Hom¨ªnidos africanos algo duros de o¨ªdo
Dos especies de hace dos millones de a?os ten¨ªan ya rasgos del sistema auditivo similar al del hombre
Los chimpanc¨¦s oyen el habla humana como si fueran un poco duros de o¨ªdo, como una persona con sordera moderada que no distingue bien los sonidos bajos o en un entorno ruidoso. El Homo sapiens, sin embargo, tiene un o¨ªdo muy fino para esas frecuencias, algo tan imprescindible para la comunicaci¨®n compleja mediante el lenguaje como la capacidad de pronunciar sonidos muy r¨¢pidamente y, por supuesto, un cerebro capaz de generar y procesar la informaci¨®n. Es l¨®gico, pues, que los cient¨ªficos se pregunten cu¨¢ndo surge en la evoluci¨®n humana esa adaptaci¨®n del sistema auditivo de banda ancha frente a la banda estrecha de otros primates.
Una pista importante ha salido a la luz ahora con el descubrimiento y an¨¢lisis anat¨®mico de los peque?os huesos del o¨ªdo de un par de hom¨ªnidos africanos de hace dos millones de a?os, el Paranthropus robustus y el Australopithecus africanus. Son dos g¨¦neros hermanos del ancestro de la humanidad Homo habilis, tambi¨¦n africano, explica el paleont¨®logo Ignacio Mart¨ªnez. Resulta que en esos dos hom¨ªnidos, uno de los tres huesecillos del o¨ªdo, el martillo, es ya claramente parecido al humano actual, aunque el yunque y el estribo siguen siendo primitivos. ¡°Por su tama?o y forma, el martillo se distingue claramente de los de nuestros parientes actuales, es decir, chimpanc¨¦s, gorilas y orangutanes, siendo uno de los pocos rasgos de esos hom¨ªnidos similar a nuestra especie¡±, afirman los cient¨ªficos, incluido Mart¨ªnez, que han presentado el descubrimiento en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU. La conclusi¨®n es que la capacidad auditiva de los P.robustus y A.fricanus ser¨ªa ya algo diferente de la de los chimpanc¨¦s, pero aquellos hom¨ªnidos seguramente todav¨ªa eran algo duros de o¨ªdo.
El martillo, el yunque y el estribo, que exclusivamente tienen los mam¨ªferos, son las tres piezas ¨®seas m¨¢s peque?as del esqueleto humano (el tama?o del estribo es la mitad del de una mosca com¨²n). Y esos tres huesecillos son los que se encargan de transmitir la vibraci¨®n del t¨ªmpano al o¨ªdo interno, al receptor sensorial, permitiendo la audici¨®n. El gran parecido del martillo del humano actual con el de los P.robustus y los A.africanus ¡ªno as¨ª el yunque y el estribo¡ª, indica que ese cambio anat¨®mico debi¨® surgir muy pronto en la historia evolutiva. ¡°El bipedalismo \[caminar con dos pies\] y la reducci¨®n del tama?o de los caninos se consideran, desde hace tiempo, los hitos de la humanidad ya que parecen estar presentes en los f¨®siles humanos m¨¢s antiguos recuperados hasta ahora; pero nuestro estudio sugiere que esa lista tal vez debe ser puesta al d¨ªa para incluir tambi¨¦n los cambios en el martillo¡±, comenta el cient¨ªfico Rolf M.Quam (State University, Nueva York), l¨ªder de la investigaci¨®n.
La comunicaci¨®n humana es del ¨²ltimo mill¨®n de a?os, dice Arsuaga
Juan Luis Arsuaga, otro de los cient¨ªficos autores del hallazgo y an¨¢lisis de estos peque?os huesos de los dos hom¨ªnidos africanos, no se esperaba esa modernidad del martillo: ¡°Yo habr¨ªa apostado porque ser¨ªa como el de los chimpanc¨¦s, y que esos hom¨ªnidos tendr¨ªan tambi¨¦n una capacidad de vocalizaci¨®n similar¡±. Pero esto no significa, advierte, que el camino del habla humana comenzase hace dos millones de a?os. ¡°Los mam¨ªferos, con el o¨ªdo, cubrimos una banda de frecuencias muy ancha y los humanos somos especialmente sensibles en la banda en que nos comunicamos¡±, explica este catedr¨¢tico de la Universidad Complutense. Para ¨¦l, la capacidad de comunicaci¨®n surge en el ¨²ltimo mill¨®n de a?os y en el ¨²ltimo medio mill¨®n el proceso se acelera dr¨¢sticamente. Los f¨®siles de Atapuerca (sobre todo del yacimiento de la Sima de los Huesos) dicen mucho al respecto.
¡°Hace ya 10 a?os lanzamos una estrategia de investigaci¨®n del o¨ªdo por la relaci¨®n que tiene la agudeza ac¨²stica con el lenguaje¡±, explica Mart¨ªnez, profesor de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares y tambi¨¦n paleont¨®logo de Atapuerca. Han analizado ya los huesecillos del o¨ªdo de los neandertales y su conclusi¨®n es que podr¨ªan tener una capacidad auditiva muy parecida a la nuestra. ¡°En cuando a los hombres de la Sima de los Huesos, de hace casi medio mill¨®n de a?os, aunque su o¨ªdo era algo diferente todav¨ªa, estaba ya muy cerca de nuestra banda ancha¡±, se?ala Mart¨ªnez, recalcando que en ese yacimiento de Atapuerca han recuperado ya 30 huesos del o¨ªdo, algo ins¨®lito teniendo en cuenta lo raras que son estas piezas en el registro f¨®sil por su fragilidad.
Las piezas del o¨ªdo de los P.robustus y A.africanus ahora rescatadas son una aut¨¦ntica rareza que estos investigadores, bien entrenados en la materia gracias a su trabajo en el yacimiento burgal¨¦s, han descubierto en cr¨¢neos f¨®siles hallados en los a?os sesenta en yacimientos de Sur¨¢frica y que hab¨ªan pasado desapercibidas.
Los A.africanus eran primates plenamente b¨ªpedos, de baja estatura (entre 1,20 y 1,40 metros) y tendr¨ªan un cerebro de uno 500 cent¨ªmetros c¨²bicos, frente a los 400 escasos de los chimpanc¨¦s. Los P.robustus eran unos aut¨¦nticos especialistas en la masticaci¨®n intensa, con potentes mand¨ªbulas y dientes. Seg¨²n la mayor¨ªa de los paleoantrop¨®logos, ambos ten¨ªan, junto con el antepasado humano de la ¨¦poca, el H.habilis, un ancestro com¨²n, que ser¨ªa el Australopithecus afarensis, cuyo representante m¨¢s famoso es el esqueleto de una hembra de hace unos 3,2 millones de a?os apodado Lucy.
El lenguaje depende de emisi¨®n de sonidos y agudeza ac¨²stica
La investigaci¨®n del o¨ªdo como parte del sistema de lenguaje no ha concluido, pero los cient¨ªficos se van haciendo una idea del proceso evolutivo. ¡°Nuestra impresi¨®n es que la capacidad del habla aparece con el g¨¦nero Homo y no estar¨ªa ni en P.robustus ni en A.africanus¡±, se?ala Mart¨ªnez. De Homo habilis no se han encontrado martillos, yunques ni estribos.
Son estudios muy sutiles porque el sistema emisor ¡°est¨¢ formado por tejidos blandos que no fosilizan y no podemos reconstruirlo fielmente, aunque tenemos alguna pista por el hueso hioides¡±, contin¨²a Arsuaga. ¡°Sobre el receptor avanzamos con estos huesos del o¨ªdo¡±. A¨²n as¨ª, determinar cient¨ªficamente cu¨¢ndo aparece en la evoluci¨®n la capacidad plena de la comunicaci¨®n compleja, consciente, es muy dif¨ªcil, comenta este experto.
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