¡°?Con 20 euros por hijo quieren justificar que me est¨¢n ayudando?¡±
Carmen ha pasado de percibir 807 euros a 40 por atender a dos dependientes El aumento del copago reduce dr¨¢sticamente las ayudas a los cuidadores
Carmen Ca?avete y Paco Cubells son padres de dos hijos, ambos con discapacidad ps¨ªquica. Cuando Carmen ten¨ªa 29 a?os naci¨® Paula, con s¨ªndrome de Down. Quince meses m¨¢s tarde lleg¨® Fran. Los dos son grandes dependientes y necesitan atenci¨®n continua. A Paula, que en marzo cumple 16 a?os, le cost¨® cinco a?os hablar. Fran, con casi 14, a¨²n no lo hace. De ellos se ocupa su madre, que, como cuidadora no profesional, percib¨ªa 807 euros (480 por Paula, 327 por Fran) gracias a la Ley de Dependencia. Tras sucesivos recortes a esta prestaci¨®n, el ¨²ltimo ingreso que esta familia de Torrent (Valencia) ha recibido de la Generalitat ha sido de 40 euros. La ayuda se ha volatilizado en un 95% respecto a la suma original, cuando la ley entr¨® en vigor.
Carmen est¨¢ indignada. ¡°Sientes rabia, impotencia¡ ?Con 20 euros quieren justificar que me ayudan? Que no me paguen, y as¨ª no les dar¨¦ el gusto de decir que me apoyan. Seguir¨¦ adelante sola¡±, explica.
La Generalitat ha comenzado a aplicar el acuerdo por el que se introduce (en realidad, se aumenta) el copago en la dependencia. Es una medida de ¨¢mbito estatal que las autonom¨ªas tienen que incorporar, para lo que tienen de plazo hasta junio. La Comunidad Valenciana se ha dado prisa y ya lo ha hecho. Ya ha metido la tijera en la ¨²ltima mensualidad que ha pagado, la de noviembre ¡ªlleva dos meses de retraso¡ª. Otras seis autonom¨ªas siguen sus pasos, pero ninguna ha sido tan restrictiva como la valenciana, seg¨²n fuentes del sector.
El copago llega despu¨¦s de otras dos mermas en las ayudas. La primera fue la retirada del pago de la cotizaci¨®n a la Seguridad Social (160 euros) que abonaba la Administraci¨®n a los cuidadores de familiares y que desde enero deben pagar ¨ªntegramente los beneficiarios si as¨ª lo quieren. Si Carmen optara por seguir cotizando, tendr¨ªa que poner 120 euros de su bolsillo. La segunda fue una rebaja del 15% en las ayudas, que se comenz¨® a aplicar en agosto. Este tercer tijeretazo, en teor¨ªa, se establece en funci¨®n de la capacidad econ¨®mica y del grado de dependencia de los beneficiarios.
Carmen no trabaja. Paco tiene un almac¨¦n de herrajes para muebles. ¡°Mi marido es aut¨®nomo. Todo lo tenemos hipotecado y lo debemos. Mis hijos no tienen hermanos que les puedan ayudar en un futuro, lo ¨²nico que puedo hacer por ellos es dejarles algo¡±.
Si a Carmen se le pregunta por el cambio que supuso la entrada en vigor de la ley, resopla, sonr¨ªe y suelta: ¡°No te lo puedes ni imaginar¡±. Instantes despu¨¦s a?ade: ¡°Por fin alguien comenzaba a valorar el trabajo que haces por tus hijos¡±.
Recuerda el apoyo que represent¨® para hacer frente las actividades a las que acuden los chavales: fisioterapia o piscina para mejorar la movilidad de ambos; logopedia y clases de autonom¨ªa personal en el caso de Paula. ¡°Nos hemos gastado much¨ªsimo dinero con los chiquillos¡±, relata.
La Plataforma en Defensa de la Ley de la Dependencia en la Comunidad Valenciana ha convocado protestas para denunciar los ¡°salvajes recortes¡± que se est¨¢n produciendo. Hoy est¨¢ previsto que se celebre la m¨¢s concurrida en Valencia. Adem¨¢s, la entidad ha redactado modelos de recursos para que los afectados presenten sus quejas a la Administraci¨®n. ¡°Hemos observado numerosas irregularidades, se est¨¢n aplicando copagos por encima de los valores fijados en la norma¡±, denuncia la abogada de la plataforma, Sandra Casas.
La Generalitat sostiene que la aportaci¨®n se ha reducido a 20 euros ¡°solo a un 7% de los beneficiarios¡±. En mayor o menor medida, los recortes afectan al 62% de los dependientes. En la Comunidad Valenciana hay 42.800 personas que perciben prestaciones de la Ley de Dependencia. 22.800 son ayudas para el cuidado de familiares como las de Carmen.
Ayudas distintas por servicios iguales
Los tr¨¢mites para pedir una ayuda de dependencia, que siempre fueron gratuitos, tienen ahora tasas en algunas comunidades por diferentes conceptos. Por ejemplo, en Castilla-La Mancha hay que pagar 40 euros por solicitar que sea revisado el grado de dependencia, algo que no es caprichoso, sencillamente puede ocurrir que el beneficiario haya empeorado sus condiciones. Si la ayuda que recibe no es ya la adecuada m¨¢s vale que no pida otra, porque entonces tendr¨¢ que abonar otros 15 euros. Tasas como estas o parecidas existen en otras comunidades.
La dependencia siempre tuvo en cuenta la participaci¨®n del ciudadano en el coste del servicio: el copago. En 2009 los usuarios aportaban un 10% al coste total del sistema; ahora est¨¢n por el 16%. Esto es debido a las regulaciones que van haciendo las comunidades en este sentido. El Gobierno les deja un margen tan ancho que, en la pr¨¢ctica, el ciudadano paga cantidades distintas por servicios similares. En algunas se ha incrementado el total que han de aportar por vivir en una residencia geri¨¢trica. Incluso se quedan con las pagas extraordinarias de la pensi¨®n del abuelo. Ocurre en Murcia, por ejemplo, una de las comunidades con un c¨¢lculo para establecer el copago m¨¢s asfixiante. Y a medida que la crisis apriete se ir¨¢ extendiendo en todas ellas.
Pero, para diferencias, la paga que recibe el dependiente a quien cuidan en casa sus familiares. El Gobierno la rebaj¨® un 15% como m¨ªnimo. Algunas la han recortado el doble, otras m¨¢s, otras a¨²n m¨¢s...
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