Curar c¨¦lulas no es dise?ar beb¨¦s
Es francamente dif¨ªcil estar en contra de curar enfermedades, pero no lo es tanto poner objeciones al "dise?o de beb¨¦s"
Es francamente dif¨ªcil estar en contra de curar enfermedades, pero no lo es tanto poner objeciones al ¡°dise?o de beb¨¦s¡±, la ¡°fabricaci¨®n controlada¡± de seres humanos o a una ¡°t¨¦cnica peligrosa de ingenier¨ªa gen¨¦tica¡±, de modo que las asociaciones religiosas de Reino Unido, como el autoproclamado Centro Cristiano de Bio¨¦tica ¡ªa quien pertenecen esos entrecomillados¡ª ha decidido cebarse contra esos blancos f¨¢ciles y eludir el verdadero debate bio¨¦tico, que es el que trata de c¨®mo ayudar mejor a las personas que lo necesitan.
Cada una de las 5.000 enfermedades gen¨¦ticas (monogen¨¦ticas, en rigor, o debidas a la mutaci¨®n de un solo gen) afecta a pocas personas: constituyen el grueso de las llamadas enfermedades raras, que han sido tradicionalmente el hermano pobre de la investigaci¨®n biom¨¦dica. Como cada una afecta a poca gente, nadie las investiga, pese a que en conjunto suponen una notable carga de invalidez y sufrimiento para muchas personas. La percepci¨®n ha empezado a virar en los ¨²ltimos a?os, y un consenso entre los investigadores del campo es que las estrategias gen¨¦ticas son una prioridad, o m¨¢s bien la gran esperanza en esa disciplina.
Para la mayor¨ªa de las parejas portadoras de enfermedades gen¨¦ticas, los cient¨ªficos no saben a¨²n c¨®mo tratar, eliminar o sustituir el gen defectuoso de las c¨¦lulas sexuales de los padres, sean ¨®vulos o espermatozoides; la opci¨®n que tienen los padres, de momento, es la selecci¨®n gen¨¦tica de embriones: generar una decena de ellos por fecundaci¨®n in vitro y descartar aquellos que llevan los genes defectuosos. Pero hay una minor¨ªa de enfermedades hereditarias, las mitocondriales, para las que la ciencia actual permite curar el ¨®vulo de su carga gen¨¦tica defectuosa. En este sentido, se las puede considerar una avanzadilla del futuro.
Las mitocondrias, o factor¨ªas energ¨¦ticas de nuestras c¨¦lulas, evolucionaron hace 2.000 millones de a?os a partir de bacterias de vida libre, y despu¨¦s de todo este tiempo siguen conservando parte de su antiguo genoma bacteriano. Son solo unos 50 genes ¡ªde los 20.000 que contiene nuestro genoma¡ª, pero, en justa correspondencia con el lugar en que residen, cumplen funciones esenciales en el metabolismo energ¨¦tico de nuestras c¨¦lulas, sean miocitos o neuronas. Las alteraciones en estos genes suelen afectar gravemente a los tejidos que m¨¢s energ¨ªa demandan, como el cerebro y los m¨²sculos.
Sustituir las mitocondrias enfermas de una madre por las de una donante sana es una forma pionera de curar a las c¨¦lulas sexuales de sus enfermedades gen¨¦ticas y hacer nacer a un ni?o sano en vez de enfermo. Quien no distinga eso del ¡°dise?o de beb¨¦s¡± y la ¡°fabricaci¨®n controlada¡± de ni?os har¨ªa mejor en dispensarnos de su parecer.
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