Las buenas notas no allanan la crisis
Los graduados m¨¢s brillantes se asoman al mismo futuro incierto que el resto La salida al extranjero es la alternativa a la precariedad que maneja la mayor¨ªa
¡°Esto es econom¨ªa pura. Si hay pocos fontaneros, cobrar¨¢n m¨¢s. Y si hay muchos licenciados...¡±. Jes¨²s Carrete dejaba muy claro en una entrevista en EL PA?S, en 2007, que afrontaba con resignaci¨®n el fen¨®meno del mileurismo, ese peaje de a?os de precariedad al que parec¨ªan condenados los j¨®venes espa?oles, incluso, los que como ¨¦l terminaban la carrera con un expediente brillante. El de Carrete en la titulaci¨®n de F¨ªsicas lo era tanto, que al a?o siguiente recibi¨® el Premio Nacional de Fin de Carrera.
Hoy, con 29 a?os y tras cinco de una de las peores crisis que se recuerdan, de la resignaci¨®n parece haber pasado al enfado: ¡°Ahora vivo en Grenoble [Francia], trabajando en el centro de Energ¨ªa At¨®mica y Energ¨ªas Alternativas] y, como escenario m¨¢s probable, me imagino que el futuro a¨²n me depara unos cuantos traslados antes de encontrar la estabilidad. Si me pregunta qu¨¦ ha cambiado, le dir¨¦ que si antes Espa?a era un destino m¨¢s para los investigadores dentro del contexto europeo, ahora se trabaja d¨ªa a d¨ªa para desguazar el sistema de ciencia y tecnolog¨ªa. Las administraciones evidentemente buscan para el pa¨ªs una posici¨®n en la distribuci¨®n internacional del trabajo muy distinta de la que so?¨¢bamos entonces. La destrucci¨®n continua de la clase media, la degradaci¨®n de la educaci¨®n en favor de la superstici¨®n y la p¨¦rdida de derechos laborales son claros pasos en la misma direcci¨®n. A los cient¨ªficos no nos ha tocado la peor parte, pero es muy triste observar desde la distancia lo que pudo ser y ya no ser¨¢¡±.
Estos expedientes brillantes quiz¨¢ son la imagen m¨¢s clara de la frustraci¨®n que durante a?os han vivido miles de j¨®venes que se formaban en la universidad en busca de un buen futuro, a ser posible, trabajando en las cosas que les gustaban, pero se daban de bruces con inevitables periodos de inestabilidad, sueldos bajos y sobrecualificaci¨®n: un tercio de los trabajadores espa?oles, el porcentaje m¨¢s alto de Europa, tiene empleos por debajo de su nivel de cualificaci¨®n.
¡°Siempre he vivido en lo inestable¡±
Guillermo Mora (33 a?os) se tom¨® la carrera con calma (empez¨® Bellas Artes en la Complutense de Madrid en 1999 y la termin¨® en el Art Institute de Chicago en 2007); quer¨ªa arrancar a la vez su carrera art¨ªstica. No le fue mal, en todo caso: gan¨® el premio nacional de fin de carrera. El a?o que viene se acaba su beca de formaci¨®n del profesorado y no ve m¨¢s futuro en lo acad¨¦mico, pero no se queja. En lo art¨ªstico le va bien y, al cabo, no le asusta andar a salto de mata: ¡°Estoy acostumbrado a vivir en lo inestable. En 2010, cuando hab¨ªa conseguido muchas cosas, ten¨ªa 10 euros en el banco. Entonces me di cuenta de que los logros no tienen por qu¨¦ ir acompa?ados de dinero¡±
Las estad¨ªsticas se?alan las claras ventajas de tener un t¨ªtulo universitario: un 15,22% de los graduados estaba en paro en 2012, frente a un 25,03% de media. Sin embargo, esas ventajas son mucho menos evidentes para los reci¨¦n titulados (de 24 a 29 a?os): un 24% de paro frente a un 32% de media. As¨ª que esas cifras no suelen ser consuelo durante esos interminables a?os de peaje.
Adem¨¢s, la crisis ha llevado esa precariedad que ya estaba instalada en Espa?a a un siguiente escal¨®n un poco m¨¢s profundo. Las dificultades son parecidas, pero con m¨¢s paro, explica el investigador de la Aut¨®noma de Barcelona Jos¨¦ Navarro. En sus proyectos sobre el impacto de la crisis en la inserci¨®n laboral de los titulados en Catalu?a (con datos hasta 2011) ha visto que las estructuras son muy parecidas a las de 2008. Por ejemplo, que los titulados en Humanidades tienen m¨¢s dificultades que los de Ciencias de la Salud, o que hay porcentajes muy parecidos de contratos fijos y temporales (65% de estos ¨²ltimos). Eso s¨ª, con menos posibilidades tanto en el mercado laboral privado como en el ¨¢mbito del empleo p¨²blico; la tasa de paro entre reci¨¦n titulados ha pasado del 9,76% en 2008 al 24,21% en 2012. Y, sobre todo, con un horizonte que oscurece a¨²n m¨¢s el final de ese t¨²nel de precariedad.
Si alguien toma la lista de nombres de los premios de fin carrera publicada en el BOE en noviembre de 2008 y empieza a ver qu¨¦ ha sido de sus vidas, dos conclusiones aparecen claras enseguida. La primera es que muchos de ellos se han decantado por el mundo acad¨¦mico, son hoy profesores o investigadores en la treintena, m¨¢s o menos en ciernes, m¨¢s o menos en el camino de la estabilidad. Una elecci¨®n profesional bastante l¨®gica si se tiene en cuenta que es el mundo acad¨¦mico donde sus sacos de sobresalientes van a suponer una ventaja. En la empresa privada las reglas son distintas.
En el estudio m¨¢s ambicioso que se ha hecho hasta la fecha sobre inserci¨®n laboral de los titulados (REFLEX, un proyecto europeo de 2007), el expediente acad¨¦mico estaba en los ¨²ltimos lugares entre los criterios de selecci¨®n de los empleadores, por detr¨¢s de la carrera estudiada; la personalidad, el conocimiento en inform¨¢tica, el comportamiento durante la entrevista, la experiencia laboral y las pr¨¢cticas, la especializaci¨®n en la carrera; los idiomas, los test de selecci¨®n y tener un m¨¢ster o un doctorado.
As¨ª, parece l¨®gico que muchos de ellos se decanten por la carrera cient¨ªfica. Pero esta, en estos cinco a?os de crisis ha pasado en Espa?a de ser una carrera de obst¨¢culos a una especie de callej¨®n sin salida. ¡°Yo empec¨¦ el doctorado en diciembre de 2008. Las cosas iban bien, sab¨ªas que, m¨¢s o menos, despu¨¦s de 10 o 12 a?os de becas y otros contratos, la gente consegu¨ªa una plaza fija y estabilidad. La verdad es que por entonces ya asomaba la crisis; unos dec¨ªan que no era tal, otros que s¨ª... Yo pens¨¦, bueno, tengo cuatro a?os de beca de doctorado y para ese momento las cosas habr¨¢n mejorado. Pero ahora est¨¢n mucho peor¡±. Miguel Manzano (28 a?os) tiene un contrato puente (investiga en su especialidad de Matem¨¢ticas, Geometr¨ªa diferencial, y da algunas clases en la Universidad de Granada) que se le acaba en 2014. Entonces prev¨¦ que volver¨¢ al paro en el que ya pas¨® cuatro meses el a?o pasado, ya que no ha conseguido el contrato del programa Juan de la Cierva que hab¨ªa solicitado. ¡°Tengo dos opciones: o ir al extranjero o quedarme y abandonar la investigaci¨®n¡±, se?ala.
A media jornada y a la espera
¡°Cuando hice la carrera, parec¨ªa que habr¨ªa un bum en mi especialidad de Magisterio [Audici¨®n y Lenguaje], pero resulta que otras muchas nos han pasado por delante¡±. Sin oposiciones a la vista y pocas expectativas en la ense?anza privada, Zo¨¦ Garc¨ªa, de 37 a?os, nacida en Madrid pero ceut¨ª de adopci¨®n, trabaja a media jornada en una escuela concertada desde 2010; con la crisis, la jornada completa nunca termina de llegar. Premio de fin de carrera en Magisterio y, despu¨¦s, en Psicopedagog¨ªa, Garc¨ªa descart¨® una carrera acad¨¦mica porque le pareci¨® ¡°un camino muy largo¡±. Ahora, dice que quiere quedarse en su ciudad, pero no sabe si terminar¨¢ cediendo a las circunstancias.
Y esta frase conduce directamente a la otra conclusi¨®n del repaso a la vida de aquellos expedientes brillantes premiados en 2008: el ¨¦xodo. Muchos de ellos est¨¢n trabajando fuera de Espa?a, como Jes¨²s Carrete, pero tambi¨¦n como Silvia Monteagudo. ¡°Nada m¨¢s defender la tesis, me fui a EE UU a una estancia de tres meses en la Universidad de Texas. Recientemente me he incorporado a la de Lovaina (B¨¦lgica) con un postdoctorado. Hasta ahora, era muy com¨²n volver despu¨¦s de esos periodos, pero, tras la crisis, un doctor espa?ol con m¨¢s de 10 a?os de formaci¨®n (con la inversi¨®n que implica) hace las maletas con gran incertidumbre; no sabe si tendr¨¢ que seguir dando saltos por el mundo. Quiero pensar que la terrible situaci¨®n que estamos viviendo los cient¨ªficos en Espa?a se arreglar¨¢, porque si pienso lo contrario abandonar¨ªa este campo, aunque siendo honesta no veo que la investigaci¨®n y el desarrollo sean una prioridad para los pol¨ªticos¡±.
Monteagudo, de 28 a?os, naci¨® y creci¨® en Fuentealbilla (Albacete), el mismo pueblo del futbolista Andr¨¦s Iniesta. De hecho, fueron compa?eros de clase. ¡°Es incre¨ªble la diferencia de perspectivas de futuro de dos personas que intentaron ser brillantes en su campo: el deporte y la ciencia¡±.
Ant¨ªa Collazo (29 a?os), sin embargo, aparc¨® completamente la carrera acad¨¦mica y est¨¢ de vuelta en Espa?a. Eso s¨ª, despu¨¦s de un periplo que la llev¨® en cinco a?os a tres pa¨ªses distintos; cuatro, si contamos Espa?a. Se licenci¨® en Traducci¨®n e Interpretaci¨®n en Vigo, y recibi¨® el Premio Fin de Carrera de Galicia, qued¨® segunda en su ¨¢mbito en el premio nacional y gan¨® una beca de la Fundaci¨®n Barri¨¦ de la Maza con la que estudi¨® un m¨¢ster de dos a?os en el Monterey Institute of International Studies (California).
Cuando lleg¨® all¨ª, ¡°las perspectivas eran bastante alentadoras¡±, pero al terminar, ya en plena crisis, no logr¨® encontrar trabajo y tuvo que volver a Espa?a. Era 2009. ¡°Pas¨¦ en casa un par de meses y decid¨ª irme al extranjero de nuevo, en parte, porque la situaci¨®n ya comenzaba a empeorar pero, sobre todo, porque lo cre¨ªa necesario para seguir form¨¢ndome¡±. As¨ª es como acab¨® en Atenas en busca de ¡°un idioma raro¡± para su curr¨ªculo. Pero las cosas en Grecia se pusieron peor que negras y seis meses despu¨¦s de empezar a trabajar como administrativa, volvi¨® al paro y a Espa?a. ¡°Fueron solo cuatro meses de b¨²squeda, pero al final ya me parec¨ªa una eternidad y estaba perdiendo la esperanza, por la crisis y, sobre todo, por el pesimismo general¡±.
Por fin encontr¨® un empleo en una empresa luxemburguesa que cambi¨® despu¨¦s de a?o y medio por unas pr¨¢cticas en el Parlamento Europeo. Y de all¨ª de nuevo al desempleo. ¡°Tuve algunas entrevistas, pero muy mala suerte, o quiz¨¢s muy buena suerte, porque al final decid¨ª lanzarme como aut¨®noma y, de momento, pasados ya 10 meses, no me ha ido mal¡±, dice. ¡°Ahora trabajo por cuenta propia en Espa?a y mis perspectivas en estos momentos son bastante optimistas. Adem¨¢s, he aprobado un examen para entrar al cuerpo de traductores de un organismo internacional¡±.
Fuera, en Nueva York, est¨¢ Marc Balcells (33 a?os), terminando su doctorado en Criminolog¨ªa. Con varios t¨ªtulos nuevos, incluidos un par de m¨¢ster, a sumar a su curr¨ªculo (que incluye el premio de fin de carrera en Criminolog¨ªa y una beca Fullbarigth con la que recal¨® en EE UU), tiene previsto volver muy pronto a su Barcelona natal, con su familia, sus sobrinos... ¡°?Recoger¨¦ los frutos sembrados? Quiero pensar que s¨ª. Primero, porque soy optimista, pero tambi¨¦n porque he invertido mucho en ello. Y s¨ª, el discurso sobre nuestro pa¨ªs es pesimista, pero quiero pensar que no durar¨¢ siempre. Yo soy un producto de la tierra y a la tierra quiero volver. Al mal tiempo, buena cara y mejor investigaci¨®n universitaria, que sabemos hacerlo bien¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.