Intoxicados por su propio cuerpo
La enfermedad de Hunter afecta a uno de cada 100.000 varones y no tiene cura
Lo que m¨¢s le gusta a Hugo Mart¨ªnez es ver c¨®mo los contertulios se pelean en los programas de televisi¨®n, c¨®mo contestan los concursantes de Pasapalabra y c¨®mo mueve la cara el Gran Wyoming. ¡°Tambi¨¦n los deportes, aunque el f¨²tbol no le va mucho. Prefiere botar la pelota¡±, apunta su padre. ¡°Y la piscina¡±, a?ade su madre, ¡°aunque cada vez que vamos, armamos un show¡±.
Hugo es uno de los 38 ni?os que padecen Hunter en Espa?a, una modalidad de mucopolisacaridosis, una enfermedad rar¨ªsima que le degenera todo el cuerpo, con alrededor de 2.000 casos en todo el mundo. Tiene ocho a?os y, seg¨²n su neuropediatra, consigue llevar un nivel de vida muy bueno teniendo en cuenta su discapacidad cognitiva (el m¨¦dico explica que tiene una edad mental de dos): se r¨ªe sin parar y es muy cari?oso, pero en su vida cotidiana siguen presentes los pa?ales ¡ªlo estar¨¢n durante toda su vida¡ª, un cors¨¦ que le mantiene la espalda derecha, una sillita en el asiento trasero del coche familiar y un dolor casi permanente que no puede expresar ¡ªpronunciaba algunas palabras, pero hace un a?o sufri¨® un ataque epil¨¦ptico y desde entonces no habla.
Existen siete tipos de mucopolisacaridosis catalogados, todos ellos patolog¨ªas gen¨¦ticas y degenerativas, que se desarrollan desde el nacimiento y deterioran el cuerpo hasta que muere, normalmente durante la pubertad en los casos m¨¢s graves. Se dan en uno de cada 100.000 ni?os y no afecta a las ni?as. Se las llama ¡°enfermedades de dep¨®sito¡± porque una alteraci¨®n en un gen portado por la madre le provoca la falta de una enzima encargada de degradar lisosomas, unos org¨¢nulos grandes que se le acumulan sobre todo en las articulaciones, las v¨¢lvulas card¨ªacas (conductos de salida de las cavidades del coraz¨®n), las v¨ªas respiratorias, el bazo, el h¨ªgado y el cerebro. Son los lugares m¨¢s comunes, pero se acaban extendiendo por todo el cuerpo.
Diagn¨®stico precoz
Cuanto antes se detecta una enfermedad, antes se le pone freno. Especialmente en los casos como en la mucopolisacaridosis de desgaste progresivo del sistema nervioso, porque este apenas se puede regenerar. El diagn¨®stico precoz es una de las dificultades m¨¢s importantes de las enfermedades raras, poco conocidas entre pediatras y que pueden tardar a?os en ser detectadas. ¡°Hacemos mucha difusi¨®n de los s¨ªntomas. Cuanto antes se localice, menos se habr¨¢ deteriorado el cuerpo y m¨¢s eficaz ser¨¢ el tratamiento¡±, explica el neuropediatra Luis Gonz¨¢lez Guti¨¦rrez-Solana.
La mucopolisacaridosis confiere unas caracter¨ªsticas f¨ªsicas peculiares: una cara con los rasgos duros desde una edad muy temprana, manos en garra, ra¨ªz del pelo baja y labios y lengua gruesos. Otras pistas pueden ser infecciones nasales muy frecuentes, otitis repetidas, bazo e h¨ªgado m¨¢s grandes de lo normal o alguna operaci¨®n temprana de hernia, entre otros.
¡°A los que llevamos a?os tratando estas enfermedades, nos llama la atenci¨®n enseguida. Para el resto de pediatras, recomendar¨ªa empezar a sospechar ante cualquiera de estos s¨ªntomas. No hace falta esperar a que se manifiesten todos¡±, indica el m¨¦dico.
Los lisosomas son como la central de procesado de basuras de las c¨¦lulas. Pero, como casi todos los componentes celulares, no son algo fijo: se crean y destruyen seg¨²n se necesitan. Es la manera de optimizar el reducido espacio del citoplasma. Por eso, si el proceso de su destrucci¨®n falla, aparecen los problemas.
Hugo necesita medicamentos y pa?ales, que ascienden cada mes a unos 200 euros mientras su familia lucha por conseguir la gratuidad de los f¨¢rmacos que, desde la ¨²ltima reforma, se limita a un n¨²mero muy restringido de casos. Una vez a la semana, tiene que viajar al Hospital Ni?o Jes¨²s de Madrid, a una hora en coche de su casa, para recibir una terapia enzim¨¢tica sustitutiva ¡ªdurante dos horas se le introducen enzimas en el cuerpo para minimizar los s¨ªntomas y frenar el deterioro¡ª. Lleva nueve operaciones (cifosis, hernia, vegetaciones, anginas, o¨ªdos...) y recibe dos sesiones de fisioterapia a la semana. La ¨²ltima vez que pas¨® por el quir¨®fano le tuvieron que perforar los o¨ªdos para intubarlo, lo que le provoc¨® durante unos d¨ªas una p¨¦rdida de equilibrio que le hac¨ªa desplomarse. ¡°Nos asustamos much¨ªsimo. Siempre pensamos que le ha llegado a la m¨¦dula, lo que significa que la enfermedad le afecta al sistema nervioso central¡±, explica Queralt Cota, su madre. Un miedo que disipa su neur¨®logo, Luis Gonz¨¢lez Guti¨¦rrez-Solana, especialista en enfermedades neurodegenerativas: ¡°Lo que le puede pasar es que se le pince la m¨¦dula a causa de la cifosis de sus v¨¦rtebras, pero de momento all¨ª no se le acumulan lisosomas. Est¨¢ muy controlado¡±.
La acumulaci¨®n de lisosomas da?a ¨®rganos como el coraz¨®n y el cerebro
Hugo es de los primeros ni?os que recibe en Espa?a este tratamiento enzim¨¢tico, que se empez¨® a aplicar en los a?os noventa. ¡°Antes, los enfermos de Hunter se mor¨ªan por obstrucci¨®n respiratoria. Con la medicaci¨®n, Hugo tiene una respiraci¨®n casi normal, igual que el bazo y el h¨ªgado ¡ªnormalmente de excesivo tama?o¡ª¡±, explica Guti¨¦rrez-Solana. La limitaci¨®n m¨¢s grave del tratamiento es, de momento, que las enzimas son mol¨¦culas demasiado grandes para introducirlas en el cerebro que, en consecuencia, se degenera a una velocidad mucho mayor que el resto del cuerpo. Solo en EE UU se ha empezado a hacer, de forma experimental, la terapia enzim¨¢tica intratecal ¡ªdentro del cerebro¡ª pero a¨²n no hay resultados definitivos. Adem¨¢s, tiene que empezar a aplicarse cuanto antes ¡ªHugo empez¨® a los dos a?os¡ª porque el sistema nervioso apenas se regenera.
El tratamiento no es m¨¢s que uno de los obst¨¢culos al que deben enfrentarse. ¡°Ya hace a?os que no podemos salir de casa. Nos animamos a bajar a la playa un fin de semana, pero no hemos vuelto¡±, relata Ernesto Mart¨ªnez, su padre, al recordar un d¨ªa y medio ¡°con todo tipo de aventuras¡±. Ahora han instalado una piscina en el patio de su casa y de vez en cuando se atreven con la piscina municipal. ¡°Nuestro ¨²ltimo descubrimiento es el traje de neopreno, porque no hay pa?ales impermeables de su talla. Pero sigue siendo complicado¡±, a?ade Cota.
Existe un ¨²nico tratamiento a base de inyecciones de eficacia limitada
Hugo vive con sus padres, su hermano, perro y jilguero en un adosado de la localidad madrile?a de Villaconejos. Cada ma?ana un autob¨²s se lo lleva a la escuela, en Aranjuez, a una decena de kil¨®metros. Se trata de un colegio p¨²blico especial, con unos cinco alumnos por clase. El juego y la psicomotricidad son las claves de la did¨¢ctica. De vuelta al pueblo, sobre las cuatro y media, merienda ¡ª¡°come de todo, pero se lo tenemos que dar a la boca¡±, asegura Mart¨ªnez¡ª, juega y ve la tele.
La crisis ha agravado su situaci¨®n. Hace un a?o, se quedaron los dos en el paro. Con una hipoteca de 920 euros que ya hace cuatro meses que no pagan. Entre los subsidios por desempleo y las ayudas por dependencia re¨²nen unos 1.000 euros al mes. ¡°No queremos ayuda, queremos trabajo¡±, zanja Ernesto, que agradece la ayuda de 1.500 euros recibieron de un donante an¨®nimo de la Asociaci¨®n MPS, que agrupa a familiares y enfermos de mucopolisacaridosis.
La lucha del d¨ªa a d¨ªa les permite olvidar, al menos parcialmente, el mal pron¨®stico de su hijo. ¡°El momento m¨¢s duro de la terapia llega cuando hay que decidir que ya no vale la pena seguir con ella¡±, lamenta el m¨¦dico.
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