La tarjeta sanitaria ¨²nica tardar¨¢ en llegar al menos otros cinco a?os

Hace 12 a?os, el Gobierno anunci¨® su intenci¨®n de implantar una tarjeta sanitaria ¨²nica v¨¢lida para toda Espa?a. Hace nueve, con Ana Pastor como ministra de Sanidad, se regul¨® c¨®mo poner en marcha el documento, sin ning¨²n ¨¦xito. Y en febrero de 2012, dijeron que estar¨ªa lista a finales de ese a?o. Ayer, el Consejo de Ministros dio el ¨²ltimo paso necesario, seg¨²n el Ministerio de Sanidad, para que esta iniciativa sea, finalmente, una realidad. Pero va a tardar. Por lo menos otros cinco a?os.

El Gobierno aprob¨® el formato del documento, unos requisitos m¨ªnimos de imagen (dise?o, leyendas) y t¨¦cnicos (datos b¨¢sicos, codificaci¨®n) para que la tarjeta se lea sin problemas en cualquier sistema inform¨¢tico de los distintos sistemas sanitarios y sea totalmente interoperativa.

Las comunidades aut¨®nomas tendr¨¢n que ir sustituyendo los modelos actuales por el nuevo de forma progresiva a medida que los ciudadanos vayan renovando sus documentos. Sanidad espera que este proceso finalice antes de cinco a?os.

Uno de los principales objeticos de esta iniciativa consiste en facilitar la atenci¨®n sanitaria a las personas que se encuentran en otras autonom¨ªas. Por ejemplo, ya no tendr¨¢n que desplazarse cada tres meses al centro de salud a renovar su tarjeta de desplazados. Seg¨²n datos del Ministerio de Sanidad, unos cuatro millones de espa?oles reciben cada a?o atenci¨®n sanitaria en una autonom¨ªa distinta de la suya.

Pero, adem¨¢s, el documento permitir¨¢ un acceso m¨¢s sencillo a la historia cl¨ªnica del paciente est¨¦ donde est¨¦. Para ello, sin embargo, es necesario que los historiales cl¨ªnicos est¨¦n digitalizados. Y en esta parcela, los logros son muy desiguales entre las autonom¨ªas. Apenas est¨¢ digitalizada la informaci¨®n de 20 millones de ciudadanos, como admite Sanidad, menos de la mitad de la poblaci¨®n. De esta forma, la eficacia de la tarjeta y la capacidad de acceder a datos de pacientes de otras regiones se limitar¨¢ a las autonom¨ªas m¨¢s avanzadas en la digitalizaci¨®n, como Castilla-La Mancha, Ceuta y Melilla, Extremadura, Valencia, Baleares, Madrid y La Rioja.

La Consejer¨ªa de Igualdad, Salud y Pol¨ªticas Sociales de Andaluc¨ªa conf¨ªa en que la medida favorezca la interoperabilidad entre comunidades, siempre que no suponga una modificaci¨®n de los sistemas inform¨¢ticos existentes. ¡°De ser as¨ª, supondr¨ªa un coste de m¨¢s de 12 millones de euros, ya que habr¨ªa que generar m¨¢s de ocho millones de nuevas tarjetas, as¨ª como cambiar los dispositivos de lectura de las mismas, gasto que ser¨ªa imposible de abordar, a no ser que exista una financiaci¨®n por parte del Gobierno central¡±, afirman fuentes del departamento.

Con la introducci¨®n de la tarjeta, tambi¨¦n se evitar¨¢n casos como el de aquellas personas que, por haber nacido en una comunidad aut¨®noma y residir en otra, o por pasar largas temporadas en regiones distintas de la de origen, cuentan simult¨¢neamente con varios documentos expedidos por distintos servicios sanitarios. La tarjeta no contendr¨¢ informaci¨®n cl¨ªnica, como se plante¨® en una etapa inicial del proyecto, sino que ser¨¢ una llave con una serie de datos b¨¢sicos y un c¨®digo de identificaci¨®n personal para que se acceda a la historia cl¨ªnica de cada paciente, que custodiar¨¢ cada comunidad. De hecho el desarrollo se ha retrasado porque lo que en verdad se interconecta son las historias, lo que ha obligado a dise?ar una red entre las 17 comunidades. Aparte del nombre y apellidos del titular de la tarjeta, llevar¨¢ su c¨®digo de identificaci¨®n, el de la administraci¨®n emisora del documento y la identidad de la autonom¨ªa que lo emite. Pero tambi¨¦n se fija que todas deben llevar el r¨®tulo Sistema Nacional de Salud de Espa?a, ¡°necesario para el proyecto europeo de interoperabilidad de la informaci¨®n cl¨ªnica¡±, seg¨²n Sanidad.