El Gobierno brit¨¢nico eximir¨¢ a la Iglesia anglicana de oficiar bodas gais
El primer ministro Cameron hace de las bodas gais una apuesta pol¨ªtica personal y da libertad de voto a unos divididos conservadores
Los homosexuales brit¨¢nicos podr¨¢n empezar a ejercer el derecho a casarse con los mismos derechos y deberes que las parejas heterosexuales a partir de 2014, si se cumplen los planes presentados este martes en los Comunes por la coalici¨®n de conservadores y liberales-dem¨®cratas. El primer ministro David Cameron, que ha hecho de las bodas gais una apuesta pol¨ªtica personal, ha dado finalmente garant¨ªas a todas las confesiones religiosas de que no se ver¨¢n forzadas a celebrar esas bodas y ha dado un paso m¨¢s all¨¢ para proteger a la Iglesia de Inglaterra (y a la de Gales) al prohibir expresamente las bodas homosexuales en esta confesi¨®n, que es la iglesia oficial del pa¨ªs.
Cameron parece haber calculado con sumo cuidado una decisi¨®n con la que intenta resucitar su maltrecha imagen de l¨ªder centrista del Partido Conservador de cara a las elecciones generales de 2015. Aunque la oposici¨®n a dar pleno reconocimiento legal a los matrimonios entre personas del mismo sexo ha tenido in enorme eco medi¨¢tico, con los diarios ultraconservadores Daily Mail y Daily Telegraph profetizando casi el final de la familia tal y como la conocemos ahora, el primer ministro tiene pr¨¢cticamente asegurada una ampl¨ªsima mayor¨ªa en los Comunes porque la iniciativa cuenta con el respaldo de los liberales y de la oposici¨®n laborista.
Solo un improbable bloqueo en la C¨¢mara de los Lores, que suele ser m¨¢s coherente que la de los Comunes en temas de igualdad de derechos, podr¨ªa hacer descabalgar el proyecto del Gobierno o retrasarlo hasta la pr¨®xima legislatura.
La jugada maestra del primer ministro ha sido aprovechar el clima catastrofista creado por la derecha conservadora para anunciar libertad de voto cuando el proyecto sea sometido al escrutinio de los diputados. As¨ª ahoga la posibilidad de que esa votaci¨®n se convierta en un voto de censura al primer ministro y convierte en mera an¨¦cdota el n¨²mero de conservadores que acaben votando en contra porque ya no se tratar¨¢ de un acto de rebeld¨ªa contra ¨¦l, sino de un voto de acuerdo con los valores personales y la conciencia de cada diputado. Y de cada ministro¡
La evoluci¨®n de esos valores en el seno del Partido Conservador ha sido espectacular en los ¨²ltimos a?os. Hace no tanto tiempo, el actual primer ministro (Cameron), el anterior primer ministro conservador (John Major) y el que bien podr¨ªa ser el pr¨®ximo (el alcalde de Londres, Boris Johnson), votaron a favor de leyes que reprim¨ªan los derechos de los homosexuales. Hoy, los tres se han pronunciado a favor de que puedan casarse. Incluso por la Iglesia, si quieren.
Si quieren, y si pueden, porque solo podr¨¢ haber matrimonio eclesi¨¢stico en aquellas confesiones cuya jerarqu¨ªa se pronuncie expresamente a favor de reconocer el matrimonio entre homisexuales. Una opci¨®n que solo se espera que sea aceptada por los cu¨¢queros, la Iglesia Unitaria y el Juda¨ªsmo Liberal, una de las dos ramas progresistas del juda¨ªsmo brit¨¢nico.
Con los opositores al matrimonio gay utilizando la libertad religiosa como pen¨²ltimo cartucho para impedirlo, Cameron ha dado una triple garant¨ªa a todas las confesiones de que no se ver¨¢n forzadas a ponerlo en pr¨¢ctica. Y una cuarta garant¨ªa adicional a los anglicanos: tanto la Iglesia de Inglaterra como la de Gales tendr¨¢n expresamente prohibido celebrar enlaces entre personas del mismo sexo.
Para las dem¨¢s confesiones, el Gobierno legislar¨¢ para asegurarse de que ninguna organizaci¨®n o sacerdote a t¨ªtulo individual pueda ser obligado a casar a personas del mismo sexo o a permitir que eso ocurra en el recinto de su iglesia; los sacerdotes tendr¨¢n prohibido celebrar matrimonios gais a menos que el ¨®rgano de gobierno de su confesi¨®n religiosa lo haya decidido expresamente; la ley de Igualdad de 2010 ser¨¢ enmendada para impedir que se pueda plantear una denuncia por discriminaci¨®n contra grupos religiosos o individuos por negarse a celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo.
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