La Complutense saca a la calle el descontento de las universidades
Un centenar de docentes dan clase a sus alumnos en plazas madrile?as La profundidad de los recortes deja sin capacidad de reacci¨®n a los campus p¨²blicos
M¨¢s de 100 profesores de la Complutense de Madrid protestaron ayer contra los recortes que ahogan a las universidades sacando sus clases a la calle. Centenares de alumnos les siguieron, a pesar del fr¨ªo, desperdigados por el centro. El campus presencial m¨¢s grande de Espa?a, y uno de los que sufre m¨¢s los ajustes, daba visibilidad as¨ª a un descontento que atraviesa las universidades p¨²blicas de toda Espa?a, por los recortes econ¨®micos y por la subida de tasas, que afectan directamente a los alumnos.
La cuenta del ahogo es sencilla, aunque los montos exactos sean todav¨ªa inciertos: las universidades p¨²blicas no consiguen reducir sus gastos a la misma velocidad que desde las Administraciones recortan sus ingresos. B¨¢sicamente, porque para hacerlo no es suficiente con reducir al m¨¢ximo los gastos corrientes o adelgazar la n¨®mina de profesores a tiempo parcial, sino que tendr¨ªan que empezar a despedir a docentes funcionarios, explica el catedr¨¢tico de la Universidad de Ja¨¦n Juan Hern¨¢ndez Armenteros. Y esos despidos no son posibles y, probablemente, tampoco deseables en un momento en el que la matr¨ªcula est¨¢ creciendo: el curso pasado hab¨ªa cerca de 70.000 alumnos m¨¢s en las universidades p¨²blicas que en 2008-2009.
Algunos ejemplos del ahogo est¨¢n en Catalu?a, donde los campus acumulan un d¨¦ficit de 238 millones; y en la Comunidad Valenciana y Andaluc¨ªa, donde los Gobiernos aut¨®nomos deben a sus universidades 600 millones y 700 millones, respectivamente. Ni todas las comunidades est¨¢n ajustando igual ni todos los campus tienen n¨²meros rojos, pero el futuro es bastante negro para todos: los recortes ser¨¢n en 2013 de varios cientos de millones en toda Espa?a a sumar a los m¨¢s de 800 perdidos en los ¨²ltimos tres a?os.
En tres a?os,? 800 millones de euros menos para 70.000 alumnos m¨¢s
En Madrid, las universidades p¨²blicas disponen de 863 millones para 2013. Han perdido 165 millones en los ¨²ltimos presupuestos que la Comunidad de Madrid espera que recuperen con la subida de tasas. El dinero para inversiones (obras y edificios nuevos) ha ca¨ªdo m¨¢s del 90% desde 2008, cuando el Gobierno regional dinamit¨® un acuerdo a cinco a?os por 640 millones que hab¨ªa suscrito con sus seis campus p¨²blicos.
¡°Intentamos cambiar nuestra propia mentalidad, presionar a la Comunidad de Madrid y mostrar a la gente cu¨¢l es nuestro trabajo¡±, explica Juan Varela, profesor de Filolog¨ªa Italiana y miembro de la coordinadora que ha organizado la jornada de protesta. Varela puso el germen hace un mes con una clase al raso sobre Dante Alighieri; antes del verano, hab¨ªan hecho lo mismo un grupo de profesores de la Universidad de Sevilla y la Pablo de Olavide en la capital andaluza. De hecho, desde que los alumnos y profesores catalanes abrieran la espita de la protesta en noviembre de 2011, han seguido todo tipo de acciones en toda Espa?a.
Los recortes universitarios empezaron a llegar (como en todos los sectores) en el curso 2009-2010, justo cuando el alumnado repuntaba y cuando se supon¨ªa que los campus deb¨ªan hacer un esfuerzo extra para adaptarse al nuevo modelo com¨²n europeo (proceso de Bolonia), que requer¨ªa, entre otras cosas, atenci¨®n personalizada con grupos m¨¢s peque?os de alumnos; algo probablemente inviable hoy.
Los centros tratan de reducir al m¨¢ximo los gastos corrientes
Desde entonces, los campus han ido aprobando planes de ajuste tratando de reducir al m¨¢ximo los gastos en infraestructura y en el d¨ªa a d¨ªa, desde la luz y la limpieza hasta el material de oficina, los a?os sab¨¢ticos o el dinero para congresos, llegando incluso a cerrar instalaciones en vacaciones, como han hecho, entre otras, las universidades de Oviedo o M¨¢laga.
En la Comunidad Valenciana, las cinco universidades p¨²blicas est¨¢n al borde del colapso financiero. La Generalitat les abona las transferencias para gastos corrientes tarde y mal, unos meses a una le pagan en efectivo, mediante transferencia bancaria, y al resto mediante confirming, una especie de aval con el que los gerentes piden en un banco un cr¨¦dito para pagar n¨®minas.
A los recortes desde las Administraciones y los retrasos en los pagos se a?ade la inestabilidad presupuestaria. ¡°Estamos francamente angustiados¡±, reconoce Adelaida de la Calle, rectora de M¨¢laga y presidenta de la Conferencia de Rectores de las Universidades Espa?olas (CRUE). ¡°Trabajamos con presupuestos virtuales¡±, afirma De la Calle, que pone como ejemplo su universidad. En la matriculaci¨®n no han notado mucho el impacto de los incrementos de los precios p¨²blicos: tienen el mismo n¨²mero de alumnos, aunque los chicos se han apuntado a menos asignaturas. Pero ya se est¨¢ gestando otro problema. De la Calle sostiene que en su centro se han duplicado este a?o las peticiones de becas al ministerio. ¡°A muchos de estos posibles becarios no le van a conceder las ayudas y entonces se desmatricular¨¢n de cr¨¦ditos y tendremos menos ingresos de lo previsto¡±, apunta la presidenta de la CRUE.
En la Comunidad Valenciana hay cinco campus al borde del colapso financiero
A esa situaci¨®n hay que sumar los desencuentros de los rectores con el ministro de Educaci¨®n nombrado por el PP, Jos¨¦ Ignacio Wert, que lleg¨® al cargo con un discurso muy duro y cr¨ªtico hacia las universidades. El desencuentro culmin¨® con un ins¨®lito plant¨®n de los rectores al ministro en el Consejo de Universidades de mayo. La raz¨®n fue que Wert se neg¨® a discutir el decreto que acababa de aprobar para reducir el gasto educativo en 3.900 millones entre 2012 y 2013, en torno a la mitad de los cuales son de la universidad. Los rectores no llegaron a poner en cuesti¨®n la magnitud del hachazo, sino m¨¢s bien los errores t¨¦cnicos de los c¨¢lculos ministeriales (aunque s¨ª rechazaron firmemente el endurecimiento de las condiciones para obtener becas).
El ministerio piensa ahorrar unos 2.000 millones de euros poniendo m¨¢s horas de clase a los docentes que investiguen menos, reduciendo el n¨²mero de titulaciones con pocos alumnos, limitando la incorporaci¨®n de nuevos profesores, obligando a las universidades a cumplir con el principio de estabilidad presupuestaria y, sobre todo, aumentando el precio de las matr¨ªculas universitarias, medida con la cual pensaban ahorrar m¨¢s de 1.700 millones.
¡°Trabajamos con presupuestos virtuales¡±, denuncia Adelaida de la Calle
Pero estas dos ¨²ltimas medidas presentan varios problemas. Primero, el c¨¢lculo de ahorro, pues cada comunidad ha hecho de su capa un sayo: las hay que han congelado el precio de las primeras matr¨ªculas (como Asturias y Galicia) y las hay que las han subido hasta los 400 euros (Madrid y Castilla y Le¨®n) o de 600 a 900 euros en Catalu?a; para los repetidores, los precios se han disparado en la inmensa mayor¨ªa. Adem¨¢s, las Administraciones van a dejar de dar esos 1.700 millones a las universidades, contando con que los recuperar¨¢n a trav¨¦s del aumento de las tasas, pero esto no est¨¢ asegurado, porque es muy posible que los alumnos reajusten el n¨²mero de asignaturas de las que se matriculan para no gastar tanto. Con lo cual, los campus tendr¨ªan ah¨ª otro agujero en su financiaci¨®n justo cuando el Estado les obliga a cumplir con el principio de estabilidad.
En Catalu?a, la ca¨ªda de los ingresos y la lentitud de los planes de ajustes han disparado el d¨¦ficit de los siete campus p¨²blicos hasta los 238 millones. Desde 2009, la aportaci¨®n a las universidades se ha reducido en 168 millones, pasando de los 901 millones de 2009 a los 747 actuales.
En Andaluc¨ªa, las 10 universidades p¨²blicas tuvieron que recortar a finales del curso pasado 130 millones de sus presupuestos. Paralelamente, los rectores han presionado a la Administraci¨®n aut¨®noma para que salde la deuda de 700 millones que la Junta mantiene de 2011. La Junta ha empezado a desbloquear fondos para los campus, aunque todav¨ªa no se ha fijado un calendario de pagos.
Con informaci¨®n de I. Vallesp¨ªn, M. Planelles y E. Molt¨®.
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