¡°Recortar m¨¢s en sanidad es temerario¡±
El representante de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial alerta contra nuevos tijeretazos y pide mantener el sistema de salud fuera de la confrontaci¨®n pol¨ªtica
Cr¨ªtico con unos recortes presupuestarios que considera ¡°indiscriminados¡± y preocupado porque la sanidad p¨²blica deje paso a una asistencia diferenciada en funci¨®n del poder adquisitivo. Juan Jos¨¦ Rodr¨ªguez Send¨ªn (Vitigudino, Salamanca, 1955) afronta su segundo mandato al frente de los profesionales mejor valorados: los m¨¦dicos, que el s¨¢bado le otorgaron su apoyo mayoritario. Presidente de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial y del Foro de la Profesi¨®n M¨¦dica, inicia esta segunda etapa, marcada por la crisis, como la termin¨®, intentando construir un pacto para que la salud quede al margen de la pol¨ªtica.
Pregunta. Con 7.000 millones de euros menos en tres a?os, ?se resiente el sistema de salud?
Respuesta. Por ahora, en general, mantenemos el nivel asistencial, pero eso se debe a que el sistema de salud tiene gruesos cimientos y valores que lo sostienen. Lo que no s¨¦ es hasta cu¨¢nto resistir¨¢. El riesgo es grande porque se han aplicado recortes lineales, indiscriminados que lo mismo se han llevado por delante un servicio importante que otro que no lo es tanto. Recortar m¨¢s puede ser temerario. Y m¨¢s, si se tiene en cuenta que el problema del sistema ¡ªcuyos resultados son excepcionales y que es extraordinariamente justo¡ª es que est¨¢ infrafinanciado. No se puede pensar que en 2015, con un 25% menos de presupuesto, como se prev¨¦, se haga lo mismo. Para llegar a esas cifras la Administraci¨®n debe admitir que va a quitar servicios. Si no, las cuentas no salen. Y que hay modelos alternativos que lo permiten es una gran mentira.
¡°Las campa?as publicitarias de la privada est¨¢n jugando con el miedo y crean falsas expectativas¡±
P. ?A¨²n es justo el modelo?
R. El modelo del que ven¨ªamos s¨ª lo es, lo pagamos con nuestros impuestos y es un mecanismo de distribuci¨®n de la riqueza por el que los que m¨¢s ganan m¨¢s pagan, s¨ª es justo. Sirve para que a todos nos traten igual, y es ah¨ª donde reside la confianza del ciudadano. Por eso, cuando hay grandes problemas todo el mundo, salvo excepciones, va a la p¨²blica. Cambiar esto, y eso intentan, es un disparate. El camino al que nos dirigimos es m¨¢s injusto: han aumentado las desigualdades en el trato y los tratamientos entre una comunidad y otra. Tambi¨¦n en cu¨¢ndo se prestan los servicios. Se ha perdido universalidad.
P. Se ha expulsado del sistema a rentistas y sin papeles que ya solo tienen derecho a la asistencia urgente, parto, posparto y pediatr¨ªa.
R. Eso rompe el equilibrio que ten¨ªamos. No podemos clasificar a la gente y hacer una sanidad de ricos y otra de pobres. No podemos darles gratuitamente solo unas prestaciones y que tengan que pagar por otras. Otra cosa es que alguien, porque puede o quiera, busque contratar servicios privados.
P. Pero cuando el Ministerio habla de crear una cartera b¨¢sica de servicios parece que se tiende a eso para toda la poblaci¨®n.
R. Todo apunta a que se van a hacer diferentes paquetes y unos se garantizar¨¢n y otros se dar¨¢n al aseguramiento privado. Habr¨¢ que verlo, y analizar a qu¨¦ se refieren cuando hablan de cartera b¨¢sica o complementaria. No es igual clasificar como complementario una intervenci¨®n para ponerse pr¨®tesis faciales por est¨¦tica que una operaci¨®n de cataratas. Para m¨ª solo habr¨ªa dos tipos de carteras: lo sustancial, y lo que no lo es; que no deb¨ªa estar financiado.
P. Y esas cosas superfluas ?se cubren ahora?
R. En parte s¨ª, se est¨¢ financiando medicamentos que no aportan gran cosa al mismo nivel que otros tan fundamentales como la insulina para la diabetes. Y lo mismo con la tecnolog¨ªa. Necesitamos reformas para evaluar lo que hacemos, lo que financiamos, pero para mejorar el gobierno de lo p¨²blico. Hay que mejorar la eficiencia del sistema, pero no se puede reducir m¨¢s. Y menos de la manera que se est¨¢ haciendo. La sanidad p¨²blica es el gran patrimonio de los espa?oles. Puede haber sistemas iguales, pero no mejores; y mucho menos por el mismo precio. Por todas estas razones no tienen ning¨²n sentido cambiar el modelo. La Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial junto al Foro de la Profesi¨®n M¨¦dica pedimos que se confirme el Sistema Nacional de Salud de gesti¨®n y provisi¨®n p¨²blica, universal, equitativo y de calidad; y financiado mediante impuestos. Si alguna de estas caracter¨ªsticas no se cumple, o se hace a medias, no nos sirve; y si es as¨ª andamos mal. Los responsables pol¨ªticos deben tener claro que ser¨¢ dif¨ªcil convencer a la ciudadan¨ªa para que pase impert¨¦rrita por eso, y menos a¨²n a los profesionales.
P. El Gobierno prometi¨® que no habr¨ªa copago asistencial, pero ha tomado otras medidas como aumentar el copago por f¨¢rmacos
¡°Que no conf¨ªen la gesti¨®n sanitaria a los profesionales cl¨ªnicos y se la den a las empresas es un insulto¡±
R. Que es, por cierto, m¨¢s justo que el anterior. Aunque deber¨ªa haberse ajustado mejor blindando tratamientos y recogiendo m¨¢s excepciones. No puede haber agravios porque se concentren m¨¢s enfermos en una familia, por ejemplo. Nadie deber¨ªa quedarse sin tratamiento por no poder pagarlo.
P. El aumento de las listas de espera, los recortes. ?Se est¨¢ promoviendo que los ciudadanos pierdan confianza en el sistema y se dirijan a la privada?
R. No s¨¦ si es intencionado, pero se est¨¢ reventando el sistema por dentro. Por un lado debido a los recortes los profesionales tienen que macharse al extranjero o buscar trabajos complementarios porque con ocho horas de jornada laboral y las guardias no llegan; con lo cual el sistema no les satisface. Tampoco los pacientes est¨¢n contentos, porque sus necesidades tampoco est¨¢n cubiertas. Est¨¢ ocurriendo algo muy peligroso: Se da la idea al ciudadano de que si tiene una necesidad debe ir a la privada. Se transmite que quien tiene dinero resuelve la situaci¨®n y quien no, no. Esto crea una fractura social.
P. Abundan las ofertas de la privada.
R. Esto parece una feria, y algunos de los anuncios y campa?as de marketing pueden estar traspasando lo que permite la ley. Vamos a revisar con lupa el comportamiento de los m¨¦dicos que se sumen a esta instrumentalizaci¨®n ¡ªporque sus obligaciones con los pacientes son muy estrictas¡ª y las campa?as. Se ofrecen descuentos agresivos, soluciones a cosas que no se pueden resolver¡ Se est¨¢ medicalizando todo, hasta parece que los malos comportamientos escolares tienen soluci¨®n con esas f¨®rmulas. La publicidad tiene l¨ªmites y las empresas se est¨¢n pasando en crear falsas expectativas usando el dolor, la ansiedad, o incluso la lista de espera, para captar al ciudadano.
P. ?Qu¨¦ piensa de privatizar la gesti¨®n de hospitales y ambulatorios como piensa hacer Madrid?
R. En Espa?a siempre ha habido cooperaci¨®n y colaboraci¨®n p¨²blica privada, pero eso es otra cosa. Quieren ceder la capacidad de gestionar la sanidad a entidades con ¨¢nimo de lucro. Eso es muy peligroso, porque el primer objetivo de una empresa es reducir costes y ganar dinero, no repartir salud, ni reinvertirlo en sanidad. Y es un insulto que no se permita a los profesionales cl¨ªnicos gestionar la parte econ¨®mica y que luego se lo entreguen a las empresas.
P. Autonom¨ªas que tienen modelos privatizados afirman que el ciudadano no nota la diferencia.
R. En un primer momento pueden darle una respuesta igual, pero, para eso, ha habido mucho trabajo previo en cosas que no se ven ni est¨¢n vinculadas al coste de su intervenci¨®n. Porque para que podamos responder a sus posibilidades de enfermar, primero hay que formar a profesionales, investigar y luego tener todo dispuesto para responder a lo que pueda pasar; aunque no sea rentable. Eso en la privada no existe.
P. No le convencen sus argumentos.
"Ning¨²n sistema en el mundo es igual de bueno que el espa?ol, y menos por el mismo precio"
R. Nos est¨¢n enga?ando, dicen que con ese sistema se ahorra dinero, pero no nos est¨¢n dando la informaci¨®n. Un sistema como el que tenemos no es m¨¢s barato en ninguna parte del mundo. Puede ser igual, que lo ludo, pero mejor no va a ser. Adem¨¢s, no hay informaci¨®n ni elementos de comparaci¨®n entre hospitales iguales, ¨¢reas iguales para atestiguar que ese ahorro del que hablan es cierto. No pueden poner de excusa, adem¨¢s, la situaci¨®n econ¨®mica actual ni el estado del sistema de salud. La mala gesti¨®n p¨²blica es solo responsabilidad de los gestores p¨²blicos, y si no hacen las cosas bien deben revisar sus comportamientos. No pueden poner en riesgo el sistema por entreg¨¢rselo a otros que tienen que reducir los costes y sacar rendimiento. Si se cambia el modelo el da?o es irreversible. Y nosotros tenemos la obligaci¨®n de decirlo. Quienes hemos construido el sistema p¨²blico tenemos derecho, adem¨¢s, a exigir que se nos permita gestionar lo que nosotros gobernamos cl¨ªnicamente.
P. Lo est¨¢n haciendo. Estamos poco acostumbrados, pero los profesionales sanitarios est¨¢n saliendo a la calle para defender el modelo. ?Tiene algo que ver con que en la ¨²ltima encuesta del CIS los m¨¦dicos aparezcan como los profesionales mejor valorados por los ciudadanos?
R. Eso es porque el sistema que sustentamos m¨¦dicos y enfermeras es una de las instituciones que m¨¢s confianza genera a los ciudadanos. Y es una l¨¢stima que se est¨¦ pasando por encima de esto con la ligereza con la que se est¨¢ haciendo. Ahora, adem¨¢s, cuando la ¨¦poca de bonanza queda lejos, m¨¦dicos y enfermeras estamos demostrando nuestro contrato social y nuestro compromiso.
P. La opini¨®n de los ciudadanos sobre los sanitarios nada tiene que ver con la que tienen de la ministra de Sanidad, Ana Mato. Es una de las peores valoradas del Gobierno, seg¨²n las ¨²ltimas encuestas.
R. Nosotros no podemos decir que estemos satisfechos en absoluto en absoluto con su gesti¨®n, pero esta no corresponde solo al ministerio. Nos quejamos de la gesti¨®n global donde juegan un papel el ministerio y 17 comunidades aut¨®nomas; Gobierno y oposici¨®n. Nos estamos encontrando con que lo que en su ¨¦poca le val¨ªa al Gobierno anterior ha dejado de servirle ahora, cuando est¨¢n en la oposici¨®n; y viceversa. Lo que s¨ª hemos notado es que en los ¨²ltimos meses la ministra ha decidido preocuparse de la parte sanitaria de su ministerio.
P. Pero en la percepci¨®n ciudadana de su labor no solo estar¨¢ su gesti¨®n sanitaria, tambi¨¦n su implicaci¨®n en esc¨¢ndalos como G¨¹rtel.
R. Nuestra obligaci¨®n como instituci¨®n, tanto en el Foro de la Profesi¨®n M¨¦dica como la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial, ha sido tener muy claro que a pesar de la incomodidad Mato es la ministra del Gobierno de Espa?a, y mientras lo siga siendo nosotros tenemos que preocuparnos de ese cometido. Nuestros enfermos est¨¢n enfermos todos los d¨ªas, as¨ª que tenemos que intentar avanzar si se puede. Como ciudadanos podemos valorar otras cuestiones, al margen de su gesti¨®n. Como representantes de la profesi¨®n, seguimos trabajando.
P. ?Qu¨¦ asignaturas pendientes tiene para este nuevo mandato?
R. Voy a intentar reafirmar, asentar y reforzar las posiciones de la organizaci¨®n. Tenemos pendiente la ley de servicios profesionales con la colegiaci¨®n obligatoria, por ejemplo, tambi¨¦n la reforma de los estatutos de la organizaci¨®n que llevan 30 a?os esperando hacerlo; y adem¨¢s, tenemos que seguir buscando salidas que ayuden al sistema nacional de salud. Debemos introducir cambios, pero las reformas precisan acuerdos y ahora mismo cualquier cosa es punto de confrontaci¨®n. No se puede avanzar, por eso lo primero que debemos hacer es un pacto para mantener la sanidad al margen de la pol¨ªtica, para construir sanitariamente el pa¨ªs.
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