Los potitos y los pur¨¦s caseros alimentan lo mismo

Los padres (sobre todo, siendo realistas, las madres) que no tienen tiempo de preparar en casa los pur¨¦s para sus beb¨¦s y los compran preparados no tienen de qu¨¦ preocuparse. Los potitos industriales y los caseros presentan un valor nutricional semejante, seg¨²n un estudio elaborado por el Instituto de Investigaci¨®n Sanitaria del hospital La Fe de Valencia y la Universidad de Murcia.

El trabajo muestra que pr¨¢cticamente no existen diferencias entre las propiedades alimenticias de los productos analizados. Para ello, han comparado las prote¨ªnas presentes en ambos tipos de preparados, y han concluido en que solo dependen de la variedad de carne empleada ¡°o la cantidad a?adida a la f¨®rmula¡±. Tambi¨¦n es similar el contenido en grasas, ¡°aunque algunas marcas refuerzan en sus productos el contenido de ¨¢cido linoleico y linol¨¦nico [¨¢cidos grasos esenciales] con la incorporaci¨®n de aceites de semillas¡±.

Ofrecer papillas muy dulces o saladas entre los cuatro y seis meses de vida puede influir en las preferencias de gusto m¨¢s adelante

Respecto al sodio, el trabajo dirigido por el jefe de secci¨®n de la unidad de nutrici¨®n y metabolopat¨ªas de La Fe, Jaime Dalmau, recoge que, en el caso de los compuestos caseros, se corre el riego de sobrepasar las concentraciones de sal recomendadas, ya que ¡°se a?ade a ojo dependiendo del gusto de los padres¡±.

Dalmau explica que el motivo de abordar las diferencias entre los preparados caseros y los industriales reside en el aumento de consumo de los potitos comerciales. Los investigadores recuerdan que entre los cuatro y los seis meses de vida es cuando se produce la maduraci¨®n del sistema digestivo, renal e inmunitario. Por ello, el hecho de ofrecerles papillas muy dulces o saladas puede influir en sus preferencias en edades m¨¢s avanzadas. E indican que desde los cinco o seis meses debe de comenzar a incluirse en la dieta alimentos ¨¢cidos de forma progresiva.