¡°Alemania no es capaz de verse a s¨ª misma¡±
El soci¨®logo habla de 'merkiavelismo': la nueva relaci¨®n de poder en la UE
Llega a la cita un cuarto de hora antes. Estamos en la cafeter¨ªa de un hotel de Barcelona, donde el jueves abarrot¨® la sala grande del Centro de Cultura Contempor¨¢nea (CCCB) para hablar del tema que aborda en su ¨²ltimo libro: Una Europa alemana (Paid¨®s). Con calma, el soci¨®logo Ulrich Beck (Slupsk, Alemania, 1944) llena un bol de fruta, se sienta y pide un t¨¦ al camarero. Quien nos ense?¨® que la actual es ¡°la sociedad del riesgo¡± piensa unos segundos antes de cada respuesta.
Est¨¢ impresionado con la respuesta del p¨²blico la v¨ªspera en el CCCB. ¡°M¨¢s de 500 personas, fue un debate de gran calidad. Iba para hablar, pero tambi¨¦n escuch¨¦ mucho¡±, celebra. Lo que aborda en su ¨²ltimo ensayo interesa en Espa?a. Es uno de los pa¨ªses del sur de Europa ¡°v¨ªctimas de la crisis financiera que ha provocado que los Estados cambiaran la redistribuci¨®n de sus recursos: recortando prestaciones, pensiones o en educaci¨®n para ayudar a los bancos¡±.
Unas medidas de las que Alemania es en parte responsable, pero de cuyas consecuencias su sociedad, la alemana, no es consciente, dice. Por eso ha escrito el libro: ¡°Para que Alemania se vea a s¨ª misma, porque ahora no es capaz de verse desde la perspectiva del resto¡±. ¡°Los alemanes deber¨ªamos preguntarnos qu¨¦ pasar¨ªa si en Espa?a el jefe de Estado o el Parlamento nos invitaran a reducir el gasto en un 40%. ?Ser¨ªa una explosi¨®n!¡±, sonr¨ªe con la franqueza de quien sabe que hoy algo as¨ª es imposible.
El pa¨ªs m¨¢s poderoso y rico del continente decide hoy sobre el resto. Y la austeridad que impone ha dividido a los europeos en norte y sur, afirma. La amenaza de un ¡°riesgo puede provocar grandes desplazamientos tect¨®nicos en el paisaje del poder¡±. ¡°Europa tiene un tel¨¦fono, est¨¢ en Berlin y es de Angela Merkel¡±, dice, y vuelve a sonre¨ªr. Pese a las pausas, el bol sigue lleno de fruta. Beck no comer¨¢ m¨¢s que mel¨®n y uva, y apenas tomar¨¢ t¨¦.
Una europa alemana recupera una idea que Ulrick public¨® en oto?o en Der Spiegel: el ¡°merkiavelismo¡±. Merkel ha aprovechado la situaci¨®n y ha remodelado las relaciones de poder en Europa. El modelo ¡°merkiavelo¡± se basa en cuatro puntales. Uno: Alemania es el pa¨ªs m¨¢s rico de la UE. Dos: el ¡°titubeo calculado que practica Merkel es su cualidad natural, ser vacilante¡±. Tres: la habilidad que tiene la canciller para compatibilizar la competitividad electoral nacional con el papel de arquitecto europeo. Y cuatro: dictar a los socios lo que en Alemania se considera ¡°la f¨®rmula m¨¢gica, el ahorro¡±. ¡°Un neoliberalismo despiadado¡±, en pos de la estabilidad.
Pese a la contundencia del concepto y ¡°salvo algunas reacciones positivas¡±, Beck asegura que en Alemania ¡°esta discusi¨®n no ha empezado¡±. ¡°Hay un consenso en la opini¨®n p¨²blica seg¨²n el cual la pol¨ªtica de Merkel es correcta en el n¨²cleo y tiene base econ¨®mica¡±. En Alemania, ¡°la palabra poder es tab¨². Hablamos de responsabilidad, de ejemplaridad, de ense?ar a los dem¨¢s¡±, asegura el soci¨®logo.
Beck lleva tiempo defendiendo el ¡°contrato social¡± como ¨²nica salida a esta Europa en horas bajas. ¡°Europa debe ser refundada, repensada en t¨¦rminos pol¨ªticos, de gran pol¨ªtica, con pol¨ªticas comunes que superen el ¨¢mbito estatal. Debemos hacerlo todos nosotros. No podemos esperar al gran intelectual, se han escondido. Si les llamas, salta el contestador¡±. Es un aviso y una invitaci¨®n.
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