El doctor ¡®smartphone' vigila su salud
Peque?os aparatos combinados con el m¨®vil permiten hacer revisiones desde el domicilio, con el consiguiente ahorro La Casa Blanca, Nokia y Qualcomm promueven concursos de medicina digital
Un tripulante del Enterprise yace inconsciente. Ante las enarcadas cejas de Spok, el doctor McCoy descubre el mal con solo pasar su Tricorder por encima del cuerpo. En Star Trek, serie de ciencia ficci¨®n de los a?os sesenta, corr¨ªa el siglo XXIII. La tripulaci¨®n del capit¨¢n Kirk realmente viv¨ªa muy atrasada. El Tricorder hab¨ªa llegado dos siglos antes.
A final de este a?o 2013 puede haber Tricorder de verdad. Qualcomm, fabricante de chips 3G, premia con ocho millones de euros a quien integre la medici¨®n de 15 constantes vitales del cuerpo humano ¡ªcomo presi¨®n arterial, pulsaciones, temperatura¡ª adem¨¢s de almacenar im¨¢genes y datos personales recogidos a trav¨¦s de sensores. Todo ello en un aparato personal y port¨¢til de menos de 2,2 kilos.
Nokia tambi¨¦n dona m¨¢s de dos millones de euros para investigar sensores sanitarios, y la Casa Blanca fomenta el dise?o de gr¨¢ficas m¨¦dicas que se entiendan de un vistazo en los m¨®viles de sus ciudadanos.
En Espa?a, como en muchos otros pa¨ªses desarrollados, preocupa cada vez m¨¢s la dificultad para pagar la factura sanitaria. Y hasta aquellos pa¨ªses que pueden hacerle frente hoy no tienen claro c¨®mo podr¨¢n hacerlo ma?ana. ¡°La sociedad mundial se enfrenta al reto de c¨®mo gestionar esta factura. El modelo actual no es sostenible¡±, sostiene Pedro D¨ªaz Yuste, director de Salud Digital en Sanitas. ¡°Esto ocurre a la vez que Internet se ha metido en casi todos los bolsillos de los pacientes, que han tomado conciencia de que su salud les pertenece. Ellos son los dinamizadores de este cambio. Gracias a Internet es m¨¢s f¨¢cil la gesti¨®n personal de la salud de cada uno¡±, sigue.
¡°El sistema de salud tal como la conocemos es anticuado. Muchas de las pr¨¢cticas del m¨¦dico son las mismas que hace 200 a?os. La mayor¨ªa sigue poniendo los dedos en la mu?eca para tomar el pulso y garabatea en un papel las medicinas que tienes que tomar¡±, opina Don Jones, vicepresidente de Qualcomm Life.
En medicina digital quedan a¨²n importantes vac¨ªos legales por resolver
En el mundo hay 860 millones de personas con alguna enfermedad cr¨®nica. Se estima que el 25% de esos pacientes podr¨ªa beneficiarse inmediatamente de soluciones para la monitorizaci¨®n de su salud desde casa; otro 50% se beneficiar¨ªa con la integraci¨®n en sus m¨®viles de recursos m¨¦dicos ya existentes. La cuesti¨®n es c¨®mo.
¡°Antes de 2025 [es decir, mucho antes que el siglo XXIII de Star Trek] el 80% del trabajo de los m¨¦dicos lo realizar¨¢n los ordenadores, y mejor¡±, escribe Vinod Khosla que, aun no siendo m¨¦dico, como inversor tiene un ojo cl¨ªnico casi infalible. ¡°La pr¨¢ctica de la medicina ser¨¢ sustituida por la ciencia de la medicina¡±, apunta.
Hace unas semanas, el Gobierno de Estados Unidos fall¨® su concurso Health Design Challenge, una cita anual para mejorar la presentaci¨®n de los registros m¨¦dicos en ordenadores y m¨®viles. Objetivo: acabar con la confusi¨®n y dispersi¨®n de los datos m¨¦dicos, cuyos profesionales, al parecer, han conseguido trasladar su inextricable caligraf¨ªa al mundo de los bits.
De los 230 trabajos presentados (80 el a?o anterior) el m¨¢ximo galard¨®n fue a parar a Nightingale, una aplicaci¨®n que representa visualmente los datos m¨¦dicos y que adem¨¢s lanza predicciones en funci¨®n de estad¨ªsticas creadas autom¨¢ticamente con el hist¨®rico de an¨¢lisis rutinarios. El sistema, de c¨®digo abierto, podr¨ªa ser aplicado a cualquier seguro m¨¦dico, aunque empezar¨¢ con los seis millones de jubilados de la Administraci¨®n federal de EE UU.
¡°Durante nuestra vida nos sometemos a una media de tres a cinco tratamientos m¨¦dicos. Normalmente, aunque sea por la misma dolencia, son con m¨¦dicos distintos, en hospitales y lugares diferentes. Disponer de ese historial m¨¦dico es tarea imposible. La informaci¨®n est¨¢ desconectada¡±, explica el directivo de Sanitas. ¡°La salud era nuestra pero estaba en manos de los m¨¦dicos. Ahora el paciente es consciente de esta situaci¨®n¡±.
Pero quiz¨¢s al profesional no le guste esa deriva. ¡°Al 55% de los m¨¦dicos j¨®venes, los que tienen menos de cinco a?os de experiencia, no les agrada que el paciente tenga mayor independencia gracias a la medicina digital¡±, explica Jordi Serrano Ponds, fundador de UniversalDoctor, recogiendo una encuesta de Price Whaterhouse realizada entre profesionales de cinco pa¨ªses europeos.
El objetivo hoy no es curar v¨ªa Watsapp, sino reducir colas y liberar camas
En octubre, Sanitas estren¨® la carpeta personal, donde cada uno de sus asociados puede volcar informaci¨®n, sea o no del seguro. Y es que la carpeta tiene poco valor si cada entidad o sistema sanitario tiene la suya. ¡°Estamos en los albores de la medicina digital¡±, se?ala Yuste. ¡°Pensamos en abrir esta carpeta para cualquiera, quiz¨¢s a cambio de pagar una tarifa mensual. Nosotros hemos sido solo los primeros, pero estoy seguro de que en 10 a?os cada ciudadano tendr¨¢ su carpeta sanitaria en Internet. Y ser¨¢ una, no siete¡±.
El reto es el est¨¢ndar universal. Pero si la industria telef¨®nica a¨²n no ha sido capaz de crear el cargador ¨²nico, m¨¢s milagroso parece que las radiograf¨ªas vuelen entre hospitales de diferentes pa¨ªses. O no.
¡°En la feria mundial del m¨®vil daremos a conocer una iniciativa de la industria del m¨®vil para crear est¨¢ndares sanitarios universales¡±, explica Gin¨¦s Alarc¨®n, director de la fundaci¨®n Mobile World Capital.
¡°No es trabajo de un d¨ªa ni de un a?o, pero la industria tiene ambici¨®n de crear protocolos universales para que los sistemas sanitarios sean interoperables, est¨¦ donde est¨¦ el paciente. Si el sistema bancario lo ha logrado, tambi¨¦n puede la sanidad. Aparte del ahorro y las econom¨ªas de escala, lo fundamental es que cada persona tenga, en cualquier circunstancia y lugar, todo el historial m¨¦dico a su alcance¡±. Jones cree que el m¨®vil tiene una oportunidad para infiltrarse en los estadios m¨¢s simples y b¨¢sicos de la medicina, como pedir hora al m¨¦dico o solicitar recetas. Pero para eso no hay que irse a Estados Unidos.
En el hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid la telemedicina est¨¢ ahorrando un 40% de tiempo en el departamento de consultas dermatol¨®gicas, donde se ha empezado a aplicar. Desde hace alg¨²n tiempo, los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria env¨ªan im¨¢genes y primeros diagn¨®sticos dermatol¨®gicos al departamento correspondiente del hospital. ¡°Le evitamos al paciente viajes in¨²tiles al hospital, pero adem¨¢s conseguimos detectar antes las dolencias graves¡±, explica Sergio Va?¨®, m¨¦dico del departamento y creador de DermoMap, una aplicaci¨®n para el m¨®vil.
¡°Yo soy muy pro tecn¨®logo y creo que la salud digital va a tener un papel importante en los pr¨®ximos a?os¡±, explica Va?¨®. ¡°Todav¨ªa hay un vac¨ªo legal, tanto desde el punto de vista de la responsabilidad m¨¦dica como de privacidad del paciente, pero la tecnolog¨ªa puede paliar muchos de los problemas de la sanidad p¨²blica¡±.
Serrano coincide en el vac¨ªo legal. ¡°Hasta ahora el organismo americano FDA, que valida las medicinas, no se hab¨ªa ocupado de la medicina digital. ?Qui¨¦n garantiza ahora que un m¨®vil mide correctamente la tensi¨®n? Philips lleva 40 a?os en este campo pasando controles administrativos¡±, apunta.
El objetivo (actual) de la salud digital no es curar enfermedades graves como el c¨¢ncer a golpe de Whatsapp. Se trata de reducir colas en las emergencias de un hospital, liberar camas antes o conseguir que el paciente no se olvide de tomar la pastilla para la esquizofrenia (la mitad de la medicaci¨®n para enfermos cr¨®nicos se desperdicia).
En el caso de DermoMap se trata de una aplicaci¨®n para m¨¦dicos y pacientes con informaci¨®n y fotos de las principales enfermedades de la piel. ¡°No es para autodiagnosticarse¡±, avisa Va?¨®, ¡°sino para tener una primera impresi¨®n y que el paciente consulte a su m¨¦dico¡±.
Una aplicaci¨®n de Walgreens, la cadena norteamericana de farmacias, permite escanear la etiqueta de los frascos de pastillas y renovar el pedido a domicilio. ¡°Lo que me gusta de estos ejemplos es que son interesantes maneras de conseguir que la gente se ocupe de su salud con su m¨®vil¡±, dice Jones.
Ciertamente hay investigaciones que se acercan a la ciencia ficci¨®n, como el chip de Adamant que podr¨ªa detectar precozmente c¨¢nceres de pulm¨®n analizando sus gases; o Ginger.io que diagnostica la salud mental analizando tuits. Pero hay aplicaciones m¨¢s elementales y que funcionan. Como la estrenada hace un mes por Sanitas para embarazadas, que se ha descargado 5.000 veces. Los asociados de esta firma ya han cerrado por Internet m¨¢s de 300.000 citas con sus m¨¦dicos.
¡°La telemedicina va a costar¡±, pronostica el fundador de UniversalDoctor. ¡°Con las aplicaciones de contenidos no hay problemas, pero s¨ª con las m¨¦dicas. Hay que cambiar la ley. ?Paga el seguro privado al m¨¦dico que hace telemedicina? No ?Y la Seguridad Social cuando un enfermo cr¨®nico env¨ªa su nivel de glucosa por email a su m¨¦dico? No¡±.
?ngel D¨ªaz Alegre se invent¨® iDoctus, la traslaci¨®n de los ¨¦xitos norteamericanos ePocrates y MedCad, dos aplicaciones que re¨²nen en el m¨®vil el 80% de las necesidades de los m¨¦dicos: acceso a los f¨¢rmacos, monograf¨ªas de patolog¨ªas con miles de im¨¢genes y v¨ªdeos, actualizaci¨®n de las revistas cient¨ªficas, un dosificador de medicamentos pedi¨¢tricos. ¡°En Estados Unidos esas aplicaciones las consultan los m¨¦dicos una media de cuatro veces al d¨ªa, y la llevan casi mill¨®n y medio de profesionales¡±, informa D¨ªaz Alegre. ¡°Es muy ¨²til, pues se puede usar en la misma consulta, delante del paciente, y est¨¢ comprobado que al m¨¦dico ahorra en torno a cien minutos a la semana¡±.
¡°Los ordenadores son mucho mejores que la gente organizando y recogiendo informaci¨®n¡±, escribe Khosla. ¡°Tienen m¨¢s memoria, recuerdan mejor y m¨¢s r¨¢pidamente informaci¨®n compleja y cometen menos errores que un m¨¦dico de Harvard. Contrariamente a la opini¨®n popular, las computadoras son mejores que los humanos en integrar y sopesar historiales m¨¦dicos, s¨ªntomas y factores ambientales¡±.
En estos tiempos, junto a las aplicaciones para los m¨®viles, los mayores avances se ven en el cap¨ªtulo de los sensores corporales. ¡°El concepto del sensor como una tirita y no como un cable lo hemos tenido desde hace 10 a?os¡±, recuerda Jones, ¡°pero solo en 2012 vimos dise?os de circuitos integrados a un d¨®lar de precio¡±. En este campo, Nokia dona dos millones de euros a la fundaci¨®n X Prize para desarrollar una nueva generaci¨®n de sensores sanitarios. Parece que la salud es un problema que afecta a todos.
La situaci¨®n es cr¨ªtica en Espa?a y en todos los pa¨ªses occidentales. Y la salud digital, cada d¨ªa m¨¢s personalizada, abre campos muy interesantes. Es una tendencia que no naci¨® ayer y que muchos piden potenciar. En muchos pa¨ªses, hace a?os que el diab¨¦tico no va al hospital para pincharse, lo hace ¨¦l mismo y en su casa. El camino lo mostr¨® Star Trek: un Tricorder en la mochila o en la nave (hogar).
Una Europa de viejos monitorizados
La poblaci¨®n europea mayor de 65 a?os se ha doblado entre 1960 y 2008. En el a?o 2050 cada dos trabajadores deber¨¢n mantener a un jubilado.
El 40% de los europeos padece una enfermedad cr¨®nica, unos 100 millones de ciudadanos. La medicaci¨®n que necesitan cuesta a los Gobiernos europeos 125.000 millones de euros. En el a?o 2002 la Organizaci¨®n Mundial de la Salud se?al¨® que la mitad de todas las medicinas recetadas para estos enfermos acaban en la basura.
Entre el 70% y 80% del coste p¨²blico sanitario de los pa¨ªses de la OCDE es para enfermedades cr¨®nicas. Esto son 700.000 millones de euros. Y el coste p¨²blico de la sanidad se doblara de 2005 a 2050 en la mayor¨ªa de pa¨ªses.
En tres a?os, unos 500 millones de personas en todo el mundo recibir¨¢n alg¨²n tipo de cuidado o control m¨¦dico a trav¨¦s de aplicaciones en sus smartphones, un tercio de todos los propietarios de un tel¨¦fono inteligente.
El Reino Unido puso en marcha el mayor proyecto mundial de aplicaci¨®n de la telemedicina a enfermos cr¨®nicos (sobre 6.900 pacientes). Seg¨²n sus conclusiones, disminuy¨® un 14% la ocupaci¨®n de camas y un 20% los ingresos hospitalarios.
El cat¨¢logo de la App Store de Apple tiene m¨¢s de 10.000 aplicaciones de salud, algunas de los cuales han llegado a millones de usuarios. Solo 77 de ellas tienen alguna relaci¨®n con el c¨¢ncer y, de ellas, solo la mitad han sido aprobadas por las autoridades m¨¦dicas, seg¨²n un estudio del Journal of Cancer Education.
En la India, m¨¢s de 50.000 personas est¨¢n llevando a cabo chequeos por tel¨¦fono usando una l¨ªnea de pago similar a un n¨²mero 900. Ya no tienen que viajar a la consulta, simplemente aprovechan la infraestructura m¨®vil existente, en algunos lugares m¨¢s extendida que la canalizaci¨®n del agua o el tendido el¨¦ctrico.
Cada aparato sanitario digital ahorra entre 4 y 36 minutos diarios al personal m¨¦dico y previene hasta 24 errores, seg¨²n el Quantifying the Business Value of Medical Device Connectivity (Black Box SME, 2011).
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