Sabrina, Rosario, Iris, Manpreet...
Este a?o, 43 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas
Iria, Ana Mar¨ªa, Rosario, Nataliya... Y as¨ª hasta 43 nombres. Los de las 43 mujeres asesinadas este a?o por sus parejas o exparejas. La violencia machista, que alcanza tambi¨¦n a los hijos de las v¨ªctimas de malos tratos, no cesa. Estas son algunas de las vidas que ha segado en 2012 esta lacra.
SABRINA
Una mujer pese a los papeles
Los documentos de identidad de Sabrina, la mujer asesinada por su pareja el 16 de noviembre en Fuengirola (M¨¢laga), son rigurosamente aut¨¦nticos a ojos del Estado. Tienen todos los datos, fotos, sellos y firmas exigibles. Sin embargo, tras toda esta autenticidad oficial se esconde una falsedad profunda. Los documentos se refieren a Sabrina, nacida hace 30 a?os en Casablanca (Marruecos), como Mustaf¨¢ Anuar. Un nombre y, sobre todo, un sexo, el masculino, en el que la v¨ªctima no se reconoc¨ªa y del que, con esfuerzo, hab¨ªa conseguido liberarse psicol¨®gica y fisiol¨®gicamente.
Sabrina, transexual, vivi¨® como mujer y fue asesinada por ser mujer. Sin embargo, los papeles ¡ªtan pulcros, tan en regla, tan falsos¡ª y el Estado siguen consider¨¢ndola var¨®n. Tras someterse a un tratamiento de hormonas y a la cirug¨ªa de reasignaci¨®n sexual al margen de la sanidad p¨²blica, Sabrina no hab¨ªa iniciado los tr¨¢mites para modificar sus documentos de identidad. ¡°En Marruecos es imposible ese cambio y tem¨ªa perder las prestaciones y las cotizaciones en Espa?a¡±, cuenta un abogado amigo de la v¨ªctima.
Tras el asesinato de Sabrina, buena parte de la sociedad y los pol¨ªticos vieron un caso palmario de violencia machista. Sin embargo, los jueces se ci?eron a la seguridad de los documentos y trataron el caso como un asesinato com¨²n, al margen de la ley de violencia de g¨¦nero. Un hombre ha asesinado a otro. Punto final. Esto ha indignado a los movimientos de defensa de las personas gais y transexuales. ¡°Pedimos el cambio en la ley para incorporar a homosexuales y transexuales hayan terminado o no el proceso de reasignaci¨®n sexual. No se puede aplicar la ley de forma sexista¡±, propone Rafael Moral, de la asociaci¨®n Colega.
Sabrina lleg¨® a Espa?a junto a su madre hace 18 a?os. Cuando era menor de edad ya empez¨® a sentirse mujer y comenz¨® su proceso de cambio de sexo. Ejerci¨® diversos trabajos para mantenerse ella y a su madre: trabaj¨® en espect¨¢culos, tuvo un puesto de venta ambulante y puso un bar con un socio brit¨¢nico en Fuengirola.
¡°Era una persona superbuena. Le gustaba arreglarse, tomar el sol, la playa, estar acompa?ada por los amigos y ayudar a los dem¨¢s¡±, cuenta su amigo Mourad. Hace un a?o y medio, Sabrina conoci¨® a un hombre de nacionalidad rumana y pronto se fueron a vivir juntos. Los malos tratos no tardaron en llegar. ¡°El novio la agredi¨® varias veces y ella logr¨® una orden de alejamiento, tambi¨¦n de un juzgado com¨²n de Granada. Todo el mundo le dec¨ªa que lo dejara, pero no tuvo protecci¨®n¡±, afirma el amigo.
Mourad se ha encargado de la repatriaci¨®n del cad¨¢ver de Sabrina a Marruecos, sufragado con un seguro de salud suscrito por la propia v¨ªctima. El pasado mi¨¦rcoles, el cuerpo aterriz¨® en Casablanca. Los papeles, con toda la solemnidad oficial, dicen que en ata¨²d hab¨ªa un hombre. Mienten.
MANPREET
Un crimen en 7 minutos
Manpreet Kaur ten¨ªa 26 a?os cuando la mataron a navajazos mientras dorm¨ªa en su casa en Olot (Girona), el pasado 14 de enero. Diez meses despu¨¦s, su cuerpo sigue embalsamado en el Instituto de Medicina Legal de Catalu?a. Sus padres, que viven en la regi¨®n de Punjab (India) no pudieron incinerarla, como es costumbre en su cultura. En la c¨¢rcel esperan juicio el marido de la v¨ªctima y un hermano de este, ¨²nicos sospechosos del crimen. Su hijo, que ha cumplido seis a?os, vive ahora con una t¨ªa. Manpreet es una de las 11 mujeres v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero registradas en Catalu?a, una comunidad donde el 2012 ha sido un a?o negro.
Las autoridades siguen investigando el caso de Manpreet. Al principio, la familia apunt¨® a un robo como m¨®vil del crimen que ahora se imputa a Ajit Singh, su esposo, y a Gurjeet Singh, su cu?ado. El primero apareci¨®, aparentemente afligido, en el minuto de silencio que el Ayuntamiento de la localidad de la Garrotxa convoc¨® para recordar a Manpreet al d¨ªa siguiente de su muerte. Tres semanas despu¨¦s, el 10 de febrero, la polic¨ªa le deten¨ªa junto a su hermano Gurj¨¦et.
La familia de Singh ha hecho pi?a desde el primer d¨ªa y no deja de repetir que los acusados son inocentes. ¡°Yo no entiendo por qu¨¦ est¨¢n presos. No hay pruebas contra ellos¡±, afirma por tel¨¦fono una familiar que pide no ser identificada. El fiscal no lo cree as¨ª. Seg¨²n el relato de la polic¨ªa, los dos acusados necesitaron siete minutos para cometer el crimen. El tiempo que les llev¨® salir de la f¨¢brica de embutidos en la que trabajaban al acabar su turno (a las 12.10), llegar hasta la casa ¡ªsituada a escasos metros¡ª y sorprender a Manpreet en su cama. A las 12.17 ya le hab¨ªan asestado varios navajazos y una vecina hab¨ªa llamado a la polic¨ªa para avisar de que algo hab¨ªa ocurrido. En la humilde vivienda no faltaban objetos de valor. La puerta no estaba forzada y la polic¨ªa cient¨ªfica solo encontr¨® huellas y datos gen¨¦ticos de los dos sospechosos, seg¨²n el fiscal.
El fin de semana antes de su muerte, Manpreet y su marido hab¨ªan estado esquiando con el hijo de ambos. Ella era una mujer moderna y guapa, que se mov¨ªa en moto y vest¨ªa ropa al estilo occidental. Sus compa?eros en la f¨¢brica textil de Sant Jaume de Llierca, donde trabajaba, no recuerdan un mal gesto suyo. Era ¡°extrovertida, amable y simp¨¢tica¡±, le dijeron a la juez del caso. Hac¨ªa ocho a?os que hab¨ªa llegado a Catalu?a con su esposo, siguiendo a una de las hermanas de este. Manpreet no hab¨ªa presentado ninguna denuncia por violencia de g¨¦nero. El fiscal apunta a los celos como posible m¨®vil del crimen. Un compa?ero de trabajo de la mujer cont¨® a la polic¨ªa que esta hab¨ªa planteado a su marido la posibilidad de divorciarse.
HIJOS DEL ODIO
V¨ªctimas invisibles
La ¨²ltima llamada que hizo F.J.B.C, gallego de 51 a?os, fue a su exmujer. ¡°As¨®mate a la ventana y ver¨¢s lo que te mereces¡±, le dijo. Fueron sus ¨²ltimas palabras. Segundos m¨¢s tarde, poco despu¨¦s de las seis de la ma?ana del pasado 9 de julio, estrell¨® su coche, consigo mismo y con su hijo de 11 a?os dentro. Ambos murieron en Santa Luc¨ªa de Tirajana (Gran Canaria), a escasos metros de la casa de la
madre del ni?o. La mujer a la que quiso da?ar rob¨¢ndole una de las cosas que m¨¢s quer¨ªa: la vida del peque?o.
La mujer ya hab¨ªa denunciado a su exmarido ¡ªdel que estaba divorciada desde hac¨ªa seis a?os¡ª por malos tratos. De hecho, tuvo una orden de protecci¨®n en vigor contra ¨¦l hasta 2008. Tras esto, se hab¨ªan registrado problemas en la expareja, pero por el impago de la pensi¨®n para los dos hijos que ten¨ªan en com¨²n. Ella ahora ten¨ªa otra pareja, con la que viv¨ªa, acompa?ada de sus dos hijos.
Pocos d¨ªas antes del accidente provocado, el chaval mayor, de 17 a?os, se hab¨ªa negado a ir con su padre en los d¨ªas que le tocaban como parte del acuerdo de visitas. El peque?o s¨ª se fue. Su madre llevaba unos d¨ªas sin verle la noche que recibi¨® la llamada de su exmarido. Una llamada, relat¨® despu¨¦s, en la que el fallecido le dijo que lo que se merec¨ªa era ver explotar el coche en el que se encontraba su hijo.
Esta no es la primera vez que los ni?os se convierten en v¨ªctimas directas de la violencia de g¨¦nero. Las estad¨ªsticas no contabilizan sus historias como tal y se consideran violencia dom¨¦stica. As¨ª, a veces se convierten en v¨ªctimas invisibles de la lacra del machismo, una violencia extendida hacia las madres que tambi¨¦n se lleva por delante sus vidas. Como la de los peque?os Ruth y Jos¨¦, cuyo padre est¨¢ imputado por asesinato.
En el barrio grancanario de Los Llanos, donde sucedieron los hechos, los vecinos apenas comentan lo ocurrido. ¡°Fue muy cruel¡±, dice una vecina con cara angustia al hablar del tema. La madre, hoy, trata de recuperarse. Sin hacer ruido, sin protagonismo; con todo el dolor del mundo. Su familia la arropa. Su otro hijo, que perdi¨® a padre y hermano, no se separa de ella.
En el Ayuntamiento de Santa Luc¨ªa de Tirajana no olvidan lo sucedido. Antonio Pe?a, concejal de Seguridad, recuerda c¨®mo los funcionarios restauraron la rotonda donde se estrell¨® el coche. En menos de 24 horas el muro afectado estaba repuesto y pintado de blanco reluciente. La madre, al salir de casa, ya no pod¨ªa ver las se?ales del lugar donde se hab¨ªa dejado la vida su hijo. Y su exmarido. Sin embargo, el ni?o, como se supo despu¨¦s, no falleci¨® en el accidente ni por la explosi¨®n del coche. Fue apu?alado horas antes por su padre, que despu¨¦s mont¨® su cuerpo en el veh¨ªculo y lo hizo explotar delante de casa de su exmujer. Para dejarle a¨²n m¨¢s huella.
Con informaci¨®n de Fernando J. P¨¦rez (M¨¢laga), Ant¨ªa Castedo (Girona) y Txema Santana (Las Palmas de Gran Canaria)
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