El uso de VIH en dos terapias g¨¦nicas cura a seis ni?os
El tratamiento reactiva un campo deprimido por sus efectos adversos
La terapia g¨¦nica ¡ªinfectar a un paciente con el gen correcto que le falta¡ª siempre ha parecido la gran esperanza, si no la ¨²nica, para los ni?os que nacen con crueles enfermedades hereditarias. Pero tras m¨¢s de 20 a?os de intentos ha resultado patente que la idea sonaba mucho m¨¢s f¨¢cil sobre el papel que en la pr¨¢ctica m¨¦dica: la t¨¦cnica solo puede exhibir un pu?ado de ¨¦xitos muy relativos, y para colmo los vectores (retrovirus) m¨¢s ¨²tiles para introducir el gen sano han producido por s¨ª mismos algunos casos de leucemia. Cient¨ªficos italianos han presentado este jueves dos ensayos cl¨ªnicos, con seis ni?os en total, que prometen dar un vuelco a esa situaci¨®n desalentadora. La clave de su ¨¦xito parece estar en haber cambiado los retrovirus convencionales por el VIH, el agente del sida, que pertenece a la familia de los lentivirus.
Uno de los ensayos ha sido con tres ni?os con leucodistrofia metacrom¨¢tica, causada por mutaciones del gen ARSA. Dos a?os despu¨¦s de la terapia g¨¦nica parece que la progresi¨®n de la enfermedad se ha detenido. El segundo ensayo con otros tres ni?os con s¨ªndrome de Wiskott-Aldrich, causado por mutaciones en el gen WAS. Los s¨ªntomas se han reducido o han desaparecido de 20 a 32 meses tras el tratamiento.
En ambos casos, los cient¨ªficos del Instituto San Raffaele Telethon, en Mil¨¢n, extraen c¨¦lulas madre hematopoy¨¦ticas (las precursoras de las c¨¦lulas de la sangre) de la m¨¦dula ¨®sea y las infectan con unos lentivirus VIH modificados que llevan el gen correcto que les falta a los ni?os; luego vuelven a meterles las c¨¦lulas, como en un trasplante de m¨¦dula convencional. En realidad, suele bastar con inyectar el material en vena y dejar que las c¨¦lulas aniden en el lugar al que pertenecen, la m¨¦dula ¨®sea, desde donde empiezan a dividirse, diferenciarse y repoblar la sangre con los linfocitos corregidos.
Los m¨¦dicos se niegan a hablar de curaci¨®n, pero est¨¢n muy cerca
Los dos trabajos presentados este jueves en la revista Science se pueden leer como una verificaci¨®n de una idea rompedora que el director del instituto de Mil¨¢n, Luigi Naldini, concibi¨® en 1996; "un rasgo de genio", seg¨²n sus colaboradores: utilizar a uno de los mayores matarifes conocidos, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), o agente del sida- para hacerle pagar su deuda con la historia oblig¨¢ndole a salvar vidas. El parad¨®jico vector elegido por Naldini parece haber dado en la diana.
En la jerga gen¨¦tica, un vector es el veh¨ªculo que usan los cient¨ªficos para introducir un gen extra?o, por lo general manipulado en el laboratorio, en las c¨¦lulas humanas. Casi todos son virus humanos modificados, puesto que los virus ya son de por s¨ª un sistema para introducir genes -los genes virales- en las c¨¦lulas humanas. Los investigadores enga?an al virus meti¨¦ndole entre su genoma el gen humano correcto y despu¨¦s le dejan hacer su trabajo. Como se trata de curar una enfermedad hereditaria, el objetivo es infectar el mayor n¨²mero de c¨¦lulas humanas posibles, y nada iguala la eficacia de un virus en esa tarea.
Pero hay m¨¢s virus en el planeta que estrellas en la galaxia, y elegir el adecuado ha sido la verdadera pesadilla de los ¨²ltimos 20 a?os. Casi todos los vectores probados en cientos de ensayos han revelado una pobre capacidad infectiva, y la ¨²nica excepci¨®n -los retrovirus, que tienen la enorme ventaja de que integran su genoma en el genoma humano de cada c¨¦lula- ha causado dos casos de leucemia en los?ni?os burbuja tratados en Par¨ªs en la d¨¦cada pasada. Muchas leucemias naturales se deben tambi¨¦n a la inserci¨®n gen¨®mica de retrovirus, y el descalabro franc¨¦s ha sumido el campo en la postraci¨®n durante muchos a?os.
Pero la chispa capaz de reactivarlo llega ahora de Italia y de un virus, el VIH, que tiene mucha relaci¨®n con los mencionados retrovirus, pero pertenece a la familia especial de los lentivirus y parece esquivar todas sus trabas. "El virus del sida puede usarse para tratar al menos dos graves enfermedades hereditarias", dice Naldini, "y seis ni?os de diferentes pa¨ªses, despu¨¦s de tres a?os de tratamiento, est¨¢n bien y muestran mejoras significativas".
Los beneficios se han mantenido sin contratiempos durante tres a?os
Son de momento solo seis ni?os, pero, seg¨²n el director del Instituto San Raffaele de Mil¨¢n, "los resultados son muy alentadores a los tres a?os de comenzar los ensayos". Los dos trabajos presentados en Science no solo muestran que la t¨¦cnica es segura y est¨¢ libre de efectos secundarios serios, sino tambi¨¦n que es efectiva y "capaz de cambiar la historia cl¨ªnica de estas graves dolencias".
Es obvio que Naldini huye de la palabra "curar" como de la peste, pero tambi¨¦n que no ve sus resultados como nada parecido a un fracaso. "Despu¨¦s de 15 a?os de esfuerzo y de frustraci¨®n, es realmente apasionante verse capaz de ofrecer una soluci¨®n concreta a los primeros pacientes". Nada parecido a un fracaso.
Mucho por hacer
La terapia g¨¦nica ¡ªinsertar un gen sano en c¨¦lulas con copias defectuosas o que carecen de ¨¦l¡ª es seguramente, junto a las c¨¦lulas madre, una de las que m¨¢s esperanzas levanta. Pero hasta ahora ha tenido muchos problemas. El m¨¢s conocido es que la inserci¨®n de un gen extra?o en las c¨¦lulas puede activar los oncogenes, y acabar produciendo una leucemia.
Otra pega que tiene es que el ser humano tiene unos 5 billones de c¨¦lulas, y llegar a todas es dif¨ªcil. Habr¨ªa que actuar en fase embrionaria para modificarlas todas. O, en su defecto, cambiar las que pueden suponer regenerar todo un sistema. El m¨¢s sencillo de ellos es el hematopoy¨¦tico ¡ªcomo en el caso ensayado¡ª: se sabe c¨®mo destruirlo con quimioterapia, y c¨®mo reconstruirlo mediante un transplante.
Otra opci¨®n es la del CIMA de Navarra para la porfiria, que us¨® un virus que se asienta preferentemente en el h¨ªgado, con lo que es ideal para tratar enfermedades gen¨¦ticas hep¨¢ticas.
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