La crisis ahuyenta a la cig¨¹e?a
Desde 2008, el n¨²mero de partos encadena una ca¨ªda consecutiva de cuatro a?os Hay menos mujeres en edad f¨¦rtil y desciende la tasa de fecundidad
Espa?a envejece al comp¨¢s de la crisis. El hundimiento del empleo, los salarios y las expectativas vitales se han traducido en un retroceso acelerado y constante de la natalidad. Desde 2008, el a?o en el que comenz¨® a notarse el impacto de la recesi¨®n, el n¨²mero de nacimientos se ha desplomado casi un 13%, seg¨²n los datos que hizo p¨²blicos ayer el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Cada vez m¨¢s mujeres espa?olas retrasan su maternidad (o incluso renuncian a ella) mientras la poblaci¨®n inmigrante ya no compensa la ca¨ªda del n¨²mero de reci¨¦n nacidos. Pero la culpa no es solo de la mala situaci¨®n econ¨®mica. Adem¨¢s, el segmento de poblaci¨®n f¨¦rtil (15-45 a?os) se reduce por la incorporaci¨®n de generaciones cada vez menos numerosas.
En 2012 nacieron en Espa?a 453.637 ni?os, un 3,9% menos que el a?o anterior. La ca¨ªda es notable, pero muy inferior a la que se registra desde 2008 (el 12,8%), cuando la cifra alcanz¨® los 519.779 beb¨¦s. La tendencia a la baja es s¨®lida, ya que se ha mantenido a lo largo de los ¨²ltimos cuatro a?os, como refleja el documento Movimiento natural de la poblaci¨®n e indicadores demogr¨¢ficos b¨¢sicos del INE. ¡°Tener un hijo es un proyecto de futuro y en estos momentos, el futuro no es muy halag¨¹e?o¡±, razona a modo de explicaci¨®n la dem¨®grafa Margarita Delgado, del Instituto de Econom¨ªa, Geograf¨ªa y Demograf¨ªa del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). De mantenerse esta inercia, especialmente en lo que se refiere a las bajas tasas de fecundidad (n¨²mero de hijos por mujer), Espa?a se enfrenta a ¡°un problema muy importante a medio y largo plazo¡± de envejecimiento, explica Juan Antonio Fern¨¢ndez Cord¨®n, dem¨®grafo y economista y ex miembro del Consejo Econ¨®mico y Social.
De entre todos los motivos que explican el descenso de natalidad, la ca¨ªda de la tasa de fecundidad quiz¨¢s sea el m¨¢s relevante. Y esta cifra no ha dejado de bajar desde 2008. El n¨²mero de hijos por mujer ha disminuido de 1,44 en 2008, a 1,34 en 2011 y a 1,32 en 2012. Son cifras muy lejanas a la tasa de reposici¨®n (2,1 hijos) necesaria para mantener la poblaci¨®n estable.
Los expertos avisan sobre los riesgos del envejecimiento poblacional
Para los dem¨®grafos, la zona peligrosa en cuanto al reemplazo generacional comienza cuando se alcanza la tasa de 1,5 hijos y se mantiene a lo largo del tiempo. Espa?a lleva a?os en estos valores, aunque estuvo a punto de salir de ellos en los a?os anteriores a la recesi¨®n, cuando en 2008 se lleg¨® a cifras de 1,44, gracias, en buena parte, a la inmigraci¨®n.
Pero ahora se asoma a otro umbral a¨²n m¨¢s peligroso. Hay un t¨¦rmino anglosaj¨®n que se refiere a sociedades con muy baja fecundidad: lowest low fertility (algo as¨ª como la fecundidad baja m¨¢s baja), con tasas por debajo de 1,3 hijos por mujer, como apunta Delgado. Los ¨²ltimos datos se?alan que Espa?a se acerca cada vez m¨¢s a esta categor¨ªa.
¡°Me extra?a que no haya ca¨ªdo a¨²n m¨¢s la tasa de fecundidad¡±, explica Teresa Castro, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC. La investigadora destaca como factor determinante en el retraso de la maternidad y la ca¨ªda de la tasa de fecundidad el hecho de tener un empleo. Y no solo en el caso de los hombres, sino entre las mujeres. ¡°Para tener un hijo, es necesario que el padre y la madre est¨¦n ocupados y tener cierta estabilidad, y esto es muy complicado hoy en d¨ªa¡±, destaca.
La descendencia es un proyecto de futuro, y este no es halag¨¹e?o Margarita Delgado, dem¨®grafa
En todas las crisis, es com¨²n observar c¨®mo se aplaza el momento de tener descendencia, a?ade la investigadora, una circunstancia que tiene su impacto en la tasa de fecundidad y los nacimientos. En este caso, ¡°todav¨ªa es pronto para ver si estamos frente a un descenso real del n¨²mero de hijos o un retraso en tenerlos¡±.
Castro subraya la paradoja de que ahora son los pa¨ªses del sur de Europa (tambi¨¦n del Este) los que tienen una de las tasas m¨¢s bajas de fecundidad, frente a los del norte, cuando hace unas d¨¦cadas suced¨ªa todo lo contrario. En Espa?a, por ejemplo, en 1976, la tasa de fecundidad era de 2,8 hijos. En estos momentos, frente a los 1,3 hijos por mujer en Espa?a, en Suecia o Francia tienen 2, en el Reino Unido 1,8 y en Holanda 1,7. ¡°Donde hay mayor empleo femenino, adem¨¢s de pol¨ªticas de conciliaci¨®n, hay m¨¢s fecundidad¡±, a?ade.
¡°Ya ten¨ªamos bajas tasas de fecundidad antes de la crisis¡±, recuerda Fern¨¢ndez Cord¨®n. Entre 2000 y 2004, se lleg¨® a valores de 1,23 hijos por mujer. Entonces, Espa?a se enfrent¨® a este problema gracias al alud de inmigrantes que recibi¨® a lo largo de la d¨¦cada pasada, especialmente en su primera mitad. En estos momentos, sin embargo, la situaci¨®n es distinta. La inmigraci¨®n est¨¢ a la baja, por lo que ya no es capaz de compensar los efectos de la ca¨ªda de nacimientos en las espa?olas, a pesar del elevado peso que sigue teniendo. De los 453.637 nacimientos registrados en 2012 en Espa?a, 86.945 fueron de madre extranjera, el 19,2% (en 2011 fueron el 19,5%).
Cada espa?ola tiene una media de 1,32 hijos y la tasa de reposici¨®n es 2,1
Pero adem¨¢s, las mujeres de origen extranjero cada vez tienen menos hijos, debido no solo a los efectos de la asimilaci¨®n sociocultural, sino tambi¨¦n a la crisis. El descenso en la fecundidad entre 2011 y 2012 ha sido mayor entre este grupo ¡ªal caer de 1,58 hijos a 1,54¡ª que entre las espa?olas, en las que ha bajado de 1,29 a 1,28 hijos. Si se toma con una perspectiva de diez a?os, se puede observar como la ca¨ªda en el n¨²mero de hijos entre las mujeres inmigrantes ha sido vertiginosa, ya que en 2002, tan solo diez a?os antes, la tasa media era de 1,86 hijos.
El escenario que dibuja la ca¨ªda sostenida de la tasa de fecundidad es de un ¡°problema de desequilibrio poblacional a medio o largo plazo, en 15 o 20 a?os¡±, si la situaci¨®n no cambia, seg¨²n Fern¨¢ndez Cord¨®n. ¡°Los datos hechos p¨²blicos ayer no son ninguna sorpresa¡±, a?ade Delgado, ¡°y reflejan c¨®mo se complica la estructura de la poblaci¨®n y la relaci¨®n cada vez m¨¢s desfavorable entre la poblaci¨®n potencialmente activa y la dependiente¡±.
Los pa¨ªses del sur de Europa son ahora los de natalidad m¨¢s baja
?C¨®mo se puede invertir esta tendencia? Fern¨¢ndez Cord¨®n apunta a experiencias que se han vivido en los pa¨ªses que cuentan con mayores nacimientos por mujer. El caso de Suecia, en los primeros puestos de la clasificaci¨®n europea, no le acaba de convencer a este dem¨®grafo. Los incentivos econ¨®micos que ofreci¨® este pa¨ªs a mitad de la d¨¦cada de 1990 dan resultados a corto plazo, se?ala. ¡°Las parejas los aprovechan y, de hecho, hubo un subid¨®n de fertilidad, pero al cabo del tiempo, las tasas volvieron a su cauce. Se adelantaron los nacimientos para aprovechar las ayudas y luego volvieron a bajar¡±. Por ello, este especialista prefiere los modelos basados en asistencia de forma continuada, como puede ser Francia. La clave, est¨¢, se?ala, en ofrecer servicios que permitan a los padres conciliar la atenci¨®n a sus hijos con su vida laboral. Sobre todo en los primeros a?os de vida de los peque?os. ¡°El gran problema est¨¢ en los ni?os por debajo de los tres a?os, que necesitan cuidados permanentes¡±, apunta. ¡°Hacer esfuerzos en materia de servicios as¨ª como cierta comprensi¨®n en el ¨¢mbito laboral mejora la conciliaci¨®n; tener una familia no es solo una satisfacci¨®n personal, tambi¨¦n es una aportaci¨®n a la sociedad que se debe valorar¡±.
Adem¨¢s de la ca¨ªda en el n¨²mero de beb¨¦s que tienen las mujeres en Espa?a o los cambios entre las costumbres demogr¨¢ficas en la poblaci¨®n inmigrante ¡ªno solo dan a luz menos ni?os, tambi¨¦n los tienen a m¨¢s edad¡ª existen otros motivos que explican el descenso en el n¨²mero de nacimientos.
La fecundidad ha descendido m¨¢s entre las extranjeras
El informe del INE alude a la progresiva reducci¨®n del segmento de mujeres en edad de tener hijos. La crisis de la natalidad de finales de la d¨¦cada de 1980 y principios de 1990 se est¨¢ dejando sentir desde hace unos a?os. Las mujeres de estas generaciones son menos numerosas que las que est¨¢n dejando de ser f¨¦rtiles, por lo que no las reemplazan. De hecho, la porci¨®n de poblaci¨®n femenina entre 15 y 45 a?os est¨¢ en retroceso ya desde el a?o 2009.
Adem¨¢s de la natalidad, entre los indicadores demogr¨¢ficos b¨¢sicos que aborda el informe del INE se encuentra la mortalidad. El informe destaca que a?o pasado murieron 405.615 personas, lo que representa un 4,6% m¨¢s que el a?o anterior. Este incremento supone el mayor de la d¨¦cada, aunque en 2003 (con un 4,4% m¨¢s de muertes que en 2002) y en 2005 (4,1% m¨¢s que en 2004) se produjeron situaciones similares.
La esperanza de vida femenina baja levemente, de 82,3 a 82,2 a?os
Los autores del trabajo explican la ¡°evoluci¨®n excepcional del n¨²mero de defunciones¡± en un ¡°incremento coyuntural de fallecidos en febrero y marzo¡±. En febrero de 2012, por ejemplo, hubo una mortalidad un 30% superior a la del mismo mes del a?o anterior. Josep Basora, presidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina Familiar y Comunitaria, no se atreve a aventurar los motivos que podr¨ªan estar detr¨¢s de estos datos. ¡°Para sacar conclusiones, habr¨¢ que esperar conocer los datos de causas de muerte [cardiovasculares, respiratorias, tumores...]¡±, apunta. ¡°Hay algo que no sabemos explicar y debemos saber qu¨¦ es¡±, a?ade Basora.
Existen otros datos del informe del INE que han llamado la atenci¨®n a los especialistas, en este caso, a los dem¨®grafos, y que tienen que ver con la esperanza de vida al nacer. Lo normal es que este valor suba algunos meses todos los a?os. Sin embargo, ha bajado ligeramente, al pasar de 82,3 a?os en 2011 a 82,2 en 2012. Entre los hombres, no hay cambios (79,3 a?os), pero entre las mujeres hay un leve retroceso (de 85,2 a?os a 85). ¡°Yo hablar¨ªa de un estancamiento, es pronto para concluir que ha habido una ca¨ªda en la expectativa de vida¡±, apunta Teresa Castro, ¡°habr¨¢ que estar atento a la tendencia a largo plazo¡±. Delgado es de la misma opini¨®n.
En 2003 tambi¨¦n hubo una ca¨ªda respecto a 2002 (de 79,8 a?os a 79,7), que no se mantuvo durante los a?os siguientes. Pero entonces, la sanidad p¨²blica espa?ola no hab¨ªa sufrido unos recortes que han supuesto una ca¨ªda del gasto del 10% en los pasados tres a?os (6.700 millones de euros menos presupuestados). El tiempo dir¨¢ si la tijera tiene su reflejo en la esperanza de vida en Espa?a.
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