¡°La ciencia nos ha dado las armas para combatir el sida¡±
El investigador en VIH alerta del riesgo que supone recortar en salud y en pol¨ªticas de prevenci¨®n
¡ª ?Oh, precioso! Si me disculpas voy a tomar una foto.
Julio Montaner saca su tel¨¦fono de la chaqueta y hace una fotograf¨ªa al cuenco que el camarero le acaba de traer: salmorejo con una puntita de jam¨®n. Explica con deleite que ha le¨ªdo un art¨ªculo en The New York Times sobre ese plato t¨ªpico y quiere mandarle la imagen a su hijo, cocinero. El mediano de sus cuatro v¨¢stagos no ha seguido el camino paterno. Montaner (Buenos Aires, 1956) es neum¨®logo, y uno de los investigadores m¨¢s relevantes sobre sida y VIH, y su tratamiento: es el responsable de la triple terapia antirretroviral, que est¨¢ logrando hacer retroceder la pandemia y ha salvado miles de vidas.
Pero quien ha acabado como investigador con tama?as credenciales cuenta que en realidad siempre quiso ser m¨¦dico cl¨ªnico. Y ¡ª¨¦l s¨ª¡ª seguir los pasos de su padre. ¡°Me habr¨ªa gustado mucho trabajar con ¨¦l¡±, dice. Montaner abuelo, neum¨®logo y toda una eminencia en tuberculosis ¡ªadem¨¢s de padre de siete chiquillos¡ª, marc¨® su trayectoria. Aunque esa fama impuls¨® al primog¨¦nito a buscarse la vida lejos de su aura. ¡°Ser el hijo de pap¨¢ fue siempre problem¨¢tico a nivel profesional¡±, sonr¨ªe.
Y as¨ª fue c¨®mo el argentino recal¨® en Vancouver, donde lleg¨® para unos meses y ha acabado qued¨¢ndose m¨¢s de 30 a?os. ¡°Conoc¨ª all¨ª a mi mujer y ah¨ª se acab¨® todo¡±, dice moviendo los brazos. Pero en Canad¨¢ el jam¨®n es cocido, de s¨¢ndwich, cuenta el investigador; que tiene clar¨ªsimo que quiere un buen jam¨®n ib¨¦rico de segundo plato. ¡°Y listo. Me espera una tarde de intenso trabajo¡±, dice. El m¨¦dico est¨¢ de visita rel¨¢mpago en Madrid como una parada m¨¢s en una ruta internacional para hablar sobre la triple terapia y c¨®mo la combina con f¨®rmulas de prevenci¨®n en los proyectos que ha puesto en marcha en el estado de Columbia Brit¨¢nica ¡ªdonde dirige el British Columbia Centre for Excellence¡ª.
En Canad¨¢, los primeros casos se detectaron hace 30 a?os, cuando a¨²n no se hab¨ªa descubierto el virus ¡ªidentificado en 1984¡ª y muchos de los enfermos llegaban a manos de Montaner por neumon¨ªa, su principal complicaci¨®n. El argentino empez¨® tratando esa patolog¨ªa y acab¨® investigando tratamientos para controlar el VIH. Estudi¨® un f¨¢rmaco, otro y luego un tercero. Sin apenas resultados. ¡°Hasta que en 1985, encontramos que el virus ca¨ªa combinando los tres¡±, explica. Nac¨ªa entonces la terapia triple. Algo entonces controvertido. ¡°Nos acusaron de vender los pacientes a la industria, pero la mortalidad cay¨®¡±, recuerda. Y lo sigue haciendo, porque la terapia logra controlar el virus adem¨¢s de reducir las infecciones y el contagio madre-hijo.
Loft 39. Madrid
Dos Salmorejos: 18 euros.
Jam¨®n ib¨¦rico: 25.
Ensalada de brie: 12.
Agua con gas y pan: 7.
Caf¨¦ cortado: 2.
Total (con IVA): 70,40.
Pero la lucha contra la que fue la enfermedad m¨¢s temida, vive un tiempo de par¨®n. ¡°Hasta que se halle una vacuna, el camino es prevenci¨®n y la triple terapia. La ciencia nos ha dado las armas para combatir el sida¡±, dice. Aunque los avances experimentados tienen un pero: la reducci¨®n de muertes ha sacado el problema de la agenda p¨²blica. ¡°Se le ha perdido el respeto a la enfermedad; eso incrementa el riesgo¡±, afirma. ¡°Y la gran pena es que la gente est¨¢ distra¨ªda con la crisis y luego ser¨¢ peor; la hipoteca del sida crece r¨¢pido¡±, insiste. Pone de ejemplo a Grecia. All¨ª el virus se expande por la falta de tratamientos.
Eso le preocupa. Tambi¨¦n la exclusi¨®n sanitaria a los inmigrantes sin papeles en Espa?a; que ahora solo tienen derecho a ir a urgencias, atenci¨®n al parto, posparto y pediatr¨ªa. ¡°Como dice la canci¨®n, les trajeron para que le limpien el culo a Europa y ahora que las cosas est¨¢n mal quieren sac¨¢rselos de encima¡±, critica. ¡°No pueden quitarles los privilegios m¨¦dicos. Aunque sea para proteger a su misma sociedad... Hay cosas que no se pueden tocar¡±, recalca dejando el caf¨¦ cortado sobre la mesa. El almuerzo se ha alargado y debe irse a una reuni¨®n.
¡ª Por cierto, ?lleg¨® finalmente a trabajar con su padre?
¡°No¡ Coincidimos en congresos. Al principio se tom¨® mal que me fuera a Canad¨¢. Que me dedicara a otras cosas. Luego comprendi¨®. Ahora tiene alzh¨¦imer y se ha perdido el final de la pel¨ªcula. Aunque, bueno, ¨¦sta no ha acabado¡±, sonr¨ªe.
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