en el proyecto de su vecino ¡°una fuente de motivaci¨®n e inspiraci¨®n¡±¡ª abre la v¨ªa a compartir, despu¨¦s de muchos a?os de abuso por parte de los buscadores, el valor de la informaci¨®n.
Para sus promotores,? la ley ser¨¢ el fin del gratis total en la Red
Prensa Ib¨¦rica conf¨ªa en que en el marco de la la UE ¡°se encuentren soluciones satisfactorias para ambas partes que respeten la libre competencia y los derechos de propiedad intelectual¡±, comenta Vald¨¦s. En este sentido, ver¨ªa ¡°con buenos ojos iniciativas del Gobierno espa?ol similares a las del alem¨¢n o franc¨¦s¡±.
El grupo Zeta comparte el fondo pero no necesariamente la forma. ¡°A veces nos obsesionamos con las leyes. Quiz¨¢ se puede discutir si es m¨¢s conveniente una ley o un acuerdo¡±, afirma Albert S¨¢ez, director adjunto de El Peri¨®dico de Catalunya, que se inclina por alcanzar pactos con los grandes buscadores. Zeta percibe que si en el mercado ha irrumpido un nuevo operador que est¨¢ construyendo su negocio con el producto de otro, este ¡°deber¨ªa ser compensado¡±. Los medios se benefician de Google (les da visibilidad), pero sin contenidos se paralizar¨ªa la navegaci¨®n en Internet. Para que sea eficaz, S¨¢ez alerta de que la acci¨®n debe ser conjunta e ¡°igual para todo el mundo¡±. ¡°No se entender¨ªa¡±, a?ade, ¡°que un peri¨®dico le diera gratis a Google el contenido a cambio de que lo situara en un lugar preferente¡±.
En Alemania, la asociaci¨®n de periodistas DJV considera que ¡°la ley no beneficia a los periodistas¡±, sino a las editoras. El texto, observan en DJV, solo menciona a las empresas y no a los redactores de los textos. Seg¨²n el director de la mayor asociaci¨®n de periodistas de Europa, Michael Konke, los reporteros seguir¨¢n indefensos ante los editores que revendan sus trabajos o los publiquen en diferentes plataformas. Konke duda de que los posibles beneficios que obtengan las compa?¨ªas con esta ley vayan a alcanzar a los periodistas.
Otra de las cr¨ªticas al proyecto legislativo es que, por su indefinici¨®n, podr¨ªa convertirse en papel mojado. La ley estipula que tendr¨¢n que pagar las empresas que ¡°se dediquen de forma especial¡± a reproducir contenidos ajenos. Este punto tiene el riesgo de que hasta podr¨ªa dejar a Google fuera de su alcance, porque el gigante estadounidense solo obtiene una peque?a parte de sus ingresos gracias a su portal de noticias.
Pero lo cierto es que Google se ha dado por aludido. Poco despu¨¦s de que el texto entraba en el Parlamento alem¨¢n, uno de los portavoces declaraba: ¡°Ha sido un d¨ªa malo para Internet en Alemania¡±. La compa?¨ªa argumentaba que la ley ¡°limitar¨¢ dr¨¢sticamente el acceso a la informaci¨®n para los ciudadanos alemanes y llevar¨¢ a incertidumbres legales y mayores costes para todos¡±. E invitaba a los parlamentarios a detener el texto antes de que se convierta en ley.
La defensa de la propiedad intelectual y el abuso de posici¨®n dominante de Google est¨¢ en el punto mira de la Uni¨®n Europea, que ha conminado al buscador a asumir compromisos para corregir la situaci¨®n. Su respuesta ha llegado ya a Bruselas, pero ni su contenido ni el balance de la Comisi¨®n se han hecho p¨²blicos. ¡°Las discusiones con Google siguen a nivel t¨¦cnico¡±, dijo a este peri¨®dico el viernes Antoine Colombani, portavoz del comisario de la Competencia, Joaqu¨ªn Almunia. La UE hab¨ªa amenazado a Google el pasado mayo con una multa millonaria si no modificaba su pol¨ªtica de b¨²squedas y su estrategia publicitaria.
La compa?¨ªa estadounidense se mueve en la Red como pez en el agua, ajeno a normas reguladoras. ¡°Si los diarios pudieran usar las bases de datos de suscriptores como Google hace con las bases de datos de los correos de sus usuarios podr¨ªamos hacer muchas cosas¡±, comenta el directivo del grupo Zeta.
Tambi¨¦n hay cr¨ªticas de principio: las noticias no est¨¢n protegidas por el copyright. Algunos recuerdan que la informaci¨®n sobre un hecho no puede ser propiedad de una editora. Seg¨²n un an¨¢lisis publicado por el digital del semanario Die Zeit, gravar la difusi¨®n de enlaces ¡°har¨ªa que la noticia, la pura informaci¨®n, se convirtiera en un bien tasable¡±. La libertad de informaci¨®n se ver¨ªa encorsetada, seg¨²n este punto de vista.
La oposici¨®n pol¨ªtica al proyecto alem¨¢n ha llegado, en primer t¨¦rmino, del partido de Los Piratas. Tambi¨¦n los socialdem¨®cratas y Los Verdes han expresado sus dudas sobre su conveniencia. La mayor sorpresa viene, sin embargo, de las propias filas democristianas. Sus Juventudes se oponen a la ley con el argumento de que ¡°torpedea la arquitectura de libre mercado en Internet¡±. Pero los editores de todo el mundo saben que la informaci¨®n es un producto caro y que los beneficios han de ser compartidos.
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