Se?or¨ªas, queremos solo una sede
Los detractores de tener dos oficinas denuncian que mantener Estrasburgo cuesta 180 millones de euros al a?o Los defensores alegan razones hist¨®ricas y simb¨®licas para mantener una reuni¨®n mensual en territorio galo
El debate est¨¢ abierto y lejos de cerrarse. Cada vez son m¨¢s numerosas y visibles las voces de eurodiputados en el Parlamento Europeo que piden una sola sede para este organismo, que ahora cuenta con dos: Bruselas y Estrasburgo, ciudad a la que se trasladan desde la capital belga una semana al mes para celebrar los plenos.
Edvard Kozusn¨ªk, eurodiputado conservador de 42 a?os, de Rep¨²blica Checa, se ha alzado como uno de los l¨ªderes que reclaman una sola sede. ¡°Es una cuesti¨®n simple. Econ¨®mica¡±, explica. Conocido como ¡°el ciclista¡±, porque ha recorrido medio continente a dos ruedas y sin motor, Kozusn¨ªk ha dado un impulso a la campa?a Single Seat (un asiento, en ingl¨¦s) con su v¨ªdeo Just one Second, en el que recoge un segundo de cada d¨ªa de un a?o de su vida, para demostrar el trasiego que una vez al mes viven los pol¨ªticos, funcionarios y despachos del PE para recorrer los 409 kil¨®metros que separan Bruselas de la ciudad gala.
¡°Un tercio de las im¨¢genes son de viajes¡±, destac¨® el protagonista durante la presentaci¨®n del v¨ªdeo en Madrid el pasado 31 de mayo. Junto a Zozusnik, apoyando la causa, estuvo Pablo Arias, eurodiputado del Partido Popular. ¡°No nos podemos permitir dos sedes. Es una mala gesti¨®n de los fondos p¨²blicos que cuesta 180 millones de euros al a?o a los contribuyentes, a los que les pedimos austeridad¡±, explic¨® Arias.
Ambos eurodiputados subrayaron que esta petici¨®n de una sola sede no tiene color pol¨ªtico. Miembros de los verdes o los socialistas coinciden en la reivindicaci¨®n, mientras que gobiernos nacionales populares y conservadores no se mojan para no enemistarse, diplom¨¢ticamente, con una Francia contrar¨ªa a que el poder de la UE se concentre en Bruselas.
¡°Nuestra postura es sencilla: para Francia resulta importante respetar los tratados que fijaron la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, ciudad s¨ªmbolo ¨C hay que recordarlo ¨C de la reconciliaci¨®n franco-alemana y punto de partida de la construcci¨®n europea. Para nosotros, la decisi¨®n es intangible y no negociable¡±, aseguraba en un comunicado Bernard Cazeneuve, ministro delegado de Asuntos Europeos, el pasado 25 de octubre. ¡°La ubicaci¨®n de las instituciones europeas en toda Europa permite preservar la Europa polic¨¦ntrica que desearon los padres fundadores¡±, a?ad¨ªa.
Estas razones hist¨®ricas y simb¨®licas de reconciliaci¨®n tras la II Guerra Mundial no justifican, sin embargo, el gasto que supone tener dos sedes, seg¨²n los defensores de una sola oficina.
Pero, ?es sostenible tener dos sedes? Cada vez son m¨¢s numerosos los que opinan que no. Ni econ¨®micamente, ni en t¨¦rminos ecol¨®gicos. Entre ellos, hay quienes como Kozusn¨ªk no se decantan abiertamente por el cierre de Estrasburgo, que ya permanece vac¨ªa 317 d¨ªas al a?o. Sino que abogan porque haya una oficina, sea en una ciudad u otra. Otros piensan que lo l¨®gico es que se mantengan solo las instalaciones de Bruselas, donde tambi¨¦n est¨¢ la Comisi¨®n.
Adem¨¢s del coste econ¨®mico de 180 millones al a?o que suponen los traslados de personal y los papeles de sus se?or¨ªas, que viajan en unas cajas verdes del tama?o de una maleta grande los viernes para que los lunes ya est¨¦n en su destino. El trasiego entre ambas sedes tiene un impacto medioambiental: unas 19.000 toneladas de CO2 que acaban en la atm¨®sfera, seg¨²n los datos del movimiento ¡°Single Seat¡±.
Los datos son tozudos y la coyuntura econ¨®mica adversa ha propiciado que la corriente favorable a una sola sede tome impulso. Ya en noviembre de 2011, el 88% de los eurodiputados vot¨® a favor de una enmienda que defend¨ªa esta opci¨®n. Los argumentos econ¨®micos, con mucho peso en un momento de crisis y desafecci¨®n ciudadana hacia la clase pol¨ªtica percibida como privilegiada y alejada de los problemas sociales cotidianos, venc¨ªan a los hist¨®ricos. Sin embargo, la oposici¨®n de Francia, con derecho a veto, termin¨® bloqueando el proceso.
¡°El Parlamento europeo est¨¢ instalado desde 1962 en Estrasburgo, que tambi¨¦n es la sede de otras instituciones: El Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el mediador europeo¡±, explicaba en su nota Cazeneuve, quien adem¨¢s se?alaba que otros organismos est¨¢n dispersos por el continente, como el Banco Central Europeo, que se encuentra en Frankfurt.
A favor o en contra, en Estrasburgo o en Bruselas, reducir a una las sedes del Parlamento Europeo requerir¨ªa un cambio en los tratados de la Uni¨®n, para lo que hace falta mayor¨ªa en el Consejo (formado por los primeros ministros de cada pa¨ªs miembro). Kozusn¨ªk empez¨®, el pasado febrero, a pulsar la opini¨®n de los representantes nacionales para anticipar cu¨¢l ser¨ªa el resultado en caso de votaci¨®n. Para ello, envi¨® una carta a los 27 en la que les expon¨ªa sus argumentos y solicitaba una respuesta al respecto. La mayor¨ªa, entre ellas la del Gobierno espa?ol, eran contestaciones ambiguas. No especificaban ni s¨ª, ni no. Solo el brit¨¢nico David Cameron y el franc¨¦s Fran?ois Hollande, se mojaron. El primero, a favor; el segundo, en contra. El debate est¨¢ abierto y lejos de cerrarse.
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