Un mensaje en Facebook moviliz¨® 340.000 votos en un solo d¨ªa
El primer experimento social con 61 millones de personas revela el poder de la red La propagaci¨®n por amigos cercanos es la clave
![Javier Sampedro](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Ff4fe3a63-24aa-4307-b98b-0898f7504501.png?auth=ad0967079a714237e587294667ed2519efe395806827a3a666768bfa07b00933&width=100&height=100&smart=true)
![Sombreritos antiestrés de Facebook repartidos en la Convención Republicana de Tampa.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QGPREDGSTNTVHHXGPXEXG325FA.jpg?auth=1591e9e1fbdff5ca57bfe23781129803f852494472887d4789c6213f686847d5&width=414)
En solo unas horas del 2 de noviembre de 2010, jornada de votaci¨®n de las ¨²ltimas elecciones al Congreso de Estados Unidos, un simple mensaje en Facebook movi¨® a las urnas a 340.000 personas que se habr¨ªan abstenido de otro modo. El mayor experimento social de la historia -su muestra fueron los 61 millones de norteamericanos en edad de votar que entraron en Facebook ese d¨ªa- revela que las redes sociales son un modo eficaz de promover comportamientos en el mundo real. Y el mensaje es casi lo de menos: la clave est¨¢ en saber lo que ha hecho con ¨¦l tu lista de amigos.
El experimento es obra de James Fowler y sus colegas de los departamentos de ciencias pol¨ªticas, psicolog¨ªa y gen¨¦tica m¨¦dica de la Universidad de California en San Diego. Contaron con la colaboraci¨®n de Adam Kramer y Cameron Marlow, dos investigadores de Facebook en Menlo Park, California, y presentan sus resultados en Nature.
"La participaci¨®n electoral es sumamente importante en el proceso democr¨¢tico", dice Fowler para justificar su experimento. "Nuestro estudio indica que la influencia social es la mejor forma de estimular la participaci¨®n; y, de forma importante, mostramos que lo que ocurre online importa un mont¨®n para el mundo real".
El estudio muestra que lo que ocurre en la Red importa en el mundo real
En la jornada electoral del 2 de noviembre de 2010 entraron a Facebook 61 millones de estadounidenses en edad de votar. Los investigadores mostraron a 600.000 de ellos, seleccionados al azar, un mensaje de animaci¨®n al voto, sin sesgos partidarios. Llevaba el encabezamiento "Hoy es d¨ªa de elecciones", un enlace a los colegios electorales de la zona, un bot¨®n pulsable de "yo ya he votado" y un contador con los usuarios de Facebook que ya hab¨ªan pulsado el bot¨®n en ese momento. Ese fue uno de los grupos de control.
Mientras, la inmensa mayor¨ªa de los usuarios ¡ª60 millones, redondeando un poco¡ª recib¨ªan el mismo mensaje, pero con una adici¨®n esencial: las fotos de seis amigos que dec¨ªan "yo ya he votado" (es decir, que ya hab¨ªan pulsado el bot¨®n en ese momento). Y, como segundo grupo de control, otros 600.000 usuarios, tambi¨¦n elegidos al azar, no recibieron mensaje de ninguna clase.
Con esa inmensa base de datos, Fowler y sus colegas han podido calcular que el mero mensaje informativo ¡ªel control sin amigos¡ª increment¨® la participaci¨®n en 60.000 votantes. Y que el mensaje social (la versi¨®n con amigos) la increment¨® en otros 280.000 participantes. En total, 340.000 personas que votaron gracias al experimento.
Naturalmente, una cosa es pulsar el bot¨®n de "ya he votado" y otra es haberlo hecho realmente. De hecho, hay estudios anteriores que indican que mucha gente miente diciendo que ha votado para quedar bien ante quien le pregunta. Los investigadores eran plenamente conscientes de ello, pero pudieron medir con precisi¨®n el desfase entre lo virtual y lo real, o entre lo que la gente dice y lo que hace, gracias a que algunos Estados norteamericanos hacen p¨²blicos los registros de votantes, con nombre y apellidos.
La principal lecci¨®n no es que las redes propaguen comportamientos, sino la forma precisa en que lo hacen
Esto permiti¨® al equipo de San Diego calcular que el 4% de los que pulsaron el bot¨®n no fueron a votar en realidad. Ese porcentaje de votantes de boquilla, o de bot¨®n f¨¢cil, ya ha sido descontado de los resultados presentados m¨¢s arriba. El incremento de participaci¨®n en 340.000 personas son votos de la vida real, no pulsaciones de bot¨®n.
Dando la vuelta al dato, resulta notable que el 96% de quienes dijeron haber votado lo hubieran hecho en verdad. En cuanto al 4% restante, Fowler resalta que esta parte del experimento se prepar¨® de forma que Facebook no pudiera conocer los datos del registro real de votantes. Nadie ha sido delatado en la red social como un pulsador mendaz. Otra cuesti¨®n es cu¨¢nto podr¨¢ durar esa confidencialidad. Y otra m¨¢s es si se preservar¨¢ en los -predeciblemente- cientos de experimentos similares que se hagan en el futuro.
La principal lecci¨®n del experimento no es que las redes sociales sirvan para propagar un comportamiento en el mundo real, sino la forma precisa en que lo hacen. "La influencia de los amigos es la que juega un papel esencial en la movilizaci¨®n pol¨ªtica", dice Fowler. "No es el bot¨®n de 'yo he votado', ni la etiqueta de 'hoy es d¨ªa de elecciones' que todo el mundo ha visto, lo que hace salir a votar a la gente; es la persona vinculada a ello".
Por ejemplo, los amigos de los usuarios que recibieron el mensaje salieron a votar mucho m¨¢s que los amigos del grupo control, aquellos 600.000 que no recibieron ning¨²n mensaje. El efecto se extiende al "segundo grado" de separaci¨®n, es decir, a los amigos de los amigos que recibieron el mensaje. Y, tal vez esperablemente, la influencia m¨¢s poderosa la ejercen los amigos m¨¢s cercanos, que suelen ser los que uno se encuentra no solo por la red social, sino tambi¨¦n por la calle.
Quiz¨¢ el mundo no haya cambiado tanto, despu¨¦s de todo.
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