Otra mexicana es condenada a un a?o de c¨¢rcel por aborto pese a no haber pruebas
La joven, de 22 a?os y natural de San Luis Potos¨ª, apareci¨® en la prensa local como una asesina
En julio de 2009, cuando acababa de cumplir 18 a?os, Hilda ingres¨® en un hospital p¨²blico de San Luis Potos¨ª con una fuerte hemorragia. Seg¨²n su propio testimonio, la doctora se neg¨® a atenderla si ella no le explicaba antes qu¨¦ hab¨ªa ocurrido. Bajo presi¨®n y a riesgo de no recibir los cuidados m¨¦dicos, la joven confes¨® un aborto. "Ella me dijo que aquello era un delito y deb¨ªa dar parte", confiesa en un documental elaborado hace unos meses.?Pese a no hallar pruebas en su contra, la joven fue condenada en 2012 a un a?o de c¨¢rcel, aunque nunca lleg¨® a ingresar en prisi¨®n porque recurri¨®. Este viernes, 2 de agosto, cuatro a?os despu¨¦s del suceso, Hilda se enfrenta a una nueva audiencia para apelar la sentencia.
Como ella,?151 mujeres han sido sometidas a proceso penal por aborto?en M¨¦xico desde 2007, seg¨²n datos del Grupo de Informaci¨®n en Reproducci¨®n Elegida (GIRE). La organizaci¨®n ha denunciado reiteradamente que la criminalizaci¨®n de la mujer es el patr¨®n de comportamiento de las autoridades en muchos Estados de la Rep¨²blica. La interrupci¨®n voluntaria del embarazo es una pr¨¢ctica penada -si no es por violaci¨®n o riesgo para la salud de la madre, seg¨²n cada legislaci¨®n- en todas las entidades federativas del pa¨ªs a excepci¨®n del Distrito Federal.
En el caso de Hilda, no hubo tiempo de hablar con la familia. La doctora de la cl¨ªnica llam¨® a la trabajadora social para que hiciera la denuncia ante el Ministerio P¨²blico y cuando a¨²n permanec¨ªa ingresada en el hospital recuper¨¢ndose fue custodiada por la polic¨ªa. "Me llevaron a comisar¨ªa, me tomaron fotos y me hicieron muchas preguntas". Unas horas despu¨¦s las autoridades la dejaron libre porque no hab¨ªa pruebas que demostraran que la joven se hubiese provocado un aborto. "Al d¨ªa siguiente el diario local?El Ma?ana de Valles?llevaba su foto en la contraportada tach¨¢ndola de asesina, contaban que se hab¨ªa tomado una pastilla", asegura la abogada encargada del caso, Itzel Silva. "Ella es una mujer fuerte, pero esta exposici¨®n p¨²blica s¨ª le afect¨®",cuenta. ¡°Hubo una filtraci¨®n de sus datos personales, el domicilio, la imagen. Fue una violaci¨®n de su privacidad¡±.
Acusada por el Ministerio P¨²blico, en julio de 2012 la joven volvi¨® a ser detenida y fue encerrada durante 24 horas hasta que pag¨® una fianza de 3.000 pesos (233 d¨®lares). El pasado 5 de abril, el juez Miguel ?ngel Ramiro D¨ªaz dict¨® sentencia condenatoria en su contra, con una pena de un a?o de c¨¢rcel y una sanci¨®n de 1.039 pesos (81 d¨®lares), explica la abogada: "Apelamos la sentencia para que la revisara una instancia superior". Silva espera que el caso se resuelva en dos o tres semanas, aunque explica que todav¨ªa existe un recurso jur¨ªdico m¨¢s.
Entre los argumentos principales de la defensa, est¨¢ que la confesi¨®n de Hilda es un acto de violaci¨®n al derecho a no ser sometida a tratos o penas crueles o degradantes en entornos de atenci¨®n de la salud, tal como expone el?Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes?de la ONU, Juan E. M¨¦ndez. ¡°Si no hay pruebas, no tiene por qu¨¦ aceptar una condena violatoria de sus derechos¡±, recalca Silva.
En el filme documental ¡®Viva M¨¦xico¡¯, de Flavio Florencia, presentado hace unos meses en el Distrito Federal y que el Grupo de Informaci¨®n en Reproducci¨®n Elegida est¨¢ llevando a ahora a los distintos territorios del pa¨ªs Hilda aparece de la mano de su hija, una ni?a que ronda los tres a?os de edad. ¡°S¨ª me trataron mal, el servicio m¨¦dico, la trabajadora social¡¡±, relata. La joven actualmente tiene pareja e intenta salir adelante. ¡°Quiero estudiar, ser alguien en la vida¡±. Algo sin duda, mucho m¨¢s f¨¢cil, cuando deje atr¨¢s toda esta pesadilla.
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