Recuerdo para San Valent¨ªn: no todo el mundo elige a su pareja

Junto con Navidad y Hallaren, hay pocos d¨ªas en el calendario europeo que despierten m¨¢s atenci¨®n que el D¨ªa de San Valent¨ªn. El amor es algo universal que nos une a todos. Cada a?o, esta universalidad es usada por comerciantes, la hosteler¨ªa y los anunciantes para impulsarnos a comprar bienes y servicios para nuestros seres queridos. As¨ª generan miles de millones de euros de una manera despiadada y superficial. La mayor¨ªa damos por sentado el derecho a elegir pareja. Es un aspecto fundamental de nuestros derechos humanos que se nos reconozca el control del curso de nuestras vidas, as¨ª como la capacidad de elegir carrera, amigos y el lugar donde vivimos.

Lamentablemente muchas y muchos j¨®venes de todo el mundo no tienen este derecho. Se estima que 38.000 ni?as se casan en todo el mundo cada d¨ªa. El destino de Tahani de Yemen, que apareci¨® en una reciente exposici¨®n de fotograf¨ªas de la ONU despu¨¦s de haber sido obligada a casarse con un hombre cuatro veces su edad cuando ella ten¨ªa solo seis a?os, es compartido por m¨¢s de 140 millones de ni?as en una d¨¦cada. Son 140 millones de las ciudadanas m¨¢s vulnerables del mundo, obligadas a vivir vidas que no han elegido, con demasiada frecuencia obligadas a la servidumbre dom¨¦stica, despojadas de la educaci¨®n, sin acceso a la planificaci¨®n familiar y sin poder elegir cu¨¢ndo quedarse embarazadas, por lo que no pueden evitar tener que enfrentarse al mayor riesgo para la salud de una mujer joven en los pa¨ªses en desarrollo: el parto. Esta pr¨¢ctica no se limita a determinados pa¨ªses o regiones del mundo. Pueden encontrarse en ?frica, Asia, Europa y Am¨¦rica Latina. Las v¨ªctimas tienden a tener un rasgo com¨²n: viven en extrema pobreza. En una cruel iron¨ªa, porque muchos padres ven el matrimonio como una manera de proteger a sus hijas, ya que creen que les proporcionar¨¢ un hogar, con comida, con futuro y con una familia que (te¨®ricamente) puede protegerlas.

En este D¨ªa de San Valent¨ªn pido a nuestro gobierno que utilice su potencial. Debemos iniciar un movimiento internacional que proteja a las ni?as de la obligaci¨®n del matrimonio forzoso, prohibi¨¦ndolo y haciendo cumplir esta prohibici¨®n, lo que permitir¨¢ a las mujeres recibir una educaci¨®n, y a los j¨®venes casarse con quienes quieran y cuando quieran.

Es hora de que este d¨ªa se convierta en algo m¨¢s que rosas, chocolates o restaurantes. En el d¨ªa de San Valent¨ªn debemos celebrar el ¡®camino de San Valent¨ªn¡¯ que toda mujer y hombre joven debe poder tomar: el derecho a elegir su pareja y su destino.

Luis Enrique S¨¢nchez es presidente de la Federaci¨®n Planificaci¨®n Familiar Estatal