Imputados tres m¨¦dicos por un caso de robo de beb¨¦s de sor Mar¨ªa

El titular del juzgado n¨²mero 50 de Madrid, Esteban Vega, que investiga el presunto robo de dos gemelas nacidas el 23 de febrero de 1981 en la cl¨ªnica Santa Cristina de Madrid, sigue tirando del hilo. Tras la muerte de sor Mar¨ªa G¨®mez Valbuena, a la que no pudo interrogar como imputada el pasado enero porque aleg¨® motivos de salud ¡ªfalleci¨® cuatro d¨ªas despu¨¦s de su citaci¨®n, a los 87 a?os¡ª, ha llamado como imputados el pr¨®ximo 27 de mayo al entonces director de la cl¨ªnica, Jos¨¦ Zamarriego, y a los jefes del Departamento de Neonatolog¨ªa, Ignacio Villa Elizaga y Ceferino de la Calle Contreras.

¡°Estoy muy contenta. Muy agradecida al juez, que sigue investigando despu¨¦s de la muerte de sor Mar¨ªa, a la fiscal y a mi abogado, Alipio Barbero. Mi ¨²nica intenci¨®n es encontrar a mis hijas y a eso voy a dedicar todo mi aliento. Sor Mar¨ªa sola no pod¨ªa robarlas. Quiero que los m¨¦dicos cuenten la verdad de lo que ocurri¨® aquel d¨ªa y que me den alguna pista para encontrarlas¡±, explic¨® ayer Beteg¨®n a EL PA?S.

Ella nunca crey¨®, como as¨ª le dijeron en la cl¨ªnica, que las dos gemelas a las que dio a luz el d¨ªa del intento del golpe de Estado hab¨ªan muerto. Beteg¨®n estaba entonces soltera y ten¨ªa ya un hijo de dos a?os. ¡°Sor Mar¨ªa me dijo que era mejor que diera a mis hijas en adopci¨®n; que yo era muy joven y que ellas estar¨ªan mejor con una familia¡±. Pero Beteg¨®n no ten¨ªa ninguna intenci¨®n de dar a sus ni?as en adopci¨®n y as¨ª se lo explic¨® a la monja. Poco despu¨¦s de esa conversaci¨®n, le dijeron que hab¨ªan muerto. Primero una y despu¨¦s, la otra. ¡°Dijeron que la incubadora se hab¨ªa estropeado. Baj¨¦ corriendo a verlas y ?se mov¨ªan!¡±, relat¨® Beteg¨®n. Sor Mar¨ªa le dijo entonces que hab¨ªa sido un error y le pregunt¨® c¨®mo quer¨ªa llamar a sus hijas. Ella le contest¨® que Sherezade y Desir¨¦ y la monja protest¨® porque ¡°no eran nombres cristianos¡±. Beteg¨®n, asustada, decidi¨® cambiar entonces Sherezade por Cristina. Al poco tiempo, le volvieron a decir que las ni?as hab¨ªan muerto. ¡°Me fui de la cl¨ªnica sin ellas, convencida de que me las hab¨ªan robado. Al d¨ªa siguiente volv¨ª a por mi documentaci¨®n, pero no me la dieron¡±.

La monja no pudo hurt¨¢rmelas sola¡±, denuncia Beteg¨®n, madre soltera

Beteg¨®n cuenta que tard¨® 30 a?os en conseguir su historia cl¨ªnica. Un documento que result¨® fundamental para reabrir su caso ¡ªpreviamente archivado por la fiscal¨ªa¡ª, ya que en uno de los m¨¢rgenes se lee: ¡°Avisar a sor Mar¨ªa¡± y como apellidos de las gemelas solo est¨¢ escrito ¡°sor Mar¨ªa¡±.

El juez pidi¨® a la polic¨ªa judicial que localizara a los m¨¦dicos y enfermeras, ocho personas en total, que aparec¨ªan en la documentaci¨®n aportada por Beteg¨®n. Zamarriego y Elizaga ya hab¨ªan sido citados a declarar, en calidad de testigos, el pasado septiembre por otro juzgado, el que investigaba el presunto robo de una ni?a nacida en la misma cl¨ªnica en 1982. Por este caso fue imputada por primera vez sor Mar¨ªa, que acudi¨® al juzgado, pero se acogi¨® a su derecho a no declarar. Tras la muerte de la religiosa, el juez cerr¨® la investigaci¨®n. Tanto Zamarriego como Elizaga protagonizaron entonces momentos de tensi¨®n al salir del juzgado. El primero se encar¨® con los periodistas y el segundo ¡ªque tuvo que ser escoltado por la polic¨ªa al reconocerle varias madres que denuncian el robo de sus beb¨¦s¡ª, con una de las afectadas: ¡°?C¨¢llese o le doy una torta!¡±, le grit¨® a una mujer que le preguntaba d¨®nde estaba su hijo.

El juez les ha citado ahora como imputados el 27 de mayo. Tambi¨¦n ha llamado como testigos a una doctora que intervino en el parto de Beteg¨®n y a otro m¨¦dico cuyo nombre aparece en la documentaci¨®n de las gemelas.

Casi 2.000 familias han denunciado el robo de sus hijos. La Fiscal¨ªa General del Estado estableci¨® el pasado diciembre que los fiscales deben agotar todas las v¨ªas de investigaci¨®n antes de cerrar un caso de beb¨¦s robados y que el plazo de prescripci¨®n no empieza a contar hasta que la v¨ªctima es consciente de serlo.