¡°Espera, espera. Pronto se quitar¨¢¡±
Los Acuerdos con jud¨ªos, protestantes y musulmanes cumplen 20 a?os con deficiencias
¡°Aqu¨ª guardamos los datos de la Iglesia cat¨®lica y aquello es el archivo de los herejes y los infieles¡±, sol¨ªa decir una funcionaria de la Direcci¨®n General de Asuntos Religiosos en el Ministerio de Justicia cuando ense?aba su negociado. Ocurri¨® todav¨ªa a finales de los a?os 90 del siglo pasado, bajo el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, en pleno desarrollo de la Ley Org¨¢nica de Libertad Religiosa. Para entonces, el Estado espa?ol hab¨ªa firmado ya tres acuerdos de cooperaci¨®n con las religiones consideradas en aquel momento de ¡°notorio arraigo¡± (jud¨ªos, protestantes y musulmanes), pero la tradicional confesionalidad nacionalcat¨®lica de Espa?a se resist¨ªa a retroceder. Ayer se celebr¨® la conmemoraci¨®n de la r¨²brica, hace veinte a?os, de aquellos acuerdos/ley, presidida por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n. M¨¢s tarde, en un largo coloquio con los l¨ªderes de esas confesiones, se constat¨® que la celebraci¨®n, sin ser funeral, ofrec¨ªa escasos motivos para el entusiasmo.
La jornada se cerr¨® con la presentaci¨®n del Centro Internacional para el Di¨¢logo Interreligioso e Intercultural King Abdullah Bin Abdulaziz (KAICIID ) fundado por el Reino de Arabia Saud¨ª, Austria y Espa?a, con el Vaticano como ¡°observador fundador¡±. El Centro, algo as¨ª como una alianza de civilizaciones religiosas, celebra este fin de semana en Madrid su primera reuni¨®n del comit¨¦ directivo desde que comenz¨® a funcionar en Viena en noviembre del a?o pasado.
Aprobada dos a?os despu¨¦s de la entrada en vigor de la Constituci¨®n de 1978, la ley de Libertad Religiosa garantiza a las religiones minoritarias los mismos derechos que a la Iglesia cat¨®lica. Pura teor¨ªa. Un ejemplo lo puso esta ma?ana Alberto de la Hera, que fue director general de Asuntos Religiosos con Aznar. Una vez, el alcalde de una ciudad se negaba a permitir el entierro por el rito musulm¨¢n de uno de sus vecinos. Para ello apelaba a una simple ordenanza municipal. Advertido por De la Hera de su tremendo error ¨C¡°?Una ley org¨¢nica est¨¢ por encima de sus ordenanzas, se?or¡±!-, el edil se cerraba sobre su autoridad. Hubo que enviarle a un subdirector del Ministerio de Justicia, ¡°que hizo cientos de kil¨®metros a cuenta de los impuestos de todos ustedes¡±, para meterlo en raz¨®n.
El ex director general elev¨® una queja m¨¢s general. ¡°Los Acuerdos de 1992 son buenos sobre el papel para saber qu¨¦ hacer con las bodas y los entierros, y en los hospitales, las escuelas, las c¨¢rceles, pero tienen que ser aplicados por las diferentes Administraciones nacionales, auton¨®micas y locales. Y tengo que decir que yo no encontr¨¦ ninguna colaboraci¨®n ni en el Ministerio de Educaci¨®n, ni en Sanidad, ni en Defensa, ni en la Justicia¡±, confes¨® De la Hera.
Mariano Bl¨¢zquez, secretario ejecutivo de la Federaci¨®n de Entidades Religiosas Evang¨¦licas de Espa?a (FEREDE), expres¨® su enfado poniendo el ejemplo de los jueces. ¡°Muchos ignoran los acuerdos y se resisten a aceptar que existe una forma distinta de casarse, con ritos propios en cada confesi¨®n, antes de llevar los documentos del matrimonio al Registro Civil. Finalmente, lo consigues, despu¨¦s de muchas explicaciones, pero a veces tardas un embarazo en arreglar los papeles, como cuando pides una licencia de obras¡±. Pese a todo, el tambi¨¦n dirigente protestante, Eliseo Vila, calific¨® los acuerdos como ¡°un hito hist¨®rico y el fin de 500 a?os de persecuci¨®n, destierro, fusilamientos y exterminios¡±. ?l mismo fue una v¨ªctima, acompa?ando a su padre, siendo todav¨ªa un ni?o, de comisar¨ªa en comisar¨ªa para llevar a su madre noticias del marido apresado.
Otro motivo de disgusto tiene que ver con el dinero p¨²blico. Ah¨ª las quejas son clamorosas, con ejemplos extravagantes. As¨ª, mientras la Iglesia romana goza en Espa?a de un aut¨¦ntico para¨ªso fiscal y recibe del Estado, cada a?o, cientos de millones euros para pagar a su clero, para el culto, para sus docentes de catolicismo, o para sueldos de sus capellanes en hospitales, c¨¢rceles o cuarteles (sin que el cat¨®lico ponga un solo c¨¦ntimo de su bolsillo), las otras confesiones tienen prohibido por los acuerdos financiarse de esa manera. Para colmo, la Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2013 les ha rebajado escandalosamente la dotaci¨®n para sus actividades sociales y de solidaridad, que ven¨ªan recibiendo a trav¨¦s de la Fundaci¨®n Pluralismo y Convivencia (de cinco millones de euros en 2012 a repartir entre seis confesiones, a apenas un mill¨®n y medio ahora). En cambio, la Iglesia cat¨®lica es probablemente la ¨²nica organizaci¨®n que no ha sufrido recorte alguno con la crisis.
Lo curioso es que, cuando se negociaron los acuerdos de cooperaci¨®n el tema del dinero parec¨ªa quedar zanjado. Lo cont¨® Dionisio Llamazares, el director general de Asuntos Religiosos que los negoci¨® y asisti¨® a su firma solemne en noviembre de 1992, por mandato del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez¡°. Dijo: ¡°Se puso sobre la mesa de negociaci¨®n el tema de los impuestos, tambi¨¦n el IVA que no pagaba entonces la Iglesia cat¨®lica, y tambi¨¦n la situaci¨®n de la casilla en el impreso del IRPF, que tiene solo la confesi¨®n mayoritaria. Les expliqu¨¦ que lo del IVA era una imposici¨®n de la Uni¨®n Europea, y claro, se me dijo que c¨®mo entonces no se les exig¨ªa a los obispos. Pero en aquel momento, la cosa era muy clara. No habr¨ªa financiaci¨®n para ninguna confesi¨®n. Eso iba a acabarse, porque los Acuerdos con el Vaticano, de 1979, dicen claramente que aquel sistema era transitorio, para tres a?os, y que a partir de entonces los obispos se hab¨ªan comprometido a autofinanciarse. Se dice bien claro en el texto. As¨ª que, cuando alg¨²n dirigente me reprochaba lo que ¨ªbamos a firmar, yo le dec¨ªa: ¡®Espera, espera. Eso pronto se acabar¨¢¡¯, pese a que ya se hab¨ªa superado con creces el plazo pactado m¨¢s tarde. Eso es lo que yo pensaba y lo que pod¨ªa decirles, porque era lo que estaba acordado y firmado¡±.
Ante las risas o las quejar de los presentes, Llamazares tuvo que explicar que no s¨®lo no se han cumplido sus previsiones, sino que las cosas han ido a peor. El Gobierno elev¨® en 2007 un 37% la cuota del IRPF que los obispos reciben de Hacienda por mandato de los cat¨®licos que ponen la equis en su declaraci¨®n de la renta, y adem¨¢s les liber¨® de su compromiso de autofinanciarse, adquirido en 1979. ¡°En aquel momento, la cosa era muy clara, y los acuerdos no se han modificado, sino solo se han reinterpretado cuando Bruselas impuso, mediante un ultim¨¢tum que ven¨ªa de lejos, que los obispos deb¨ªan pagar el IVA como todo el mundo, y para suprimir la idea de ¡®dotaci¨®n¡¯, que entregaba a la Conferencia Episcopal un dinero fijo por adelantado dijeran lo que dijeran m¨¢s tarde sus fieles en el IRPF, mientras que ahora se ha pasado a la idea de la ¡®asignaci¨®n¡¯, es decir, que van a recibir lo que salga de las declaraciones, si sale m¨¢s, se les da m¨¢s, y si sale menos, tendr¨¢n que devolver lo ya recibido, cosa que antes no hac¨ªan nunca¡±.
Las confesiones tambi¨¦n sufren discriminaci¨®n en materia de ense?anza. Llevan a?os reclamando profesores de su religi¨®n en las escuelas p¨²blicas (la Iglesia cat¨®lica tiene 15.000 docentes a sueldo del Estado), y el Estado mira para otra parte. A d¨ªa de hoy, seg¨²n Justicia, hay solo 46 docentes musulmanes y otros 165 para las diferentes iglesias evang¨¦licas. En Espa?a practican el islam 1.200.000 personas, muchas ya espa?oles confesos (un tercio) o hijos de inmigrantes de tercera o cuarta generaci¨®n, y hay un mill¨®n de protestantes, adem¨¢s de 35.00 jud¨ªos, seg¨²n los datos que esta ma?ana facilit¨® el Ministerio de Justicia citando como fuente la Fundaci¨®n Pluralismo y Convivencia. Eso quiere decir que decenas de miles de chicos y chicas no reciben clase de su confesi¨®n pese a lo que dicen los acuerdos firmados. Los jud¨ªos ni siquiera han hecho la petici¨®n de profesorado.
Entre las muchas extravagancias que ocurrieron durante la negociaci¨®n de los acuerdos con las confesiones, sobresalen las que tienen que ver con el analfabetismo nacionalcat¨®lico, despu¨¦s de 500 a?os de la expulsi¨®n de jud¨ªos y de la persecuci¨®n de los moriscos hasta su pr¨¢ctico exterminio. Las m¨¢s sabrosas, quiz¨¢s, las cont¨® el representante de la Comunidad Jud¨ªa, Mauricio Toledado, hijo del negociador entonces de los acuerdos.
¡°Ustedes, la raza jud¨ªa¡¯, le dijo a mi padre un abogado del Estado al comienzo de las conversaciones. Mi padre le replic¨®: ¡®Los jud¨ªos no somos una raza. Raza son ustedes, los abogados del Estado¡¯. Y se comprometi¨® a vencer a esa raza. Tengo que decir que se ha logrado y que los acuerdos son una bendici¨®n¡±.
Otra vez, cuando se discut¨ªa de dinero, otro negociador del Estado afe¨® a los jud¨ªos que hablaran de ese tema. Su tesis era que si la Iglesia cat¨®lica recib¨ªa tanto dinero del Estado, era por culpa de los jud¨ªos y por la desamortizaci¨®n de Mendizabal, en el siglo XIX, ¡°que era jud¨ªo y les quit¨® todos los bienes¡±. M¨¢s tarde, a la comunidad jud¨ªa se les intent¨® negar el car¨¢cter de ¡°notorio arraigo¡±, y por tanto, su derecho a contar con acuerdos de cooperaci¨®n, con el argumento de que eran muy pocos. Isaac Querub, presidente de las Comunidades Jud¨ªas de Espa?a, que particip¨® tambi¨¦n en los debates, sentenci¨®: ¡°Espa?a padece un antisemistismo sin jud¨ªos, al parecer, y eso que con Franco ¨¦ramos un peligro y se hablaba entonces de la amenaza del contubernio judeomas¨®nico¡±.
Los musulmanes tambi¨¦n alzaron sus quejas, por boca de los secretarios generales de la Comisi¨®n Isl¨¢mica de Espa?a,Riay Tatary y Mounir Benjelloum. Todav¨ªa hoy se les mira como si fuesen todos un peligro terrorista. La mezquita de Tetu¨¢n, de la que Tatary es im¨¢n, cumple ahora 25 a?os y recibe cada d¨ªa visitas de colegios, en una prueba de normalidad e integraci¨®n total. Pese a todo, a¨²n se obliga en alguna comisar¨ªa a quitarse el velo a la mujer musulmana para obtener el DNI (pero no a las monjas que visten h¨¢bito preconciliar), o se acompa?a la tramitaci¨®n de permisos con la solicitud previa de un informe de la Polic¨ªa competente.
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