¡°Tener m¨®vil no desvirt¨²a nuestras creencias ind¨ªgenas¡±

Con 29 a?os, Mario Nic¨¤cio es uno de los l¨ªderes m¨¢s j¨®venes que ha tenido el Conselho Ind¨ªgena de Roraima (CIR) de Brasil, que lleva lleva 40 a?os trabajando a favor de los derechos de los pueblos ind¨ªgenas. En sus inicios encontr¨® resistencia entre los mayores ¡ªacostumbrados a dirigentes m¨¢s experimentados¡ª, adem¨¢s de por su edad, por sus innovadores proyectos para adaptar a los ind¨ªgenas a los beneficios del siglo XXI, sin perder su identidad ni sus tradiciones.

Ha venido a Madrid a recibir el premio Bartolom¨¦ de las Casas que la Casa de Am¨¦rica y el Ministerio de Asuntos Exteriores han concedido al CIR. Los 50.000 euros del galard¨®n ser¨¢n destinados a un fondo comunitario. Vestido a la usanza occidental, su ¨²nico adorno es un collar que le regal¨® un l¨ªder de la tribu yanomami como talism¨¢n de protecci¨®n para este viaje, aunque no es la primera vez que viaja a Europa.

¡°Utilizamos la tecnolog¨ªa, es necesario. Pero estamos atentos para que no se conviertan en una adicci¨®n, que no nos enganchemos al consumismo¡±, manifiesta. Quiere dejar claro que los abor¨ªgenes tambi¨¦n pueden adaptarse sin perder su identidad. ¡°Hay ind¨ªgenas que tienen carros, ordenadores, m¨®viles, que viven en casas, cerca de las ciudades. Pero los wapixana continuamos siendo wapixana. Adaptarnos a la vida moderna no desvirt¨²a nuestras creencias¡± explica. Defiende la importancia de la educaci¨®n, pero respetando la diversidad cultural, que se adecue a sus tradiciones.

Le cuesta decidir qu¨¦ tomar porque prefiere productos naturales y frescos; y reconoce que la comida envasada es uno de los problemas de su visita a Espa?a. Pide un zumo de pi?a, del que toma unos peque?os sorbos. No le gusta y termina dej¨¢ndolo, mientras habla del poco inter¨¦s que le genera que se celebre el Mundial de f¨²tbol en R¨ªo de Janeiro, o los Juegos Ol¨ªmpicos. Le asombra de que se invierta m¨¢s dinero en instalaciones deportivas que en programas educativos o sanitarios. Y le preocupa que los pr¨®ximos eventos deportivos incrementen el turismo a las selvas, sobre lo que tiene sus reservas: ¡°Llenan de basura las tierras. Adem¨¢s, hemos sufrido el robo de plantas que luego patentan las empresas farmac¨¦uticas¡±.

Las enfermedades contagiosas son uno de los problemas que aqueja a las tribus m¨¢s aisladas. ¡°El VIH comienza a convertirse en un grave problema, junto a la malaria¡±, cuenta, por lo que han formado personal ind¨ªgena sanitario que unifique la medicina ancestral con la moderna y les d¨¦ atenci¨®n m¨¦dica.

Se muestra cauto en criticar al Gobierno brasile?o y solo manifiesta que Dilma Rousseff ha recibido ¡°a todos los sectores menos a los abor¨ªgenes¡±. No se sienten muy apoyados por la falta de actuaci¨®n gubernamental contra los garimpeiros (mineros ilegales), tal como les prometi¨® Lula.

A pesar de los logros, todav¨ªa quedan otras amenazas adem¨¢s de las incursiones ilegales de los mineros. Varios proyectos de ley como el pol¨¦mico c¨®digo forestal 215, que reducir¨ªa los territorios ind¨ªgenas, o la ley que prev¨¦ la explotaci¨®n minera en sus tierras, o la construcci¨®n de dos centrales hidroel¨¦ctricas que inundar¨ªan dos poblados. ¡°Lo ¨²nico que queremos es respeto¡±, concluye.