Podemos influir en las cosas del cielo

Quiz¨¢ sea porque me muevo entre aparatos y programas espaciales desde hace tantos a?os, pero veo analog¨ªas entre ellos y cosas m¨¢s mundanas que otros no ven ¡ªla gente todav¨ªa considera el espacio algo m¨ªstico con incomprensibles secretos¡ª. No es tan dif¨ªcil.

Imaginen que hubi¨¦ramos descubierto una forma de prevenir y evitar los terremotos. Que, con solo desarrollar un aparato al alcance de la t¨¦cnica moderna, pudi¨¦ramos ir a su origen (por ejemplo, bajo Los ?ngeles o Santiago de Chile) y pararlos cuando detect¨¢ramos que fueran inminentes. Pongamos por ejemplo que este aparato fuera una modificaci¨®n de las famosas tuneladoras que han agujereado las monta?as de Espa?a para pasar el AVE o el subsuelo de Madrid para enterrar la M-30, para una vez llegado al sitio actuar de determinada forma.

Creo que los pueblos clamar¨ªan por que los Gobiernos hagan un hueco en sus presupuestos para construir un primer prototipo y hacer una prueba en una regi¨®n remota. En caso de que nuestra tuneladora consiguiera parar el terremoto all¨ª, se construir¨ªan, al coste que fuera, aparatos suficientes para vigilar y controlar todas las zonas s¨ªsmicas pobladas de la Tierra, y otros para parar los se¨ªsmos en el fondo del mar que pudieran originar maremotos. Todo el mundo estar¨ªa de acuerdo en gastar lo que fuera para salvar los miles de vidas que se llevan los terremotos por delante. Ser¨ªa un triunfo de la ciencia y de la ingenier¨ªa. Todos nos acordar¨ªamos de las 230.000 personas que murieron en el maremoto de Sumatra en 2004 ¡ªuna reciente pel¨ªcula espa?ola recrea el suceso¡ª por causa de un maremoto con olas de hasta 30 metros de altura que arras¨® cientos de kil¨®metros de costa, y nos sentir¨ªamos protegidos de maremotos.

Sin embargo, a la gente le cuesta m¨¢s trabajo imaginarse peligros que vienen de arriba, en este caso del espacio exterior. Alrededor del Sol hay cientos de miles de rocas y otros objetos de tama?os diversos que podr¨ªan impactar en la Tierra en principio en cualquier momento y, como vemos seg¨²n mejoramos los m¨¦todos de b¨²squeda, encontramos m¨¢s y m¨¢s que pasan cerca. Y la amenaza de uno de estos impactos puede ser comparable a la de un terremoto o, incluso, much¨ªsimo mayor. Por ejemplo, un objeto de cien metros de tama?o ¡ªse cree que existen unos 100.000 cerca de la Tierra¡ª cae a este planeta una vez cada 2.000 a?os m¨¢s o menos y podr¨ªa producir un maremoto parecido al de Sumatra. Imaginemos lo que podr¨ªa hacer un objeto de un kil¨®metro ¡ªaparte de la destrucci¨®n inmensa, podr¨ªa acabar con la capa de ozono completa¡ª. Esto son cat¨¢strofes naturales muy reales y posibles, sin m¨ªstica ninguna.

?Tenemos nuestra tuneladora? Resulta que s¨ª, en este caso. No sabemos predecir con ninguna precisi¨®n los se¨ªsmos y mucho menos sabemos qu¨¦ habr¨ªa que hacer para evitarlos. Sin embargo, podemos detectar objetos en rumbo de colisi¨®n con la Tierra a?os antes de que se produzca. Y tenemos una serie de ideas avanzadas sobre c¨®mo podr¨ªamos evitar el peligro. El proyecto Don Quijote, por ejemplo, utilizar¨ªa dos naves espaciales f¨¢ciles de construir que conseguir¨ªan desviar un poco el objeto lo suficiente para, a lo largo de los a?os, sacarlo de la trayectoria de colisi¨®n.

Por cierto, tampoco los costes ser¨ªan astron¨®micos: podr¨ªa costar entre 200 y 300 millones hacer el primero, por ejemplo a repartir entre todos los pa¨ªses de Europa. Los t¨²neles de la M-30 se presupuestaron en 4.000 millones, para comparar. ?Por qu¨¦ no hacemos una prueba con un objeto remoto, para poner a punto la tecnolog¨ªa? No s¨¦, no consigo entender por qu¨¦. Quiz¨¢ sea eso, que la gente no concibe que podamos influir en las cosas del cielo.

Pedro Duque es astronauta de la Agencia Europea del Espacio (ESA)