Despedida de una cient¨ªfica que est¨¢ haciendo las maletas
Tras cinco a?os en Espa?a, con un contrato Ram¨®n y Cajal, el desplome de la I+D impone de nuevo la emigraci¨®n a Estados Unidos
Estimado Sr. Presidente,
Aprovechando el periodo estival, y para minimizar los costes de mi pr¨®ximo traslado trasatl¨¢ntico, estoy haciendo limpieza de mi oficina en el CSIC y me gustar¨ªa devolverle algunos documentos que ya no voy a necesitar.
Adjunto le devuelvo el certificado oficial de haber superado positivamente la evaluaci¨®n del Programa I3, el Programa de Incentivaci¨®n de la Incorporaci¨®n e Intensificaci¨®n de la Actividad Investigadora. Agradezco el detalle del Ministerio de Econom¨ªa y Competitividad pero, en el contexto actual de la investigaci¨®n en Espa?a, no entiendo los conceptos ¡°incentivaci¨®n¡±, ¡°incorporaci¨®n¡± e ¡°intensificaci¨®n¡± (tampoco el de ¡°actividad investigadora¡±, m¨¢s all¨¢ de la basal). Gracias de todos modos por comunicarme que soy ¡°apta¡± para investigar; del feedback de la comunidad cient¨ªfica uno no se puede fiar.
As¨ª mismo le devuelvo la homologaci¨®n espa?ola del t¨ªtulo de doctor que obtuve en EEUU y la docena de documentos necesarios para su tr¨¢mite. Todos los documentos vienen con la apostilla de la Haya y las consiguientes firmas del Gobernador del Estado, traducciones oficiales y copias compulsadas con las firmas del C¨®nsul espa?ol en Nueva York. Se incluyen las descripciones detalladas de todas las asignaturas cursadas, que resultaron de mucho inter¨¦s tanto para el Gobernador como para el C¨®nsul. Afortunadamente Espa?a lidera la cruzada de las homologaciones. Fuera de nuestras fronteras cualquier t¨ªtulo original vale, un verdadero esc¨¢ndalo.
El documento que guardo con m¨¢s cari?o, y que tambi¨¦n le devuelvo en este env¨ªo, es el BOE que describe mi contrato bajo el programa Ram¨®n y Cajal. Subrayado en amarillo encontrar¨¢ el p¨¢rrafo donde se detalla el compromiso expl¨ªcito de, superadas las evaluaciones pertinentes, convocar una plaza con el perfil del investigador contratado. Fue ese p¨¢rrafo el que me hizo poner fin a m¨¢s de una d¨¦cada en EEUU. Tambi¨¦n le devuelvo otro BOE, el de la Ley de la Ciencia, que reafirma ese compromiso de estabilizaci¨®n laboral, introducido precisamente por su grupo parlamentario en el Senado. Le env¨ªo esos documentos en una bolsa herm¨¦tica, son puro papel mojado.
Por el mismo conducto le env¨ªo las 700 p¨¢ginas de certificados y documentos que ten¨ªa preparados para el d¨ªa en que se convocara una plaza con mi perfil, algo que nunca ocurri¨®. Es la documentaci¨®n requerida para acreditar la veracidad de mi curr¨ªculum. Recopilar esa documentaci¨®n fue una labor de investigaci¨®n tremendamente gratificante. Sepa usted que en los muchos trabajos que he solicitado fuera de Espa?a la documentaci¨®n requerida es algo m¨¢s escueta, aproximadamente de 10 p¨¢ginas: un plan de trabajo y un breve curr¨ªculum, que no hay que justificar porque la comunidad cient¨ªfica opera con un c¨®digo de honor. Si quiere un d¨ªa se lo explico. Sepa usted tambi¨¦n que nunca he podido presentarme a una oposici¨®n en una universidad espa?ola por no tener la acreditaci¨®n de la Agencia Nacional de Evaluaci¨®n de la Calidad y Acreditaci¨®n, acreditaci¨®n que, por otro lado, s¨®lo se consigue si uno tiene una vinculaci¨®n previa con una universidad espa?ola. Es curioso que ni la Universidad de Princeton ni la Universidad de California en Berkeley, donde hice hace unos a?os sendas entrevistas de trabajo para plazas de profesor, echaran en falta dicha certificaci¨®n de aptitud. Quiz¨¢ la permeabilidad tenga algo que ver con la excelencia, ahora que estamos tan preocupados por los rankings internacionales.
Cuando emigre, pr¨®ximamente, la ciencia que yo haga ya no ser¨¢ espa?ola, ni ser¨¢ gracias a Espa?a; seguir¨¦ haciendo ciencia a pesar de Espa?a.
Tambi¨¦n le devuelvo la carta que la Fundaci¨®n Espa?ola para la Ciencia y la Tecnolog¨ªa tuvo el detalle de enviarme hace unas semanas a mi antigua direcci¨®n en la Universidad de Princeton. El objetivo de dicha misiva es realzar la ¡°marca Espa?a¡± con un programa denominado ¡°Ciencia Espa?ola en el Exterior¡±. Sepa usted que me traslad¨¦ a Espa?a hace cinco a?os y cuando emigre pr¨®ximamente la ciencia que haga ya no ser¨¢ espa?ola, ni ser¨¢ gracias a Espa?a; seguir¨¦ haciendo ciencia a pesar de Espa?a. No se molesten en enviarme esa misma misiva a mi nuevo centro de trabajo en NASA. Ese esfuerzo ¨ªmprobo que han realizado ustedes para localizar a investigadores espa?oles en el extranjero, que ha llegado incluso a recopilar los viejos correos electr¨®nicos de los que hab¨ªamos regresado hac¨ªa a?os, podr¨ªan canalizarlo en contactar con los investigadores que todav¨ªa est¨¢n en Espa?a y cuya permanencia en el pa¨ªs pende de un hilo. Quiz¨¢ sea interesante evaluar el alcance del problema, analizar las causas y dise?ar una estrategia para buscar soluciones. ?C¨®mo, que no sabe a qu¨¦ problema me refiero? Al de la fuga de cerebros, esa realidad sangrante que su equipo describe como un ¡°topicazo¡±. Les sugiero un nuevo eufemismo para su colecci¨®n: inquietud laboral.
Ya se que tiene usted copia porque la dejamos en el Registro de Entrada, pero perm¨ªtame enviarle de nuevo el CD con las 50.000 firmas de la primera Carta Abierta por la Ciencia y otro con las 80.000 firmas de la segunda. Y una sugerencia: en la verja del Ministerio de Econom¨ªa y Competitividad, cuyas puertas cerraron a cal y canto el pasado 14 de junio ante la llegada de la mayor manifestaci¨®n de investigadores en la historia de Espa?a, tenga usted disponible, por favor, un rollo de celo. Lo digo para que podamos pegar en la verja la siguiente carta abierta por la ciencia, como pas¨® con nuestra ¨²ltima carta. O ponga usted un corcho. Entiendo que ambas cosas, el celo y el corcho, excedan el presupuesto de la I+D(*) en Espa?a; nos apa?amos con uno u otro.
Se?or Presidente del Gobierno, devu¨¦lvanos la dignidad a toda la comunidad de investigadores en Espa?a
Tambi¨¦n le devuelvo todas las afirmaciones que su equipo ha hecho de c¨®mo Espa?a sigue apostando por la I+D(*). Deduzco que esa apuesta fue hecha en Eurovegas y perdimos. Le devuelvo esas afirmaciones con el mismo afecto con que las recibimos. En realidad usted personalmente no miente, porque no ha dicho nada, absolutamente nada al respecto. Pero aqu¨ª le env¨ªo los contactos de los 156 periodistas nacionales e internacionales con los que hasta ahora he tenido el placer de hablar sobre su pol¨ªtica cient¨ªfica, por si alg¨²n d¨ªa se decide a decirles algo sobre este asunto. Somos todo o¨ªdos.
En este abultado env¨ªo tambi¨¦n le adjunto mi certificado de empadronamiento y dudo si devolverle o no el pasaporte de mi hija de nueve meses; tiene doble nacionalidad pero nuestro futuro en Espa?a es tan incierto que me pregunto si volver¨¢ a necesitar el pasaporte espa?ol. Ah¨ª le van. Se los env¨ªo con un nudo en la garganta, el nudo doble de los que se enfrentan a la emigraci¨®n por segunda vez.
Por ¨²ltimo, y a cambio de todos estos documentos que le devuelvo, le pido tan s¨®lo una cosa: devu¨¦lvame usted mi dignidad como investigadora, y en el mismo env¨ªo, si no le es mucha molestia, devu¨¦lvasela a toda la comunidad de investigadores en Espa?a, y no se olvide de los de humanidades.
Mariano, durante su legislatura la investigaci¨®n en este pa¨ªs se est¨¢ hundiendo irremediablemente hacia el abismo de la fosa de las Marianas. Y si bien es cierto que nuestros colegas cient¨ªficos han descubierto que hay vida all¨¢ abajo, sepa usted que es bacteriana.
Un cordial saludo,
Una investigadora.
(*) P.S. I+D significaba Investigaci¨®n y Desarrollo.
Amaya Moro-Mart¨ªn es investigadora Ram¨®n y Cajal del CSIC y promotora de la Plataforma Investigaci¨®n Digna
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