La farmacia en el supermercado

En Espa?a, solo un licenciado en Farmacia puede ser propietario y titular de una botica. Y no puede abrirla donde quiera. Las farmacias ¡ª¨²nicos establecimientos que venden medicamentos¡ª se establecen por concesi¨®n y seg¨²n ciertos criterios de planificaci¨®n geogr¨¢fica y demogr¨¢fica determinados por las comunidades aut¨®nomas, que sirven para asegurar que todos los ciudadanos tienen una al alcance de la mano. As¨ª, para hacerse con una botica, el farmac¨¦utico tiene que concursar para obtener una licencia, comprar una a alguien que quiera traspasar la suya o heredarla. Un modelo muy protegido en el que saltan chispas cada vez que se debate una apertura. Ahora, el sector est¨¢ de nuevo en pie de guerra tras conocer que el Ministerio de Econom¨ªa, para impulsar la competitividad, ha contemplado liberalizar el sistema para que cualquier persona pueda abrir una botica. Pero la idea tampoco ha gustado al Ministerio de Sanidad y a algunas autonom¨ªas, que defienden que, con el modelo actual, las farmacias son un agente sanitario m¨¢s que da una amplia y buena cobertura al ciudadano.

La propuesta del departamento de Luis de Guindos, que se recog¨ªa en uno de los documentos de trabajo con el que sus t¨¦cnicos estudian el anteproyecto de ley de servicios profesionales (m¨¢s amplio), significar¨ªa la entrada en el negocio de las grandes cadenas; con la ¨²nica salvedad de que independientemente de quien fuera el propietario y titular de la botica, esta tendr¨ªa que dirigirla un farmac¨¦utico. El modelo espa?ol pasar¨ªa as¨ª a asemejarse m¨¢s a otros, como el brit¨¢nico ¡ªdonde tiendas como Boots tienen un gran mercado¡ª o el holand¨¦s ¡ªdonde la mayor¨ªa de las boticas est¨¢n en manos de grandes grupos¡ª. Tambi¨¦n abrir¨ªa la puerta a que los supermercados estrenen estands para vender f¨¢rmacos.

En Espa?a, las boticas, adem¨¢s de por concurso, se traspasan o heredan

En definitiva, diseminar las ventas e introducir nuevos agentes en el negocio, en lugar de que el establecimiento pase de padres a hijos. Una realidad muy habitual que critica duramente la Plataforma por la Libre Apertura de Farmacias (Plafarma), que pide que cualquiera pueda abrir una botica donde quiera, independientemente de los cupos por poblaci¨®n establecidos por las regiones. Su presidenta, Mercedes Acosta, critica las trabas a las que los farmac¨¦uticos se enfrentan para lograr una concesi¨®n desde que en 1941 se cre¨® el sistema de concursos. Acosta cree que las normas obstaculizan las nuevas aperturas, y asegura que el sistema actual perpet¨²a el clientelismo. ¡°Con la liberalizaci¨®n del sector farmac¨¦utico se eliminar¨ªan los privilegios medievales de los que vienen gozando los actuales propietarios de las farmacias, a las que solo se puede acceder por herencia o el pago de traspasos millonarios¡±, apunta. Para los miembros de esta asociaci¨®n, un buen modelo para empezar es el navarro. Esa es la ¨²nica regi¨®n que ha acabado con los cupos territoriales y demogr¨¢ficos y deja que los farmac¨¦uticos abran un establecimiento donde quieran. ¡°Aunque lo ideal es que la liberalizaci¨®n sea total. Generar¨ªa puestos de trabajo¡±, dice Acosta.

Pero aunque es cierto que con la desregulaci¨®n que se vislumbra de la propuesta de Econom¨ªa cualquiera podr¨ªa abrir una botica, hace falta capital para invertir; algo que es dif¨ªcil ahora. De ah¨ª que los expertos apunten a las grandes empresas como las principales beneficiadas de la medida. Pero mientras que el sector sanitario se enciende y defiende el modelo vigente, las grandes superficies y las compa?¨ªas de distribuci¨®n ¡ªque en diversas ocasiones se han mostrado interesadas en abrirse a este campo¡ª se mantienen cautas y prefieren guardar silencio hasta que la liberalizaci¨®n sea propuesta firme.

No es la primera vez que el debate est¨¢ sobre la mesa y hay miedo a que se repita lo ocurrido en el a?o 2000, cuando el sector se prepar¨® para poder vender en las tiendas f¨¢rmacos sin receta; una medida que luego nunca se aprob¨®. Algunos grandes establecimientos se quedaron compuestos y sin novio.

El departamento de Luis de Guindos, consultado sobre el tema, tambi¨¦n rechaza analizar el modelo y sus posibles cambios. "No hay nada cerrado", insisten. Mantienen que la liberalizaci¨®n no es la postura oficial de Econom¨ªa y que el sistema a¨²n se est¨¢ estudiando.

Pilar Farjas, secretaria general de Sanidad, no quiere comparar el modelo actual con el que hipot¨¦ticamente nacer¨ªa con la liberalizaci¨®n, pero no se cansa de alabar el que se conoce como modelo mediterr¨¢neo ¡ªpor el que se rigen tambi¨¦n Italia, Portugal o Grecia¡ª, en el que el farmac¨¦utico es un agente m¨¢s de salud p¨²blica. ¡°Tiene un papel clave en la continuidad del tratamiento, en la atenci¨®n y en el acceso a los f¨¢rmacos. Adem¨¢s, colabora con las autoridades a trav¨¦s de programas de informaci¨®n, vacunaci¨®n o prevenci¨®n¡±, dice. ¡°Es una f¨®rmula muy v¨¢lida que funciona bien y que permite que el 99% de la poblaci¨®n tenga una farmacia cerca de casa¡±, indica.

Con la normativa actual, en Espa?a hay una botica por cada 2.200 habitantes. En Holanda, donde las grandes corporaciones tienen una importante representaci¨®n, las farmacias se han situado en el centro de las ciudades y hay una por cada 10.000 habitantes. Este mapa, que sit¨²a una botica casi en cada esquina, ser¨ªa lo primero en desdibujarse, seg¨²n las sociedades de farmacia y los colegios profesionales. Fernando Redondo, presidente de la Federaci¨®n Empresarial de Farmac¨¦uticos Espa?oles (Fefe), cree que los establecimientos peque?os y muchos de los situados en los barrios, dejar¨ªan de existir. ¡°Abrir el sistema a las grandes corporaciones supondr¨ªa empujar a la desaparici¨®n de tres de cada cuatro farmacias en un plazo de cinco a?os; y eso no solo supone la p¨¦rdida de muchos puestos de trabajo. Adem¨¢s, es un perjuicio importante para los ciudadanos que tendr¨ªan menos servicios¡±, asegura.

¡°La desregulaci¨®n acabar¨ªa con tres de cada cuatro oficinas¡±, dicen en el sector

Jes¨²s G¨®mez, presidente de la Sociedad Espa?ola de Farmacia Comunitaria (Sefac), cree que el nuevo sistema implicar¨ªa un cambio en la regulaci¨®n territorial actual. Este experto cree que con la liberalizaci¨®n, el sistema de concesiones que garantiza la cobertura de los ciudadanos se extinguir¨ªa. ¡°Los grandes grupos comerciales se har¨ªan con las farmacias mejor situadas y las m¨¢s peque?as o establecidas en el entorno rural terminar¨ªan cerrando¡±, vaticina.

Esas farmacias de los pueblos son en ocasiones, recuerda la presidenta del Consejo General de Colegios de Farmac¨¦uticos, Carmen Pe?a, los ¨²nicos agentes sanitarios de esas peque?as poblaciones o de las zonas marginales de las ciudades, por lo que cumplen un papel fundamental. Sin embargo, suelen ser negocios poco rentables que ahora, en el caso de las rurales, reciben subvenciones para poder mantenerse. ¡°?Qu¨¦ pasar¨ªa con ellas? ?Y con aquellas que est¨¢n en sitios donde no es rentable una farmacia? Ahora su presencia est¨¢ garantizada. Con la liberalizaci¨®n no¡±, dice G¨®mez.

Adem¨¢s de incidir en ese punto de vista social, los responsables del Consejo de Farmac¨¦uticos ponen en duda los argumentos que esboza Econom¨ªa en su documento de trabajo, donde afirma que la regulaci¨®n actual es ¡°excesiva y obsoleta¡± y sostiene que reformarla mejorar¨ªa la econom¨ªa y generar¨ªa m¨¢s competencia. ¡°Un cambio en la propiedad¨Ctitularidad farmac¨¦utica no producir¨¢ ahorro en el gasto p¨²blico en medicamentos. Este solo depende del n¨²mero de recetas prescritas por los m¨¦dicos y del precio de los medicamentos, un precio que est¨¢ regulado por Sanidad¡±, dicen. El sistema p¨²blico de salud financia el 80% de los f¨¢rmacos dispensados en las boticas; aquellos para los que fija ese precio.

Para Ricard Meneu, m¨¦dico y economista vinculado al Instituto de Investigaci¨®n en Servicios de Salud, el argumento de la regulaci¨®n de precios es espurio. ¡°Indica el precio m¨¢ximo, y admite cierto margen de descuento¡±, dice. Descuentos, a?ade, que ya se producen entre laboratorios, distribuidores y farmac¨¦uticos y que, sin embargo, no llegan al destinatario final, el comprador. ¡°Y en cuanto a los otros productos... si alguien est¨¢ dispuesto a pagar por cosm¨¦tica o nutrici¨®n infantil m¨¢s dinero por productos similares solo porque se venden en un comercio sanitario, no ser¨¦ yo quien discuta en qu¨¦ debe despilfarrar su dinero¡±, sigue.

Para este experto, la liberalizaci¨®n es una ¡°buena medida en un momento inadecuado¡±. Considera ¡°innecesaria¡± la exigencia de ser farmac¨¦utico para ser propietario de una botica, pero avisa de que la desregulaci¨®n no paliar¨¢ los problemas del sector que, afirma, son ¡°culpa¡± de la Administraci¨®n. ¡°Mantuvo la condici¨®n de ser licenciado y despu¨¦s propici¨® un crecimiento insensato del n¨²mero de oficinas a la sombra del continuo aumento del volumen de negocio, y ahora pone a muchas en situaci¨®n de quiebra por pasar abruptamente del trato m¨¢s generoso dado jam¨¢s a un proveedor (compromiso cumplido de pagar en mucho menos tiempo del exigido por ley) a adeudarles cantidades equivalentes a la mitad de su facturaci¨®n anual (o multiplicar por seis y nueve veces el periodo de cobro)¡±, asegura por correo electr¨®nico.

Efectivamente, el sector pasa por un momento muy dif¨ªcil. Los impagos de las Administraciones ahogan a muchas farmacias, que acumulan facturas impagadas por millones de euros. Las de Castilla-La Mancha o la Comunidad Valenciana han llegado a ir a la huelga por ello; las de Canarias han contemplado acudir a los tribunales para reclamar lo que esa comunidad les adeuda.

Pero, si el negocio de una farmacia ya no es lo que era y el margen de ganancia por los precios de los medicamentos no es tan goloso, ?por qu¨¦ tendr¨ªan inter¨¦s las grandes cadenas en meter la cabeza en esta ¨¢rea? El presidente de la Sefac apunta algunas razones: ¡°Las cadenas har¨ªan valer su poder econ¨®mico y acabar¨ªan qued¨¢ndose con las farmacias m¨¢s rentables. Adem¨¢s, podr¨ªan introducirse como agente en todos los eslabones de la cadena y monopolizar una parte importante del mercado. Podr¨ªan, por ejemplo, fabricar sus propios medicamentos gen¨¦ricos con su marca, distribuirlos y, por supuesto, en el caso de los de venta sin receta, indicarlos y dispensarlos. As¨ª, con toda seguridad primar¨ªan sus productos sobre otros¡±.

La reforma permitir¨ªa explotar otros dos campos. Uno es el de los productos sanitarios, un ¨¢rea con un gran mercado ¡ªy en expansi¨®n¡ª en el que todav¨ªa cabe un gran margen de maniobra. Otro es el de la publicidad. Ahora, la ley solo permite que se anuncien f¨¢rmacos sin receta, como antigripales, algunos analg¨¦sicos, laxantes... Una cadena de farmacias o un supermercado podr¨ªan empezar a publicitar sus ofertas de descuentos. O anunciar otros servicios, como medir gratis el az¨²car, asesorar en una dieta...

Tambi¨¦n supondr¨ªa un cambio importante encontrar un estand con f¨¢rmacos ¡ªeso s¨ª, dirigido por un farmac¨¦utico¡ª al lado de la secci¨®n de carnicer¨ªa o verduler¨ªa de un gran supermercado. Modelo que es, sin embargo, habitual en Estados Unidos, donde las farmacias son grandes tiendas en las que se puede comprar desde un test de embarazo o un paquete de antihistam¨ªnicos hasta una pizza congelada. Un sistema que tiene cierto riesgo, seg¨²n el responsable de la Sefac. ¡°Vender f¨¢rmacos en las grandes superficies contribuye a banalizar el medicamento. Con esas medidas no se logra atajar el problema del sobreuso¡±, dice.

El m¨¦dico y economista Meneu, no obstante, ve positiva esa apertura en el caso de los medicamentos sin receta: ¡°Ahora que se han desfinanciado tantos f¨¢rmacos para entidades menores, deber¨ªan tratar a los ciudadanos como adultos comparables a los de muchos pa¨ªses de nuestro entorno y permitir su venta ¡ªy ah¨ª s¨ª, la competencia en precios¡ª en otro tipo de establecimientos¡±.

Pero mientras el sector debate sobre modelos y f¨®rmulas, lo que preocupa al paciente es que el cambio lleve aparejada una p¨¦rdida de calidad en la asistencia. ¡°La liberalizaci¨®n parece una nueva apuesta a favor de los mercados, desactivando un modelo que lleva funcionando en Espa?a muchos a?os con resultados positivos para los pacientes¡±, dice el presidente de la Alianza General de Pacientes, Alejandro Toledo, inquieto porque la apertura favorezca a intereses econ¨®micos frente a los sanitarios.

Desde el sector tambi¨¦n se critica que los argumentos en los que se sustenta el plan sean b¨¢sicamente econ¨®micos. Pero es que la sugerencia de liberalizar las farmacias llega desde Bruselas como una de las f¨®rmulas para reducir el desequilibrio macroecon¨®mico. Y no es la primera vez que llegan esos vientos. En 2006 la UE ya aconsej¨® a Espa?a que revisara su modelo; aunque tras otro pol¨¦mico debate ¡ªy de un tira y afloja entre los ministerios de Econom¨ªa y Sanidad¡ª la liberalizaci¨®n no se aprob¨®.

El asunto tiene muchas aristas y es controvertido no solo en Espa?a. En Italia o Alemania ha llegado al Tribunal de Estrasburgo ¡ªtambi¨¦n ha habido alguna sentencia sobre Espa?a¡ª. Hace tres a?os, ante varios recursos que planteaban acabar con la obligaci¨®n de ser licenciado para poseer una farmacia, los jueces europeos dictaminaron que es potestad de cada Estado decidir la mejor regulaci¨®n que asegure el abastecimiento seguro y de calidad de los medicamentos a la poblaci¨®n.

Un criterio que esboza tambi¨¦n la n¨²mero dos de Sanidad, que incide en que la farmacia no es una tienda al uso. ¡°Es un engranaje m¨¢s del sistema de salud. Adem¨¢s, la exigencia de la titularidad de farmacia para ser propietario permite que prevalezca el criterio de profesionalidad frente a otros intereses¡±, apunta Farjas. La presidenta de Plafarma tambi¨¦n define la farmacia como un agente sanitario vital, pero recuerda que, adem¨¢s, las boticas se heredan. Uno de los pocos privilegios que sobreviven a las leyes de libre mercado.