Un a?o ¡®confinado¡¯ en el Polo Sur para cuidar un telescopio

Carlos Pobes es f¨ªsico de astropart¨ªculas y monta?ero, as¨ª que le pareci¨® lo m¨¢s normal del mundo responder a una oferta de trabajo muy peculiar: cuidar del telescopio de neutrinos IceCube, en el mism¨ªsimo Polo Sur, durante todo un a?o. Lo logr¨®. ¡°All¨ª no hay nada de nada, ni animales ni plantas, ni l¨ªquenes... En invierno, la temperatura lleg¨® hasta 76 grados bajo cero de m¨ªnima y unos 40 de m¨¢xima; tuvimos el r¨¦cord de calor en Navidad, con 12 bajo cero¡±, relata. Lleg¨® a la base Amundsen-Scott, de la Fundaci¨®n Nacional para la Ciencia (estadounidense), en noviembre de 2011 y permaneci¨® en aquel recinto hasta justo un a?o despu¨¦s, incluidos los ocho meses de aislamiento absoluto, sin transporte para salir de all¨ª o para recibir suministros, y manteniendo contacto con el mundo a trav¨¦s de Internet (v¨ªa sat¨¦lite).

¡°En invierno vivimos en la base Amundsen-Scott medio centenar de personas (dos ocup¨¢ndonos del IceCube) entre cient¨ªficos de los diferentes experimentos y observatorios, servicio m¨¦dico, mec¨¢nicos, ingenieros, personal de la base, etc¨¦tera. En verano habr¨ªa una docena m¨¢s de IceCube y 150 en total¡±, cuenta Pobes. ¡°Pero la base est¨¢ muy bien acondicionada, con canchas de juegos deportivos, gimnasio, comedor, salones... Y se mantiene a una temperatura de 20 grados¡±. Ten¨ªan suministros m¨¢s que suficientes e, incluso, un invernadero para cultivar algunos productos, aunque recuerda que la fruta se acab¨® pronto. Su trabajo consist¨ªa en ocuparse del mantenimiento rutinario del telescopio de neutrinos junto con su colega Sven Lidstrom y estar alerta ante cualquier aver¨ªa o emergencia, aunque los datos se transmiten directamente a la Universidad de Wisconsin (EE UU) para su an¨¢lisis.

¡°No, no pas¨¦ miedo. La base te da sensaci¨®n de seguridad¡±, afirma este f¨ªsico de 36 a?os, que pis¨® por primera vez el hemisferio sur directamente en la Ant¨¢rtida para ese peculiar compromiso laboral. ¡°Pasas seis meses sin ver el Sol, cuatro de ellos en oscuridad total, y otros seis de d¨ªa permanente. Cuando sales de la base ¡ªel centro de control del IceCube esta a un kil¨®metro de distancia¡ª es como salir al espacio...¡±, recuerda desde Zaragoza, donde ahora es investigador del Instituto de Ciencias de Materiales (CSIC-Universidad de Zaragoza).

Pobes reconoce que los primeros 15 d¨ªas de trabajo en la base fueron estresantes porque, recuerda, le toc¨® aprender muchas cosas. Al fin y al cabo, ten¨ªa que hacerse cargo de un peculiar telescopio incrustado en el hielo transparente de la Ant¨¢rtida que ha costado 230 millones de euros. ¡°Para alguien como yo, a quien le gusta la aventura y las astropart¨ªculas, fue algo muy emocionante¡±, asegura.

Tambi¨¦n habla de la ciencia que se hace con el IceCube y dice entusiasmado que los resultados ¡°son una pasada¡±. ¡°Los dos primeros neutrinos detectados, que se presentaron hace poco m¨¢s de un a?o, ten¨ªan una probabilidad cercana al 99% de ser de origen astrof¨ªsico, pero eso no es suficiente para reclamar un descubrimiento¡±, se?ala Pobes. ¡°Pero los 28 presentados ahora tienen una probabilidad aproximada de uno entre un mill¨®n de no ser de origen astrof¨ªsico y eso s¨ª que permite hablar de hallazgo¡±.