La gran niebla que acosa Londres

Londres ya no es la ciudad en la que 4.000 personas murieron y otras 100.000 sufrieron problemas pulmonares entre el 5 y el 9 de diciembre de 1952 debido a la contaminaci¨®n. Aquel fen¨®meno, que pas¨® a la historia con el nombre de ¡°the great smog¡±, el gran smog, esa palabra que combina los dos elementos b¨¢sicos de un fen¨®meno como el vivido en aquel invierno mortal: la combinaci¨®n de niebla (fog) y de humo (smoke). Aquel desastre llev¨® a las autoridades a impulsar profundos cambios legislativos, como incentivar el uso del gas en lugar del carb¨®n en las calefacciones centrales. Y se acabaron como por azar las famosas nieblas londinenses.

Sin embargo, un informe publicado en diciembre por la Asamblea de Londres sostiene que a¨²n hoy, m¨¢s de 4.000 personas fallecen cada a?o en Londres antes de tiempo debido a la poluci¨®n. Eso significa que entre el 6% y el 8% de los londinenses, seg¨²n los barrios, mueren por respirar part¨ªculas t¨®xicas que no estar¨ªan en el aire sino fuera por la actividad humana.

Como el resto de municipios brit¨¢nicos, Londres aplica la escala con cuatro graduaciones elaborada por el Comit¨¦ de Efectos M¨¦dicos de las Sustancias A¨¦reas Contaminantes (COMEAP en sus siglas en ingl¨¦s). Esa escala se utiliza para alertar a la poblaci¨®n en general y los grupos de riesgo en particular sobre los peligros que implican el nivel de contaminaci¨®n en cada momento, en funci¨®n de la concentraci¨®n de cinco contaminantes concretos: di¨®xido de nitr¨®geno, di¨®xido sulf¨²rico, ozono y part¨ªculas.

A nivel bajo (1 a 3 en una escala de 10), todos los ciudadanos pueden disfrutar de ¡°sus actividades habituales al aire libre. A nivel moderado (4 a 6), los adultos y ni?os con problemas pulmonares y adultos con problemas cardiacos deben reducir esas actividades si tienen s¨ªntomas. Con un nivel alto de contaminaci¨®n (7 a 9), los grupos de riesgo (incluyendo ancianos) han de reducir los ejercicios f¨ªsicos en¨¦rgicos, sobre todo al aire libre, y la gente con asma ha de utilizar su inhalador con m¨¢s frecuencia. Entre la poblaci¨®n general, quienes sufran incomodidades en los ojos, resfriados o problemas de garganta deben reducir sus actividades, sobre todo al aire libre.

Si la contaminaci¨®n alcanza el nivel ¡°muy alto¡± (10 sobre 10), los grupos de riesgo deben evitar las actividades f¨ªsicas extremas y la poblaci¨®n en general ha de reducir los ejercicios al aire libre.

Aunque los niveles de contaminaci¨®n a corto plazo var¨ªan a menudo en funci¨®n de las condiciones clim¨¢ticas, la poluci¨®n a largo plazo se debe, al menos en el caso londinense, a dos factores humanos: las emisiones de di¨®xido de nitr¨®geno (Londres est¨¢ ¨¦ntrelas peores en Europa, seg¨²n ese informe) y las emisiones de part¨ªculas (su concentraci¨®n no se ha reducido en la capital brit¨¢nica desde 2004 y en algunas zonas est¨¢n por encima tanto de la media brit¨¢nica como la europea).

Si en el pasado la contaminaci¨®n se deb¨ªa a las calefacciones y la actividad industrial, ahora procede sobre todo del transporte. Y ese ah¨ª sobre todo, aunque no solo, donde la capital intenta actuar de cara al futuro promoviendo el transporte no contaminante (caminar o ir en bicicleta), los veh¨ªculos m¨¢s limpios, incrementando el transporte p¨²blico, mejorando la fluidez del tr¨¢fico, regulando el tr¨¢fico de mercanc¨ªas, mejorando el mantenimiento de las calles y reduciendo las emisiones de los aeroplanos en los aeropuertos cercanos a la capital.