Los saqueos diezman la huerta
La crisis dispara los robos en explotaciones Los agricultores est¨¢n ¡°desesperados¡±: ¡°Te hacen la cosecha por la noche¡± Gallard¨®n promete penas m¨¢s duras para hurtos en el campo
La huerta espa?ola amanece cada vez m¨¢s saqueada. Los campesinos se ven incapaces de proteger sus cultivos contra los ladrones, que aprovechan la placidez de la noche o los fines de semana para hurgar entre sus plantaciones. P¨ªcaros en el campo, dicen, los ha habido siempre, pero con la crisis, se est¨¢ haciendo insoportable, seg¨²n Jos¨¦ Alapont, un agricultor valenciano: ¡°Anteayer acababa de regar un campo y se llevaron 300 cebollas, que valen poco, pero me pegaron un pateo... Lo peor de los robos es que te cabrean porque lo destrozan todo y luego el coste es mucho mayor. Estamos hartos. Los ladrones te hacen la cosecha por la noche¡±.
Viven aislados en pueblos peque?os entre territorios cubiertos de ¨¢rboles o explanadas vastas de cultivo, cada uno con sus especificidades, pero todos comparten la misma preocupaci¨®n: los asaltos a sus plantaciones no solo no cesan sino que aumentan a un ritmo inasumible. En 2011, se produjeron 20.481 robos en explotaciones agr¨ªcolas y ganaderas, seg¨²n datos de Interior, 5.000 m¨¢s que el a?o anterior entre herramientas, maquinaria, combustible, cobre y alimentos. Las asociaciones calculan que en 2012 la cifra se mantuvo estable, pero sienten que en 2013 ya se est¨¢ produciendo un repunte.
En 2011, hubo 20.481 hurtos en fincas agr¨ªcolas y ganaderas
Los robos en la huerta de la Comunidad Valenciana ¡ªuna de las que m¨¢s sufre estos delitos, seg¨²n la asociaci¨®n Asaja¡ª, se dispararon un 17% en enero y febrero de 2013 con relaci¨®n a los mismos meses del a?o anterior, seg¨²n la delegaci¨®n del Gobierno. Con robos como los de las cebollas de Jos¨¦ Alapont, de 69 a?os y que hered¨® su profesi¨®n de su padre y su abuelo, se alcanzaron da?os de hasta 15 millones de euros a lo largo del a?o pasado en la Comunidad, seg¨²n la Asociaci¨®n Valenciana de Agricultores (AVA), que calcula que este a?o las p¨¦rdidas llegar¨¢n a los 20 millones. ¡°El problema es que siempre roban por un valor inferior a 400 euros, por lo que quedan impunes, pero los destrozos ascienden a 15.000 o 20.000 euros en muchas ocasiones, porque mientras se repara el material, se pueden perder de dos a tres semanas de cosecha¡±, lamenta Sergio Carb¨®, portavoz de AVA.
Los agricultores piden desde hace a?os que se endurezca el C¨®digo Penal para evitar la reincidencia y disuadir a ¡°ladrones expertos que roban 200 euros a la semana y no les pasa nada¡±, seg¨²n denuncian. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, ha prometido este mes a Asaja que en la reforma prevista se incorporar¨¢ una agravante a los hurtos en explotaciones agr¨ªcolas para que conlleven penas de uno a tres a?os de c¨¢rcel con independencia del valor del bot¨ªn. Sin embargo, seg¨²n fuentes del ministerio, es imposible que la reforma llegue antes del verano, cuando se produce el pico de robos, debido a las campa?as de recolecta de frutas en la mayor¨ªa del territorio agr¨ªcola del pa¨ªs. La Uni¨®n de Peque?os Agricultores critica la poca vigilancia que hay en el campo y cree que las penas se tendr¨ªan que endurecer solo para los reincidentes. ¡°Falta m¨¢s Guardia Civil en el campo y se notan los recortes porque antes a¨²n se ve¨ªan de vez en cuando¡±, expresa Montserrat Corti?as, vicesecretaria general de la Uni¨®n de Peque?os Agricultores. ¡°Hay mucho desconcierto y mucha preocupaci¨®n porque cada robo siembra una gran inseguridad. Est¨¢n en tu casa¡±, clarifica.
Las patrullas de campesinos son muy frecuentes en las zonas rurales
Alapont es, adem¨¢s de agricultor, presidente de la comisi¨®n de Agricultura del Ayuntamiento de Silla, un pueblo a 13 kil¨®metros al sur de Valencia. Cada verano, desde junio hasta agosto, organiza por turnos a unos 50 campesinos que patrullan de tres en tres con la guardia rural para prevenir los robos y enfrentarse a los atracadores. Salen sobre las ocho de la tarde y custodian sus plantaciones hasta las cuatro de la ma?ana, dos horas antes de ponerse en pie para volver a salir a trabajar al campo. Ante las complicaciones de este a?o, se reunir¨¢n este martes para decidir si, por primera vez, empiezan las rondas en mayo. ¡°Surte efecto, pero no es el sistema que se debiera utilizar¡±, anota Alapont: ¡°Hace m¨¢s de 15 a?os que lo hacemos, pero antes los hurtos se produc¨ªan con las frutas m¨¢s caras como la sand¨ªa o el mel¨®n. Ahora estamos con todo igual. Nos roban tambi¨¦n cebolla, patata, naranja¡¡±. Cuando detectan al ladr¨®n, llaman a la Guardia Civil, pero en muchas ocasiones, se escabullen entre la vegetaci¨®n, lamenta Alapont.
Las patrullas de civiles son muy frecuentes en las zonas rurales. Han rotado tambi¨¦n los agricultores de Alaejos (Valladolid) durante todo el invierno. Ahora notan que se ha calmado, pero pronto tendr¨¢n que empezar a regar los cultivos de cereal y entonces, volver¨¢ el miedo, lamentan. ¡°En la ¨¦poca de riego hay m¨¢s gente porque vamos a cerrar llaves hasta las doce de la noche y a abrirlas a las seis, pero nuestro oficio no es vigilar. Es trabajar de d¨ªa y descansar de noche¡±, relata Armando Caballero, que acaba de invertir 5.000 euros en un sistema de riego m¨¢s dif¨ªcil de arrancar, pero el doble de caro, para sustituir al que le sustrajeron en octubre.
La vedette de los atracos es el cobre¡±, Un afectado de Ciudad Real
El campo valenciano es un mar de naranjos formado por peque?as propiedades de entre media y una hect¨¢rea. Son peque?as propiedades, muchas de ellas de gente mayor que contrata a otros campesinos para que hagan la colecta. En estas ocasiones, al no conocerse entre ellos, los vecinos no saben distinguir entre empleados y ladrones.
¡°Yo tengo 78 a?os, hace cuatro o cinco ya estaba jubilado, pero fui a ayudar a mi hijo a aclarar los naranjos. Vimos que tres individuos nos estaban robando herramientas y nos enfrentamos a ellos porque est¨¢bamos hartos. Pero nos pegaron una paliza y se llevaron hasta las puertas de la caseta¡±, recuerda Juan Faus, un campesino de R¨®tova (Gand¨ªa). Jos¨¦ Antonio Ruiz, agricultor de la localidad valenciana de Cheste donde, a principios de abril, unos asaltantes mataron a tiros a un vigilante de un campo de naranjas, asegura que ya est¨¢n empezando a asaltar casas y que en el pueblo viven asustados y angustiados: ¡°Cuando se lo cuentan, se le ponen a uno los pelos de punta. Le puede pasar a cualquiera¡±, expresa.
Cuando arrancan el sistema de riego, se pueden perder tres semanas de cosecha
Al final de la campa?a de la naranja, los agricultores valencianos est¨¢n ya hastiados por el goteo de robos, pero en otras zonas se sabe que est¨¢n latentes y que se desatar¨¢n cuando la fruta madure. En las localidades de Daimiel y Argamasilla de Alba, al norte de Ciudad Real, empiezan a notar c¨®mo les arrancan plantas enteras de los vi?edos, que ni siquiera han florecido para hacerse con los palos del emparrado y venderlo a desguaces o sacarlo de Espa?a, como suele pasar con el cobre. ¡°?No paran! Roban todo lo que se vende en el mercado y ahora incluso entran en las casas habitadas y cuando les pillan dicen que vienen a pedir¡±, exclama Crist¨®bal Jim¨¦nez, un agricultor de vi?edos de Argamasilla de Alba.
¡°Habr¨ªa que utilizar la tecnolog¨ªa de las ciudades para vigilar el campo. Es relativamente barato para proteger lo m¨¢s valioso como las m¨¢quinas o el almacenamiento de cosechas¡±, explica Jes¨²s Antonio Gil Ribes, catedr¨¢tico de Ingenier¨ªa Agr¨ªcola de la Universidad de C¨®rdoba, que explica c¨®mo los agricultores de la zona de Ja¨¦n denuncian robos de miles de kilos de aceitunas en la ¨¦poca de la cosecha. Gil Robles insiste en que es pr¨¢cticamente imposible erradicar los robos en la huerta, que se extiende en m¨¢s de 20 millones de hect¨¢reas, o alrededor de la mitad de la superficie del territorio espa?ol. ¡°Est¨¢ claro que no se puede controlar todo, pero las patrullas que montan los ciudadanos son peligrosas porque se podr¨ªa producir un choque indeseable¡±, apunta.
¡°La vedette es el cobre, pero roban cualquier cosa que se pueda vender. Por pocos gramos de cobre se llevan los aspersores. Por 1.000 euros rasos, te destrozan maquinaria que vale m¨¢s de 6.000¡±, lamenta irritado Jim¨¦nez: ¡°Las aseguradoras, cuando van dos o tres veces, te aumentan la p¨®liza y te exigen m¨¢s medidas de seguridad. ?C¨®mo vamos a instalar alarmas en el campo? ?Qu¨¦ haces si te la dispara un p¨¢jaro a las tres de la madrugada? No puede ser¡±.
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