La I+D, un a?o despu¨¦s
Entre todos tenemos que lograr que nuestros responsables pol¨ªticos no sacrifiquen la I+D en el altar de la crisis para mayor gloria del control del d¨¦ficit
El balance en el sector de la I+D en el primer a?o de legislatura evoca la imagen del Titanic hundi¨¦ndose mientras toca la orquesta. Su m¨²sica repetitiva es la de la ¡°excelencia¡±, de comp¨¢s incoherente, que trata de hacernos ver lo que no puede existir donde hay falta de recursos. En el atril del director yace una Ley de la Ciencia (poco innovadora) polvorienta por falta de uso. Junto a ella, escritas en papel reciclado de un ministerio ajeno, languidecen varias aprobaciones para la creaci¨®n de una Agencia Estatal para la Investigaci¨®n a coste cero. A pesar de todo el director de la orquesta sonr¨ªe, orgulloso de una nueva partitura llamada Estrategia Espa?ola de Ciencia, Tecnolog¨ªa e Innovaci¨®n, cuyos acordes poco tienen que ver con la realidad actual y est¨¢n escritos en un lenguaje extra?o que se olvida de las notas que estructuran el todo en I+D: las de la investigaci¨®n b¨¢sica. El barco ya ven¨ªa tocado: durante 2011 la inversi¨®n en I+D cay¨® del 1.39% al 1.33% del PIB, frente a la media del 2.03% en los 27 pa¨ªses de la UE, alej¨¢ndonos cada vez m¨¢s del objetivo del Consejo Europeo del 3%.
Los pasajeros del barco, conscientes de la situaci¨®n, encuentran muy dif¨ªcil bailar al son. Sus temores no son infundados: este a?o se han aprobado dos presupuestos extremadamente preocupantes que recortan m¨¢s y m¨¢s la inversi¨®n en I+D, que ya acumula (en operaciones no financieras) una reducci¨®n de un 41% desde 2009. Y por encima de este recorte sobrevuela la amenaza de la ¡°no disponibilidad presupuestaria¡±, una maniobra de meter m¨¢s la tijera de manera silenciosa pero certera. Todo esto afecta directamente a la dotaci¨®n de los principales botes salvavidas del sistema de I+D: los fondos competitivos del Plan Nacional. Para el a?o que viene existen serias dudas acerca de si saldr¨¢ una nueva convocatoria plurianual de proyectos de investigaci¨®n y, si sale, de que haya suficientes recursos para financiar nuevos proyectos (ya que se han de cumplir con las segundas y terceras cuotas de los aprobados en a?os anteriores).
Nuestros buques insignia est¨¢n muy debilitados. En este ¨²ltimo a?o tanto el CSIC como las universidades se han visto obligados a pagar gastos corrientes con cargo a fondos de proyectos finalistas. Los nuevos recortes presupuestarios van a impedir que esta situaci¨®n del todo irregular se normalice. En el CSIC se teme la formalizaci¨®n de un ERE para poder salir al paso de su insostenible situaci¨®n econ¨®mica. Tanto la nueva reforma laboral como el recorte planeado para el 2013 y el acumulado hasta ahora dejan abierta esa posibilidad legal. Los grupos de investigaci¨®n en las universidades est¨¢n tambi¨¦n en apuros, por una parte por las dificultades presupuestarias derivadas de los recortes en las comunidades aut¨®nomas, y por otra porque el incumplimiento de los objetivos de d¨¦ficit de ¨¦stas est¨¢ impidiendo, por el veto del Ministerio de Hacienda, la transferencia de recursos procedentes del Plan Nacional.
Algunos pasajeros ya han sido lanzados por la borda, empujados por una tasa de reposici¨®n ¨ªnfima, el incumplimiento de promesas escritas de estabilizaci¨®n laboral (programa Ram¨®n y Cajal), el retraso de convocatorias que truncan carreras cient¨ªficas (programas Juan de la Cierva, Ram¨®n y Cajal y Torres Quevedo) y la reducci¨®n continuada del n¨²mero de becas de formaci¨®n (FPI y FPU, que no s¨®lo se reducen sino que, a d¨ªa de hoy, su concesi¨®n est¨¢ paralizada). Otros, mientras tanto, esperan aferrados a las barandillas de cubierta con la vista fija en el Horizonte 2020 de Europa, desde donde se espera que llegue nuestro rescate. Pero ese horizonte tambi¨¦n aparece tormentoso porque algunos estados miembros est¨¢n defendiendo esta misma semana importantes recortes que, de llevarse a cabo, afectar¨ªan directamente al European Research Council (ERC) y su futura capacidad para financiar incluso a nuestros mejores proyectos.
Este es el balance de la I+D en el ¨²ltimo a?o. Pero existe un aspecto positivo y es que, por primera vez, la comunidad cient¨ªfica se ha unido para impedir el deterioro irreversible de un sistema de ciencia y tecnolog¨ªa que ha llevado cuatro d¨¦cadas construir. El objetivo no es defender el status quo sino construir un sistema de investigaci¨®n competitivo sobre la idea de que la I+D no es accesoria, sino un motor del cambio econ¨®mico necesario para salir de la crisis. Pero para ello se necesitan recursos y maximizar los logros que se han obtenido hasta ahora, incluyendo nuestras generaciones de cient¨ªficos mejor preparadas.
Entre todos tenemos que lograr que nuestros responsables pol¨ªticos no sacrifiquen la I+D en el altar de la crisis para mayor gloria del control del d¨¦ficit (sobre el que no tiene impacto) siguiendo una estrategia de tierra quemada... tierra que precisamente es la m¨¢s productiva a largo plazo y la que nos da esperanzas de futuro.
Amaya Moro-Mart¨ªn es investigadora del CSIC y promotora de la Plataforma por una Investigaci¨®n digna
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