Cientos de v¨ªctimas de negligencias acorralan a la sanidad brit¨¢nica
Familias de fallecidos en el hospital de Stafford encabezan una campa?a para exigir una depuraci¨®n de responsabilidades en el sistema p¨²blico de salud
La muerte de su madre cambi¨® su vida. Hace cinco a?os, Julie Bailey era una ciudadana an¨®nima que regentaba un caf¨¦ en Stafford, una ciudad de 130.000 habitantes del centro de Inglaterra, 220 kil¨®metros al noroeste de Londres. Hoy es la luchadora que ha puesto patas arriba el sistema sanitario p¨²blico ingl¨¦s.
Todo empez¨® en septiembre de 2007 cuando su madre, Bella, ingres¨® en el hospital de Stafford por una hernia que le dificultaba comer y respirar. Aunque ten¨ªa ya 86 a?os, nada hac¨ªa presagiar que no saldr¨ªa viva. Una serie de incidentes y errores m¨¦dicos la llevar¨ªan a la muerte. Julie qued¨® tan afectada por el mal trato que hab¨ªa recibido su madre y las escenas de caos que vivi¨® en el hospital, que denunci¨® la situaci¨®n en la prensa local. Le llegaron de inmediato quejas de otras 40 familias con experiencias semejantes y decidieron formar un grupo, Cure the NHS, Curad al Servicio Nacional de Salud, para exigir una investigaci¨®n sobre los hospitales p¨²blicos de la provincia.
Las investigaciones realizadas revelaron que entre 400 y 1.200 personas hab¨ªan muerto de forma innecesaria en esos hospitales entre 2005 y 2009. Aunque el Gobierno laborista de la ¨¦poca les neg¨® la investigaci¨®n p¨²blica que reclamaban, la coalici¨®n de conservadores y liberales-dem¨®cratas que surgi¨® de las elecciones de 2010 la puso en marcha. Las conclusiones de su autor, el abogado Robert Francis, publicadas hace dos semanas, obligaron al primer ministro, David Cameron, a pedir perd¨®n en el Parlamento por los fallos del sistema p¨²blico de salud.
Pero Julie Bailey y muchos afectados por los fallos del NHS no est¨¢n satisfechos. Quieren m¨¢s. Y quieren sobre todo la cabeza de sir David Nicholson, el hombre que durante un tiempo en aquellos a?os era responsable de los hospitales p¨²blicos de Staffordshire y que hoy est¨¢ al frente de los de toda Inglaterra. Nicholson se ha disculpado por aquellos errores, pero se niega a dimitir. Bailey cree que deber¨ªa ser cesado por el ministro de Sanidad.
El primer ministro ha tenido que pedir perd¨®n por los graves fallos del sistema?
¡°No, no estamos satisfechos. Es un informe muy, muy largo, que tiene su epicentro en que el paciente est¨¦ por encima de todo y que tiene el potencial de cambiar el NHS. Pero creemos que si no hay un cambio cultural total de comportamiento dentro del NHS no se conseguir¨¢ nada. Y la persona que dicta esa cultura es sir David Nicholson. Si ¨¦l no se va, no cambiar¨¢ nada¡±, vaticina Julie. ¡°Est¨¢ lanzando a quienes trabajan en el NHS el mensaje de que pueden fracasar de forma grave, pero que no les pasar¨¢ nada. Por eso vamos a seguir haciendo campa?a para su despido¡±, amenaza.
¡°Cientos de personas han muerto bajo su control y van a seguir muriendo. Hay 14 hospitales que est¨¢n siendo investigados, tenemos la mortalidad m¨¢s alta de beb¨¦s, hemos tenido 38 muertos por negligencia, incluido un paciente que muri¨® de hambre en el Alexandra Hospital en diciembre de 2012¡ Es decir, un informe detr¨¢s de otro se?ala que hay problemas en todo el sistema p¨²blico de salud y todo eso est¨¢ bajo su control. Una encuesta reflejaba el otro d¨ªa que la gran mayor¨ªa de personal del NHS est¨¢ en su contra. Nadie le respeta. Ese hombre es un mat¨®n¡±, insiste.
?Por qu¨¦, si su responsabilidad es tan evidente, el Gobierno no se lo quita de encima? ¡°Supongo que porque lo que hoy se valora de ¨¦l es que ha ahorrado mucho dinero. Pero a cambio tenemos pacientes que mueren y son desatendidos en nuestros hospitales¡±, responde Bailey, esc¨¦ptica.
Aunque es el actual Gobierno el abanderado de los recortes, los problemas en Stafford ocurrieron cuando gobernaban los laboristas. Y fueron estos los que pusieron en marcha un sistema para juzgar a los hospitales en funci¨®n de su eficiencia econ¨®mica m¨¢s que midiendo la calidad de sus servicios. Una pol¨ªtica de objetivos cuantificados que aplicaron tambi¨¦n a la educaci¨®n y que a juicio de muchos hizo que los servicios p¨²blicos olvidaran su verdadero objetivo: servir al p¨²blico.
A pesar del ¨¦xito aparente de su campa?a, Bailey cree que todav¨ªa no se ha reivindicado la memoria de su madre y de los cientos de personas que murieron antes de tiempo. ¡°No iremos a ning¨²n sitio hasta que consigamos que se pidan responsabilidades. Si no, nuestros seres queridos habr¨¢n muerto en vano y volver¨¢ a ocurrir. Mientras este hombre [David Nicholson] est¨¦ en su cargo, seguir¨¢ ocurriendo¡±, denuncia. ¡°?Qu¨¦ hemos conseguido?¡±, se pregunta. ¡°A¨²n no tenemos un NHS m¨¢s seguro. Y hasta que no lo consigamos no sentiremos que nuestros seres queridos han sido reivindicados. Lo que s¨ª hemos hecho es dar fortaleza a la gente, que se atrevan a decir que ya basta, que hay que hacer algo. Pero eso es todo lo que hemos logrado¡±, concluye. ¡°Si todo ese da?o lo hubieran sufrido unos animales habr¨ªa un clamor popular¡±, lamenta.
Un problema nacional
Los problemas del servicio brit¨¢nico de salud (NHS, en sus siglas en ingl¨¦s) no se reducen a los hospitales de Stafford. ¡°Desde que se ha publicado el informe de Robert Francis nos est¨¢ llamando gente de todo el pa¨ªs con quejas, sobre todo referidas a los 14 hospitales que est¨¢n siendo investigados, aunque tambi¨¦n de otros hospitales¡±, explica Julie Bailey, de la asociaci¨®n Cure the NHS. ¡°Tambi¨¦n nos llaman trabajadores del NHS que est¨¢n preocupados por los pacientes pero en la planta del hospital no les escuchan y tampoco los responsables inmediatos. Hay tambi¨¦n gente que se queja de que nadie se ha hecho responsable de los errores que han sufrido y quieren saber si les podemos ayudar de alguna manera¡±, a?ade.
En la muerte de cientos de pacientes en Stafford se mezclan errores m¨¦dicos con la falta de escr¨²pulos o profesionalidad de parte del personal sanitario. El problema es distinguir hasta d¨®nde se trata de problemas de comportamiento individual y hasta d¨®nde son consecuencia de la falta de recursos que padecen los hospitales p¨²blicos.
Uno de los casos m¨¢s dram¨¢ticos es el de John Moore-Robinson, un joven de 20 a?os que en 2006 acudi¨® de urgencia al hospital tras un accidente de bicicleta. El inexperto doctor que le atendi¨® diagnostic¨® que ten¨ªa varias costillas fracturadas y le envi¨® a casa con unos calmantes. Muri¨® a las pocas horas: ten¨ªa el bazo roto pero las radiograf¨ªas que le hicieron no lo pod¨ªan detectar. Habr¨ªa bastado un esc¨¢ner para descubrirlo y si le hubieran extirpado el bazo probablemente no habr¨ªa muerto. ?Error del m¨¦dico? ?Error de quien puso ese caso en sus inexpertas manos? ?El esc¨¢ner no se hizo porque el control del gasto limitaba el recurso a pruebas suplementarias?
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