Se han salido con la suya
Hasta ahora, ning¨²n Gobierno, tampoco el de Aznar, hab¨ªa legislado a satisfacci¨®n plena de los obispos
La toma de poder ha sido ocupaci¨®n preferida de las jerarqu¨ªas cristianas desde que Constantino hizo del Cristianismo la religi¨®n oficial del imperio a cambio de servirle para doblegar a revoltosos. En premio, el emperador se emple¨® a fondo (y con fuerza bruta) para derrotar al obispo Arrio e imponer la idea de que Jes¨²s era hijo de Dios y ¨¦l mismo Dios. Modernamente, tras perder el poder terrenal salvo el min¨²sculo Estado del Vaticano, que fue un regalo del dictador Mussolini ¡ªa cambio, hubo tambi¨¦n servidumbres, no la menor la de alabar P¨ªo XI al l¨ªder fascista como ¡°un enviado a nosotros por la Divisa Providencia¡±¡ª, la jerarqu¨ªa cat¨®lica act¨²a mediante un m¨¦todo que los trotskistas popularizaron como entrismo, es decir, formando a minor¨ªas selectas destinadas a dirigir la vida p¨²blica entrando en los grupos que detentan el poder.
En la Espa?a moderna, el programa entrista consta por escrito en un bolet¨ªn de la poderosa Asociaci¨®n Nacional de Propagandistas Cat¨®licos (ahora ACdP, sin la palabra Nacional), de enero de 1950: ¡°Nos interesa el jefe de una empresa, el director de un peri¨®dico, el hombre que se dedica a la vida p¨²blica; hoy, subsecretario, ma?ana, ministro. Con un fin, y es que sirvan a Dios y sirvan a la Iglesia, muy atentos a los consejos de Roma¡±. Marcelino Oreja, el ministro que en 1976 y 1979 firm¨® en el Vaticano la reforma del Concordato franquista de 1953, consolid¨¢ndolo aunque con el nombre melifluo de Acuerdo, fue ejemplo perfecto de propagandista, a la manera en que los quer¨ªa el cardenal Herrera Oria.
El Acuerdo entre el Estado Espa?ol y la Santa Sede de 3 de enero de 1979, sobre Ense?anza y Asuntos Culturales es el que permite (pero no obliga) al Gobierno Rajoy ceder a los obispos cuanto le pidan. Dice el art¨ªculo dos: ¡°Los planes educativos incluir¨¢n la ense?anza de la religi¨®n cat¨®lica en todos los centros de educaci¨®n, en condiciones equiparables a las dem¨¢s disciplinas fundamentales. Dicha ense?anza no tendr¨¢ car¨¢cter obligatorio para los alumnos. Se garantiza, sin embargo, el derecho a recibirla¡±.
Hasta ahora, ning¨²n Gobierno, tampoco el de Aznar, hab¨ªa legislado a satisfacci¨®n plena de los obispos, empe?ados en que su asignatura de catolicismo deb¨ªa tener la misma categor¨ªa que, por ejemplo, las Matem¨¢ticas, y contar por tanto, para sacar nota media, para repetir, incluso para obtener una beca. Rajoy se lo da ahora, en plenitud, los dioses saben a cambio de qu¨¦ servidumbre episcopal. Ya les regal¨® en 1998, cuando el hoy presidente era ministro de Educaci¨®n con Aznar, nada menos que el meter en plantilla del Ministerio de Educaci¨®n a los decenas de miles de profesores que hasta entonces cobraban de los obispos porque actuaban como sus catequistas. Rouco se ha salido con la suya.
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