Impuestos con letra peque?a

Pagar impuestos nunca ha sido plato de buen gusto. Todo el mundo cree que paga mucho m¨¢s de lo que deber¨ªa. Acaba de finalizar el plazo para presentar la declaraci¨®n de la renta y quiz¨¢s haya podido beneficiarse de algunas de las m¨²ltiples desgravaciones que le han ayudado a rebajar la factura con el fisco. Las empresas tambi¨¦n disponen de un amplio men¨² de incentivos fiscales que les permiten jibarizar sus pagos a Hacienda.

El coste de estos incentivos fiscales para el Estado asciende a 38.986 millones de euros, seg¨²n los Presupuestos de 2013, casi cuatro puntos del PIB. Una cantidad que supone el 23% de la recaudaci¨®n total. El a?o pasado el Estado ingres¨® 168.567 millones con los impuestos.

El sistema tributario espa?ol cuenta con 95 tipos diferentes de beneficios fiscales entre deducciones, exenciones, reducciones en la base imponible, bonificaciones y tipos reducidos. Cada tributo tiene una especie de letra peque?a que altera su funcionamiento y resultado. ¡°Tenemos un sistema que parece un queso gruyere, repleto de agujeros¡±, sostiene Miguel P¨¦rez de Ayala, experto fiscal y profesor de la Universidad San Pablo CEU. Ah¨ª est¨¢n las deducciones por compra de vivienda, alquiler, donativos, reducciones por aportaciones a partidos, o exenciones por premios literarios o prestaciones por sepelio, por citar solo algunas.

El pasado lunes ech¨® a andar el comit¨¦ de expertos creado por el Gobierno para reformar de forma integral el modelo fiscal. Desde entonces ha crecido el debate entre los que apuestan por reducir la pl¨¦yade de desgravaciones a cambio de rebajar tipos y los que consideran que los beneficios fiscales son instrumentos redistributivos de la renta y ayudan a estimular ciertas actividades.Lo cierto es que la mayor¨ªa coincide en que los beneficios fiscales afectan a la toma de decisiones econ¨®micas, disminuyen la recaudaci¨®n y hacen mucho m¨¢s complejo liquidar los impuestos. Quiz¨¢ se entiende mejor aquello que el economista brit¨¢nico John Maynard Keynes dijo a principios del siglo XX: ¡°Evitar los impuestos es una de las pocas actividades intelectuales que producen beneficios econ¨®micos¡±.

El tipo medio es el 12,5% en el IRPF y de poco m¨¢s del 10% para sociedades

As¨ª, aunque el tipo nominal del impuesto de sociedades est¨¢ en el 30%, las empresas terminan pagando poco m¨¢s del 10% sobre los beneficios registrados. O en el impuesto sobre la renta, con un tipo marginal m¨¢ximo del 52%, el tipo medio es del 12,5%. ?Sabe cu¨¢l es el tipo medio del IVA? El 13,4% pese a que el tipo general est¨¢ en el 21%, seg¨²n datos de la Agencia Tributaria.

¡°El problema de estos incentivos es que es dif¨ªcil hacer un an¨¢lisis beneficio de las deducciones. Nunca se ha hecho¡±, explica Juan Jos¨¦ Rubio, catedr¨¢tico de Hacienda P¨²blica en la Universidad de Castilla-La Mancha y exdirector del Instituto de Estudios Fiscales (IEF), que reclama una revisi¨®n global del sistema de deducciones. ¡°Hay que tener claro qu¨¦ actividades requieren apoyo fiscal, revisar su impacto y compararlo con el coste¡±, reclama.

¡°Este sistema parece un queso de gruyer¡±, se?ala P¨¦rez de Ayala

En el centro del debate se sit¨²a el argumento sobre si los incentivos fiscales en la renta son redistributivos. No lo cree Jos¨¦ F¨¦lix Sanz, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid y colaborador de Funcas. ¡°Generar un sistema fiscal con muchos huecos bajo el argumento de fomentar el crecimiento es discutible. Es mejor un sistema m¨¢s amplio y general¡±. Sanz ha elaborado la propuesta fiscal de FAES (fundaci¨®n del PP) que apuesta por acabar con las deducciones y bajar tipos para simplificar los impuestos. Lo mismo que pide el presidente de la patronal CEOE, Joan Rossell.

Otra postura defiende P¨¦rez de Ayala. ¡°Si buscamos un sistema plano, igual para todos, se recaudar¨¢ m¨¢s pero no es eficiente. No es justo el caf¨¦ para todos¡±, sostiene este experto fiscal, que explica que las deducciones sirven para adaptar el impuesto a la realidad particular de cada contribuyente. ¡°El impuesto es para una situaci¨®n general y las deducciones personalizan el tributo¡±. Por eso, apuesta por ampliar los incentivos familiares y personales.

Desde posturas liberales se opta por un sistema amplio y general

En una l¨ªnea parecida se muestra Ignacio Zubiri, catedr¨¢tico de Hacienda de la Universidad del Pa¨ªs Vasco. Clasifica los beneficios fiscales entre las reducciones relacionadas con las circunstancias personales y aquellas deducciones con objeto econ¨®mico.

Rubio cree, por ejemplo, que las reducciones por los rendimientos netos del trabajo deber¨ªan rebajarse para las rentas altas y elevarse para las bajas. Zubiri va m¨¢s lejos y apunta a quienes est¨¢n detr¨¢s de algunos beneficios tributarios. ¡°Hay incentivos que responden a presiones de los lobbies como el de la vivienda o el que afecta a los planes de pensiones privados¡±, sentencia.

La deducci¨®n por adquisici¨®n de vivienda es una de las m¨¢s costosas para las arcas p¨²blicas. Rebaja en 3.600 millones la recaudaci¨®n de todas las Administraciones. ¡°Ha generado un efecto perverso: ha ampliado la brecha entre propiedad y en alquiler¡±, reconoce Sanz, que considera que esta deducci¨®n ha servido para inflar la burbuja inmobiliaria.

La mayor¨ªa de expertos fiscalistas consultados para elaborar esta informaci¨®n coinciden en que habr¨ªa que eliminar esta deducci¨®n con car¨¢cter retroactivo. El Gobierno de Mariano Rajoy ya la suprimi¨® para los que adquieran una vivienda a partir de enero de 2013 pero se mantiene para los que compraron antes. Los expertos creen que deber¨ªa suprimirse de forma progresiva en un plazo de tres o cuatro a?os. El Gobierno ya estudi¨® esta posibilidad el a?o pasado pero la descart¨® por su enorme coste pol¨ªtico.

Zubiri solo dejar¨ªa incentivos para I+D y para algunas contrataciones

Zubiri, sin embargo, se opone a eliminarla. ¡°Es la ¨²nica deducci¨®n que no te puedes cargar. La gente ha planificado su vida teni¨¦ndola cn cuenta¡±, explica. Este catedr¨¢tico de Hacienda P¨²blica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco defiende que el impuesto sobre la renta no es el lugar para incentivar ninguna actividad econ¨®mica. ¡°Si hay que establecer incentivos para alg¨²n grupo o actividad habr¨ªa que hacerlo por el lado del gasto, que est¨¢ m¨¢s controlado¡±. E insiste: ¡°Las pol¨ªticas redistributivas hay que hacerlas desde el gasto y no desde los ingresos¡±.

Otra de las deducciones que concitan m¨¢s pol¨¦mica es la que afecta a las aportaciones a los planes de pensiones privados. Los m¨¢s liberales apuestan por mantenerla porque, dicen, favorece el ahorro a pesar de que su tratamiento fiscal al rescatarla es gravoso, dicen. El resto piden suprimirla y argumentan que en este momento en que hay dificultades para pagar las pensiones p¨²blicas es dif¨ªcilmente justificable incentivar las jubilaciones privadas.

En l¨ªneas generales, casi todos coinciden en eliminar las grandes deducciones en el impuesto sobre la renta, las diferencias surgen en el tratamiento fiscal sobre las situaciones personales.

Donde no hay acuerdo es sobre la mara?a de deducciones en el impuesto de sociedades. Rubio, por ejemplo, cree que habr¨ªa que acabar con la mayor¨ªa de deducciones sobre el impuesto de sociedades y eliminar la diferencia entre los tipos para grandes empresas y pymes. Considera que la deducci¨®n por I+D+i podr¨ªa eliminarse porque de ella solo se benefician las grandes empresas. Sanz resume su postura en una frase: ¡°Habr¨ªa que suprimir todas las deducciones en sociedades y simult¨¢neamente bajar el tipo al 20%¡±. Mientras P¨¦rez de Ayala defiende las deducciones a las empresas. ¡°Son las que mueven la econom¨ªa¡±. Pero matiza: ¡°No puede tener el mismo tratamiento fiscal una compa?¨ªa que especula y no crea valor a?adido que otra que fabrica¡±.

Zubiri es el m¨¢s contundente. Cree que deber¨ªan eliminarse todas las deducciones que van a beneficios. En su opini¨®n, solo deber¨ªan mantenerse dos: la deducci¨®n por contrataci¨®n a alg¨²n colectivo con dificultades y alg¨²n tipo de est¨ªmulo para fomentar el I+D. Zubiri considera que los incentivos fiscales no afectan a las decisiones empresariales. ¡°Lo que defiende el libre mercado, los liberales, llega hasta pedir incentivos para las empresas¡±, asegura. Ah¨ª dejan de serlo.