Valores comunes y derechos
En una de las Escuelas de Verano organizada hace algunas semanas por la Alianza de Civilizaciones (www.unaoc.org), en la que se reunieron m¨¢s de 170 j¨®venes de 70 pa¨ªses, se invit¨® a los participantes a resumir en una palabra la experiencia que hab¨ªan vivido durante esa semana. Quedaron todos extasiados y usaron palabras pomposas: un sentimiento ¨²nico en la vida, amor, esperanza, ¨²nico, ¨¦xito, paz, y otras palabras parecidas. Una participante decidi¨® anotar ¡°posibilidad¡±, algo que son¨® bastante dram¨¢tico en aquel ambiente casi euf¨®rico. Sin embargo, acontecimientos recientes nos han mostrado que su visi¨®n era correcta.
La indignaci¨®n leg¨ªtima que ha aflorado en tantos pa¨ªses contra un provocativo v¨ªdeo producido en circunstancias turbias y clandestinas, cuya intenci¨®n era ofender las creencias y sensibilidades religiosas de las personas, es completamente comprensible. Ning¨²n aut¨¦ntico creyente ¡ªtanto musulm¨¢n, cristiano o jud¨ªo, para mencionar solo las religiones del Libro¡ª est¨¢ preparado para aceptar ataques indecentes sobre asuntos que consideran sagrados. Todos los ciudadanos deber¨ªan tener el derecho de no ser ofendidos gratuitamente en sus sentimientos religiosos y aspirar a ser protegidos de tales ataques indecentes. Pero, como derecho, deber¨ªa ser reclamado de forma legal y pac¨ªfica, dentro de los l¨ªmites de la ley.
Otra cosa completamente distinta e inaceptable es permitir que una manifestaci¨®n leg¨ªtima de protesta sea instrumentalizada por extremistas para utilizar la violencia para sus propios fines pol¨ªticos. Los comportamientos y visiones extremistas no llevan a ning¨²n lado y solo son una amenaza para cualquier democracia.
En una sociedad democr¨¢tica, las personas son libres para expresar sus derechos. Unamos todos nuestras voces y trabajemos juntos para lidiar de una manera adecuada con el brote alarmante de extremismo, odio religioso y discurso de odio que mina las expectativas de la gente de alcanzar una vida mejor, con dignidad, libertad y seguridad. Hacen falta urgentemente acciones contundentes para hacer realidad la posibilidad de convivir en diversidad, di¨¢logo, respeto y paz.
Jorge Sampaio es Alto Representante de las Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones y expresidente de la Rep¨²blica Portuguesa.
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