La oposici¨®n al matrimonio gay centra el ataque de la derecha francesa

Cuando la conferencia episcopal francesa anunciaba el verano pasado su intenci¨®n de luchar en contra del proyecto del presidente socialista Fran?ois Hollande de legalizar el matrimonio homosexual, probablemente no esperaba que la movilizaci¨®n alcanzara el ¨¦xito demostrado. A pesar de que el texto ya ha sido validado por la Asamblea Nacional y que en principio lo ser¨¢ tambi¨¦n por el Senado, que lo examina a partir de este jueves, la protesta no pierde fuerza, como lo ha vuelto a mostrar la manifestaci¨®n multitudinaria de hace una semana. Con una tasa de paro hist¨®rica para el pa¨ªs, una econom¨ªa estancada y la popularidad del presidente por los suelos, la oposici¨®n conservadora ha encontrado en este movimiento un ¨¢ngulo de ataque en el que cristalizar el descontento.

El pasado domingo, unas 300.000 personas seg¨²n la polic¨ªa, 1,4 millones seg¨²n los organizadores, protagonizaron la tercera gran manifestaci¨®n en contra de la ley convocada desde noviembre. Junto a los organizadores, una gran plataforma de diversas organizaciones, se dejaron ver los barones del principal partido conservador, la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), empezando por su -discutido- presidente, Jean-Fran?ois Cop¨¦, sin temer ser asociados a dirigentes del ultraderechista Frente Nacional tambi¨¦n presentes.

"Lo sorprendente de la ¨²ltima manifestaci¨®n ha sido la ampliaci¨®n de las reivindicaciones y la radicalizaci¨®n del discurso", observa Jean-Yves Camus, polit¨®logo e investigador del Instituto de Investigaciones Internacionales y Estrat¨¦gicas (IRIS). Esl¨®ganes dirigidos en contra de la ley compart¨ªan protagonismo con otros m¨¢s generales como "queremos empleos, no una ley Taubira" -por Christine Taubira, la ministra de Justicia-, mientras que parte de la multitud jaleaba: "Hollande, dimisi¨®n". "El momento es favorable para que el movimiento tome un giro mucho m¨¢s pol¨ªtico, dado el contexto. Adem¨¢s, la derecha necesita mostrarse mucho m¨¢s ofensiva, entre otros para no perder pie frente al Frente Nacional", a?ade.

"Los temas econ¨®micos son dif¨ªciles para la UMP porque el gobierno anterior tampoco obtuvo los resultados que esperaba", considera Bruneau Cautr¨¨s, investigador y profesor del Instituto de Ciencias Pol¨ªticas de Par¨ªs Sciences-Po, quien recuerda que solo han pasado diez meses desde la elecci¨®n de Hollande. "La cuesti¨®n del matrimonio homosexual supone as¨ª una oportunidad de movilizarse en contra del gobierno y de cerrar filas" tras la derrota de Nicolas Sarkozy y la posterior lucha por el liderazgo del partido que opuso a Cop¨¦ con el ex primer ministro Fran?ois Fillon. "Aunque tampoco se puede reducir esta oposici¨®n a una simple estrategia; una parte del electorado de derechas est¨¢ realmente firmemente opuesto al matrimonio homosexual".

La maniobra, estrat¨¦gica o no, no est¨¢ sin embargo exenta de riesgos para la UMP. Por una parte, vuelve a posicionarse junto al Frente Nacional, cuando muchos analistas consideran que la deriva derechista de los ¨²ltimos a?os le ha pasado factura en las elecciones. Por otra, el movimiento, si bien en su gran y ampl¨ªa mayor¨ªa pac¨ªfico y apol¨ªtico, parece estar radicaliz¨¢ndose, a imagen de los incidentes registrados el pasado domingo. El jueves pasado, un grupo de manifestantes esperaba al presidente Hollande a la entrada de la televisi¨®n donde dio una entrevista. Varios ministros han recibido los abucheos de opositores al matrimonio homosexual en diferentes viajes realizados durante la semana. "Si el movimiento se sigue radicalizando, parte de la opini¨®n centrista se va a desentender. Se est¨¢ instalado una suerte de histeria antigubernamental", advierte Camus.

A pesar de esta oposici¨®n, el presidente Hollande ha reiterado en su entrevista televisiva su intenci¨®n de cumplir con la que ha sido una de sus grandes promesas electorales. El texto, aprobado ya en primera lectura, ser¨¢ examinado esta semana en el Senado, donde la izquierda dispone de una escasa mayor¨ªa. La ministra de Justicia, Christine Taubira, calcula que pasado el tr¨¢mite parlamentario -queda la segunda lectura- la ley deber¨ªa estar ya lista para entrar en vigor antes del verano.