¡°Declaro que M. C. D. es una homosexual rebelde a su familia¡±
La primera lesbiana que pide una indemnizaci¨®n despu¨¦s de ser represaliada por el franquismo fue condenada sin que su defensor alegara nada
La vida le ha dado ¡°un segundo palo¡±, y por eso M. C. D., la primera lesbiana de las represaliadas durante el franquismo que ha pedido una indemnizaci¨®n, entiende que para ella es casi un deber moral atender a los medios de comunicaci¨®n. Pero lo hace a disgusto y con limitaciones: ni su nombre ni su lugar de residencia deben ser hechos p¨²blicos. No es solo por las secuelas de aquel proceso, en el que una ni?a de 16 a?os fue detenida, puesta en libertad condicional y juzgada ya con 17 por ser lesbiana. Tambi¨¦n le influye en la ciudad en la que vive, de la que se niega a dar ning¨²n tipo de detalle, las cosas no le est¨¢n siendo f¨¢ciles a ella y su pareja. La homofobia no est¨¢ extinguida, ni mucho menos comenta Antoni Ruiz, presidente de la Asociaci¨®n de ex Presos Sociales, que es quien ha asesorado a M. C. D. para que reclame.
La mujer cuenta la historia de una manera abreviada y a rega?adientes. ¡°No me acuerdo ni d¨®nde estaba cuando me detuvieron. Vino un grupo de polic¨ªas de paisano, y ya est¨¢. He pasado toda mi vida intentado olvidarlo, superar la psicosis que aquello me produjo¡±. Tampoco sabe por qu¨¦ lo hicieron. Si alguien la denunci¨® o si su comportamiento levant¨® las sospechas de las autoridades. Solo sabe que entones ten¨ªa ¡°17 a?os, edad en la que a¨²n no te has definido como adulto¡±, y que fue sometida ¡°durante meses a un interrogatorio¡±, dice ¡°que no comprendes¡±.
En una especie de comunicado que lee con voz entrecortada, M. C. D. recuerda la dureza de un tiempo en que ser reconocido como gay, lesbiana o transexual era un peligro. Como ejemplo, recuerda a que, de su c¨ªrculo, ¡°dos personas recibieron electrochoques¡± como forma de tratar su desviaci¨®n. Y ellos no se llevaron la peor parte. Otros tres, ¡°un estudiante, un profesor de instituto que era uno de mis mejores amigos y un bombero, se suicidaron¡±. ¡°Si cada uno conocemos a cinco personas [que sufrieron estos procesos], imag¨ªnese lo que era aquello¡±.
La sentencia del juez ¡°de Instrucci¨®n y de Peligrosidad y Rehabilitaci¨®n Social¡± de su provincia da algunas pistas. Apenas dos folios bastan para ejemplificar la homofobia de la ¨¦poca y para intentar arruinar una vida. M. C. D., ¡°hija de una honrada familia¡±, presenta una ¡°una clara orientaci¨®n homosexual teniendo relaciones imp¨²dicas con otra joven a la que domina, persigue y atrae¡± (Una v¨ªctima de la pervertida). Pero, adem¨¢s, es ¡°una persona rebelde a sus familiares a los que desobedece y amenaza¡± cuando ¡°intentan corregirla y educarla¡±.
Ambos delitos (ser lesbiana y obedecer a la familia) est¨¢n en el mismo nivel para un sistema en el que la mayor¨ªa de edad estaba lejana (era a los 21), y en la que ese concepto se aplicaba a las mujeres a rega?adientes.
Por eso, el juez lo tiene claro: M. C. D. ¡°Es una homosexual, rebelde a su familia, que se encuentra en estado peligroso¡±. Por eso le puede aplicar la ley de Peligrosidad Social de 1970, y la condena a ¡°internamiento en un establecimiento de reeducaci¨®n por un tiempo no inferior a cuatro meses ni superior a tres a?os¡±. Tambi¨¦n le proh¨ªbe ¡°visitar salas de fiestas y establecimientos p¨²blicos donde se ingieran bebidas alcoh¨®licas durante dos a?os¡±.
El abogado defensor, por cierto, no tuvo nada que alegar.
A M. C. D. el recuerdo le duele. Pero consigue sacar la iron¨ªa para hablar de su reeducaci¨®n. ¡°Era una c¨¢rcel normal [la prisi¨®n de Alc¨¢zar de San Juan, provincia de Ciudad Real, donde pas¨® cuatro meses], y no hab¨ªa reeducaci¨®n ninguna. Bueno, s¨ª, hac¨ªamos cositas, manualidades de punto, costura y cuero. Por cierto que nos las pagaban muy mal, as¨ª que alguien debi¨® de forrarse con nuestro trabajo¡±, dice.
Que aquel intento reeducador fue un fracaso es una obviedad. Aunque alguno de los conocidos de M. C. D. intent¨® librarse de la presi¨®n cas¨¢ndose, no es su caso. La Comisi¨®n de Indemnizaciones a Ex-Presos Sociales, ¨®rgano colegiado adscrito al Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda, al que corresponde la resoluci¨®n de las solicitudes de indemnizaci¨®n, tendr¨¢ que decidir ahora la resoluci¨®n de la petici¨®n.
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