¡°La mentalidad m¨¢gica humana es gen¨¦tica, producto de la evoluci¨®n¡±
Los cient¨ªficos intentan determinar caracter¨ªsticas que son ¨²nicamente humanas, como el blanco de los ojos, que indica ad¨®nde o a qui¨¦n miramos, y la capacidad de ponernos colorados.
A Juan Luis Arsuaga, como paleont¨®logo que es, le interesan todas las especies y su evoluci¨®n, aunque por la especie humana siempre ha tenido una fascinaci¨®n especial. Sobre los yacimientos de Atapuerca y los enormes descubrimientos que ha realizado all¨ª con su equipo y sus colegas gira su carrera cient¨ªfica y gran parte de su labor de divulgaci¨®n. Pero el hombre le da mucho m¨¢s de s¨ª. Su nuevo libro, en colaboraci¨®n con Manuel Mart¨ªn Loeches, no se refiere a los remotos individuos de la sierra burgalesa. ¡°Es que El sello indeleblees un libro m¨¢s sobre el presente y futuro de la especie humana que sobre su pasado¡±, dice este catedr¨¢tico de la Universidad Complutense.
Pregunta. ?La especie humana es especial?
Respuesta. S¨ª, francamente. Es un acontecimiento ¨²nico en la evoluci¨®n. Como si fuera la tercera forma de materia: hay materia inanimada, materia viva y materia consciente, nosotros, aunque todas hechas de los mismos ¨¢tomos, por supuesto. El hombre es consciente de s¨ª mismo, se pregunta, razona, tiene yo, es un organismo hecho de carbono, hidr¨®geno... pero capaz de reflexionar. Es tan fant¨¢stico que se han buscado explicaciones no naturales.
P. ?Cu¨¢nta diferencia determinan las razas?
R. Esto es muy sorprendente porque todo el mundo pensaba que ¨¦ramos la especie m¨¢s variada de la Tierra. Las diferencias aparentes son tan evidentes que incluso parec¨ªa que ¨¦ramos una especie ya casi dividida en subespecies. Sin embargo, al secuenciarse el genoma se ha visto que no es as¨ª: somos de las especies menos variadas gen¨¦ticamente. Ahora tenemos un nuevo problema: por qu¨¦, siendo todos tan iguales de piel para dentro, somos tan distintos epid¨¦rmicamente.
P. ?Alguna idea de por qu¨¦?
R. No hay una explicaci¨®n. Se han buscado argumentos adaptativos, pero no se ve una relaci¨®n directa. Ahora se ha recuperado una explicaci¨®n olvidada: las razas se han hecho distintas por la otra fuerza que Darwin argument¨® en su libro El origen del hombre y es que las razas son diferentes por selecci¨®n sexual, es decir, por cuesti¨®n de gustos. Ser¨ªa algo parecido a los vestidos: el hecho de que los chinos fueran con quimono y nosotros de otra manera no tiene que ver con el ambiente o la temperatura, es una selecci¨®n del gusto. Eso s¨ª, la ciencia ha demostrado que no hay diferencia intelectual ni nada parecido entre las razas humanas.
P. ?Acabar¨¢n separ¨¢ndose en especies los humanos?
R. Es curioso que, repasando novelas de ciencia ficci¨®n, no he encontrado ninguna que lo plantee. Para que una especie se divida, tiene que haber aislamiento y nadie contempla la posibilidad de que evolucione una poblaci¨®n humana en aislamiento absoluto. Me refiero a especiaci¨®n, no por ingenier¨ªa gen¨¦tica, sino por evoluci¨®n natural¡ por ejemplo que unos t¨ªos se vayan a otro planeta y, despu¨¦s de mucho tiempo de aislamiento, sean otra especie.
P. ?C¨®mo nos llevar¨ªamos con una especie inteligente como nosotros?
R. Fatal. A la vista de c¨®mo tratamos a otras especies animales, como el chimpanc¨¦ o el gorila¡
P. Los genomas indican que tenemos muy poca diferencia de genes con los chimpanc¨¦s, un 2%.
R. Esta ha sido otra sorpresa. No queda m¨¢s explicaci¨®n que los genes reguladores, que deben hacer maravillas. Deben ser genes muy mandones, con una jerarqu¨ªa muy alta, con mucha capacidad de influir en los dem¨¢s. Pero no sabemos todav¨ªa c¨®mo.
P. Los humanos, ?somos hostiles o sociales?
R. Tenemos una inteligencia social. El cient¨ªfico Richard Alexander dice que en nuestra evoluci¨®n hay un momento en que las fuerzas selectivas dejan de ser las fuerzas hostiles de la naturaleza porque alcanzamos el dominio ecol¨®gico: los glaciares o el clima adverso, los depredadores o la hambruna... dejan de ser un obst¨¢culo, porque nos protegemos con la tecnolog¨ªa. Pero seguimos evolucionando porque hay una competencia dentro del grupo, nuestro medio social, en el que competimos por descendencia y recursos. Para eso necesitamos un ¨®rgano que permita procesar informaci¨®n social. As¨ª, el ¨¦xito depende de hacer muchos amigos y tener pocos enemigos.
P. ?Y en eso somos ¨²nicos?
R.<TH>No. Edward Wilson dice que hay dos tipos de organismos supersociales y que los dos son dominantes en la biosfera: los insectos sociales y nosotros entre los vertebrados. Se pueden plantear cosas divertidas: ?Si desapareci¨¦semos los humanos, desarrollar¨ªan los chimpanc¨¦s una inteligencia como la nuestra? Algunos dicen que ya lo han hecho, que gran parte de la informaci¨®n que procesa su cerebro es social.
P. ?C¨®mo aborda la ciencia una especie como la humana?
R. Todav¨ªa no est¨¢ claro siquiera en qu¨¦ somos ¨²nicos. Hay una asociaci¨®n internacional de cient¨ªficos en la que intentamos elaborar una definici¨®n de ser humano. Y queda mucho por hacer, pero algunas caracter¨ªsticas son chocantes. Por ejemplo, unos rasgos que no desear¨ªamos, porque nos delatan ante los dem¨¢s, pero no podemos evitar: el blanco de los ojos, que indica ad¨®nde o a qui¨¦n miramos, y la capacidad de ponernos colorados. Otro rasgo, al parecer, es la buena punter¨ªa, tenemos mucha coordinaci¨®n.
P. Y el cerebro.
R. La consciencia es algo obvio, pero otras cosas no lo son tanto, como la mentalidad m¨¢gica, no racional. Gran parte de nuestro pensamiento es m¨¢gico, no en el sentido religioso, sino que no tiene que ver son la raz¨®n. Mucha gente cree que es cultural, que viene de nuestro pasado ignorante y que lo estamos superando... Pues no, est¨¢ en los genes, es un producto de la evoluci¨®n y no nos lo vamos a quitar de encima.
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