¡°Los diagn¨®sticos de hiperactividad tienen que aumentar¡±

El madrile?o Javier Quintero se define como psiquiatra a secas, que es su t¨ªtulo en el hospital Infanta Leonor. Pero tambi¨¦n trabaja como psiquiatra infantil. A sus 41 a?os, la falta de una especializaci¨®n reglada en Espa?a ¡ªalgo que va a arreglarse con el nuevo decreto de especialidades¡ª le oblig¨® a formarse, como casi todos sus colegas, ¡°con estancias en Estados Unidos¡±. A eso hay que a?adir la circunstancia especial de que su padre se hizo primero pediatra, y luego psiquiatra. ¡°Lo viv¨ª desde peque?o¡±, dice. Esa especializaci¨®n, ¡°sobre todo en Miami, Nueva York y Boston¡± le ha hecho seguir con especial inter¨¦s la noticia dada por el Centro de Control de Enfermedades (CDC) estadounidense sobre el gran aumento del diagn¨®stico del trastorno por d¨¦ficit de atenci¨®n con hiperactividad (TDAH).
Pregunta. ?No hay un sobrediagn¨®stico del TDAH?
Respuesta. Lo que yo he le¨ªdo en editoriales y an¨¢lisis de revistas cient¨ªficas sobre esa informaci¨®n es que ha aumentado el diagn¨®stico, pero eso va ligado a una mayor sensibilidad, as¨ª que no se escapan tantos ni?os.
P. ?Cu¨¢l es la proporci¨®n de casos que deber¨ªamos tener?
R. Los estudios dicen que son alrededor del 5% de los ni?os.
P. ?Y en Espa?a, c¨®mo estamos?
R. En Espa?a estamos en el 1% de diagn¨®sticos. Claro que si se ve que antes eran el 0,1% se han multiplicado por 10, pero eso en verdad quiere decir que hemos detectado menos de la mitad. Los diagn¨®sticos tienen que aumentar. Debemos acercarnos a la tasa de diagn¨®sticos que indican los datos de prevalencia.
P. Algunos interpretaron el estudio americano como un exceso. Que ahora los padres, cuando el ni?o les da un problema, van al psiquiatra a que les den una pastilla.
R. Esa sensaci¨®n puede ocurrir, pero en verdad lo que hay es un estigma real por ir al psiquiatra. En cualquier caso los padres empiezan llevando al ni?o al psic¨®logo, buscan otras soluciones, pero les cuesta dar el siguiente paso. Otra cosa es que al mejorar el conocimiento que hay sobre este trastorno y otros, la gente le est¨¢ perdiendo el miedo a ir al psiquiatra.
P. Pero es consciente de que hay una tendencia a psiquiatrizar la vida, a que todo sea ahora un s¨ªndrome, un trastorno.
R. Desde luego, yo estoy de acuerdo en que no hay que psiquiatrizar nada, pero en Espa?a somos as¨ª, todo es blanco o negro. En cualquier caso yo prefiero que me deriven a 10 ni?os y devolver ocho porque no les pasa nada a que los otros dos se nos escapen y se queden sin tratar. Es cierto que al aumentar los diagn¨®sticos pierdes la especificidad, pero eso se puede corregir haciendo bien el trabajo para detectar lo que podr¨ªamos llamar falsos positivos. Porque est¨¢ claro que no todos los ni?os que se portan mal o son vagos tienen TDAH. Un a?o malo lo puede tener cualquiera, pero hay que entender por qu¨¦.
P. ?Hay mucho diagn¨®stico err¨®neo?
R. Hay otras causas que pueden tener los mismos s¨ªntomas, desde el tiroides a la depresi¨®n. Hasta mediados del siglo XX, por la influencia psicoanal¨ªtica, se pensaba que los ni?os no pod¨ªan tener una depresi¨®n, pero hoy sabemos que no es as¨ª. Es fundamental el diagn¨®stico diferencial.
P. ?Se refiere a ir descartando otras causas?
R. No, yo prefiero un enfoque positivo, avanzando en el origen de los s¨ªntomas. El diagn¨®stico no se hace a ojo. Hay que hacer la historia, ver cu¨¢ndo empez¨®. Aunque hay de todo. Siempre cuento la an¨¦cdota del ni?o que me lleg¨® diagnosticado por la hija de unos amigos de sus padres. No es que fuera psiquiatra. Era una ni?a de 11 o 12 a?os que cuando oy¨® lo que dec¨ªan del ni?o les solt¨®: ¡°Es lo mismo que le pasa a mi hermano¡±.
Prefiero que me deriven a 10 ni?os y devolver 8 porque no les pasa nada¡±
P. ?En qu¨¦ repercute esa falta de diagn¨®stico?
R. Primero, en el fracaso escolar. En Espa?a est¨¢ en el 30%, que es una barbaridad, y yo estoy convencido que de que si se diagnosticara bien podr¨ªa bajar unos seis puntos, hasta el 24%, que no estar¨ªa nada mal. Eso lo vemos con frecuencia, ni?os con una deriva perdida pero que los reconduces y funcionan excepcionalmente bien.
P. Parece muy optimista.
R. Pero tengo base para ello. No s¨¦ si debiera contarlo, pero en sexto de primaria yo saqu¨¦ nueve suspensos. Y acab¨¦ la carrera con 17 matr¨ªculas de honor. Aqu¨ª el papel de mi padre fue fundamental. Y vio lo que me pasaba. Quiz¨¢ como lo he vivido en primera persona comprendo mejor lo que pasa. El diagn¨®stico no es determinista; un ni?o puede ser un desastre hoy, pero ma?ana, no. Otro factor que est¨¢ muy relacionado es el consumo de drogas. Muchos adolescentes que lo hacen tienen TDAH, y eso se puede reconducir. Por ¨²ltimo, est¨¢n los adolescentes y adultos. Llegan pacientes con 40 a?os cuya vida ha sido una continua deriva. Divorcios, fracaso escolar... A lo mejor llevan a?os de peregrinaje en busca de una explicaci¨®n, pero cuando reciben el diagn¨®stico y se les explica, sienten que por fin alguien les ha hecho caso. Es el primer paso.
P. ?C¨®mo va a cambiar esto con la creaci¨®n de la especialidad de psiquiatr¨ªa infantil?
R. Para empezar, cuando tengamos unidades docentes acreditadas y podamos generar formaci¨®n los profesionales ya no tendr¨¢n que ir al extranjero a prepararse. Pero el decreto va a tardar en aprobarse, y eso no pasar¨¢ hasta 2015. Hasta ahora solo hab¨ªa una buena atenci¨®n en las grandes capitales. Con la especialidad, se generalizar¨¢.
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