Garo?a o nada
El entorno de la central de Burgos carece de proyectos para revitalizar la zona en caso de cierre El plan de 2009 es ¡°ineficaz¡±, seg¨²n los economistas
Los municipios de la comarca de Las Merindades no tienen un plan b ante el posible cierre de la central de Santa Mar¨ªa de Garo?a (Burgos). No ha sido por falta de empe?o. ¡°Llevamos tres a?os intentando que se pongan medios para que, de producirse esta situaci¨®n, no sea tan dram¨¢tica, pero lo cierto es que estamos sin alternativa¡±, explica Rafael Gonz¨¢lez Mediavilla, alcalde de Valle de Tobalina, t¨¦rmino en el que se encuentra la central. En su pueblo, de 1.017 habitantes, unas 30 familias dependen directamente de ella y otras 15 de forma indirecta. ¡°En 2009, (cuando el Gobierno socialista fij¨® el cese de explotaci¨®n para el 6 de julio de 2013) hubo una ¨²nica reuni¨®n para hablar del Plan Garo?a. Aquello qued¨® en nada¡±, resume.
En Trespaderne, a 20 kil¨®metros de Garo?a Alfonso Zorrilla sirve las mesas de la cafeter¨ªa Fontana, un negocio familiar que ha notado un vac¨ªo en la caja con la suspensi¨®n de las visitas a la central. En 2012 pasaron por el centro de informaci¨®n 12.522 personas. ¡°Las excursiones daban mucha vida a esto. Despu¨¦s de la visita ven¨ªan en autob¨²s y se tomaban un aperitivo aqu¨ª o en el hostal de enfrente¡±, cuenta. ¡°Aqu¨ª hay gente que no sabe ni lo que ha ganado gracias a la central¡±, a?ade. Su padre, ya jubilado, trabaj¨® all¨ª casi 30 a?os.
En este pueblo, en el que residen varias decenas de trabajadores, no todo el mundo ve la central con el mismo entusiasmo. La Coordinadora contra Garo?a anuncia una charla de Paco Castej¨®n, f¨ªsico nuclear. Hoy han convocado una manifestaci¨®n por el cierre que conf¨ªan sea la ¨²ltima. En otro negocio cinco turistas beben cervezas a pleno sol. Su camarero asegura que el trabajo que aporta la central ¡°tampoco es una locura¡± y que en su barra predominan quienes quieren el cierre ¡°cuanto antes¡±.
¡°Cuando ten¨ªa 10 a?os mi padre me llev¨® a ver la vasija. En aquella ¨¦poca, los setenta, vino a Miranda de Ebro lo mejor del pa¨ªs en soldadores y caldereros, ingenieros americanos. Aqu¨ª se escuchaba la m¨²sica m¨¢s moderna¡±, relata un jardinero que cree que ya es hora de jubilar Garo?a. En Miranda de Ebro (38.400 habitantes) vive cerca del 60% de la plantilla de Nuclenor. Los autobuses que cada d¨ªa recorren los 30 kil¨®metros que las separan vienen cada vez m¨¢s vac¨ªos.
El barrio de las Matillas, un conjunto residencial con amplios jardines, conserva a¨²n parte del esplendor de la ¨¦poca en la que lo ocuparon los ingenieros estadounidenses desplazados en la construcci¨®n del reactor. Le llamaban el barrio de los americanos, hoy de Nuclenor, aunque algunos trabajadores ya hayan vendido sus casas de cuatro o seis dormitorios y otros lo est¨¦n intentando. Cuentan en la zona, con cierta envidia, que los trabajadores de Garo?a no pagaban electricidad. La nuera de una de las propietarias precisa que ten¨ªan un descuento.
Con la desconexi¨®n de diciembre, el hotel Tudanca, situado muy cerca de la barriada de Nuclenor, ha dejado de ingresar entre 10.000 y 15.000 euros. ¡°En la zona las p¨¦rdidas pueden llegar al mill¨®n¡±, calcula su responsable. Las paradas de recarga de combustible llenaban sus 120 habitaciones. Todo ha cambiado. Uno de los consultados cree que las el¨¦ctricas han utilizado a la central para chantajear al Gobierno y conseguir sus objetivos. ¡°Y los rehenes somos nosotros¡±, resume.
El Colegio de Economistas de Burgos argumenta la percepci¨®n del regidor del Valle de Tobalina. Un informe, que eval¨²a la situaci¨®n del norte de Burgos hasta finales de 2012, constata la ¡°ineficacia¡± del Plan Garo?a, impulsado en 2009 ante la perspectiva de cierre de la central. El trabajo, coordinado por la economista Paz Lorente y encargado por la central, concluye que no existen opciones ¡°realistas y espec¨ªficas¡± capaces de restituir el desarrollo econ¨®mico y social que genera la actividad de Garo?a. ¡°Un impacto de 56 empleos (en tres a?os) no tiene parang¨®n con la movilizaci¨®n de recursos que genera la central¡±, subraya. En 2011, Garo?a contribuy¨® a generar de forma directa e indirecta 239 millones, seg¨²n datos de la consultora AFI.
El 6 de julio, ayer, se decret¨® oficialmente el cese de explotaci¨®n de una central con 42 a?os de vida. Sin embargo, su continuidad no est¨¢ descartada. El Gobierno, que insiste en que la actividad se ha interrumpido por motivos econ¨®micos y no de seguridad, se ha sacado de la manga un decreto ley que dar¨ªa un a?o m¨¢s a Nuclenor, la empresa propietaria, para reengancharse a la producci¨®n el¨¦ctrica.
Mientras tanto, los 281 trabajadores de la central siguen haciendo tareas de mantenimiento. En torno a la mitad de los 463 empleados de las 50 subcontratas de la central han sido despedidos.
La espera tensiona a la plantilla a pesar de que Nuclenor les ha asegurado que, en el peor de los escenarios, les recolocar¨¢ en otras centrales. ¡°Si se cierra nos tenemos que ir, aqu¨ª no hay nada¡±, zanja Francisco Guti¨¦rrez, que trabaja en mantenimiento el¨¦ctrico. ¡°Los comerciantes est¨¢n asustados porque la repercusi¨®n del cierre ser¨ªa enorme¡± a?ade Guti¨¦rrez, muy implicado y con cierto sentido de la propiedad sobre la central. Lleg¨® a Garo?a con en 1988, y ahora, con 43 a?os, asegura que podr¨ªa funcionar con seguridad otros ¡°15 o 20 a?os¡±.
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