Jap¨®n revisar¨¢ la caza de ballenas en la Ant¨¢rtida si lo exige la ONU
Australia ha denunciado a Tokio por encubrir el comercio de carne de cet¨¢ceo con excusas La decisi¨®n de los jueces regular¨¢ la caza a escala mundial
Jap¨®n modificar¨¢ el programa de caza de ballenas en la Ant¨¢rtida, si el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU (TIJ) falla en su contra en el contencioso que la enfrenta a Australia. El caso, que ha concluido este martes, servir¨¢ para regular la captura mundial de cet¨¢ceos, una pr¨¢ctica liderada por Tokio bajo la bandera de la investigaci¨®n cient¨ªfica. ¡°Si fuera necesario, cambiar¨ªamos nuestro programa¡±, ha asegurado Koji Tsuruoka, delegado nip¨®n, ante el TIJ.
Australia acudi¨® al TIJ en 2010 pidiendo la prohibici¨®n de la caza ballenera, y seg¨²n Tsuruoka, ¡°ello nos ha permitido demostrar los objetivos cient¨ªficos de nuestra actividad, que no pone en peligro las poblaciones de ballenas¡±. El pasado 26 de junio, Bill Campbell y Justin Gleeson, representantes de Australia ante el Tribunal, pidieron ¡°una definici¨®n exacta de lo que constituye inter¨¦s cient¨ªfico en este campo, porque Jap¨®n ejerce una actividad comercial enmascarada¡±. Seg¨²n la Comisi¨®n Ballenera Internacional, Jap¨®n caza unos 1.600 ejemplares anuales.
Para Camberra, Tokio encubre la venta de carne cet¨¢cea ¡°con un supuesto programa de investigaci¨®n en aguas del Polo Sur que viola los acuerdos balleneros internacionales en vigor¡±. La caza est¨¢ regulada desde 1946 en virtud de la Convenci¨®n Internacional sobre el particular que promueve la preservaci¨®n de la especie y una industria sostenible. Solo se permite la investigaci¨®n cient¨ªfica, extremo esgrimido por Jap¨®n en La Haya, sede del TIJ, para subrayar la legalidad de sus actividades. Noruega e Islandia, cazan tambi¨¦n ballenas con fines comerciales, aunque no han sido demandadas por Australia.
La Convenci¨®n s¨ª permite capturas de subsistencia a comunidades abor¨ªgenes. En 1986 entr¨® en vigor una moratoria para evitar la extinci¨®n de las ballenas, pero Jap¨®n lanz¨® de nuevo sus balleneros al mar un a?o despu¨¦s. Era, explic¨®, para ¡°analizar el modo de vida y contenido de los est¨®magos de estos mam¨ªferos en la Ant¨¢rtida¡±. Desde entonces ha cazado unos 33.000 cet¨¢ceos. Organizaciones ecologistas como Greenpeace sostienen que Tokio solo pretende servir el mercado interno, acostumbrado a disponer de carne de ballena en su dieta. Los h¨¢bitos alimentarios, de todos modos, han cambiado, y las reservas almacenadas superan en estos momentos la demanda.
Concluida la presentaci¨®n de alegaciones por ambas partes, la decisi¨®n de los jueces servir¨¢ para regular la caza de ballenas ya que sentar¨¢ un precedente legal. Puede tardar varios meses en anunciarse.
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