El factor beneficioso del vino tinto, mejorado en pastillas
El sulfato contribuye a la eficacia del resveratrol
Los amantes del vino est¨¢n ¨²ltimamente encantados de s¨ª mismos: por fin la medicina les ha dado la raz¨®n demostrando que su placer es adem¨¢s una gloria para la salud, la comuni¨®n ¨²ltima entre el arte y la ciencia. Pero las cosas distan mucho de estar tan claras. El resveratrol del vino tinto ha mostrado, en m¨²ltiples experimentos con animales de laboratorio, su potencial para proteger contra una variedad de c¨¢nceres, el infarto y otras servidumbres de la edad; de hecho, alarga la vida de ciertos organismos. Pero las cantidades de resveratrol usadas en esos experimentos implicar¨ªan en la vida real tales ingestas de vino que no hay cient¨ªfico ni camarero que se atreva a aconsejarlas.
Ketan Patel, Karen Brown y sus colegas de la Universidad de Leicester, Reino Unido, aclaran ahora la ruta por la que el resveratrol es absorbido y metabolizado en el cuerpo, lo que sugiere un derivado qu¨ªmico concreto (el resveratrol sulfato) que puede ser particularmente ¨²til como f¨¢rmaco. Presentan sus notables resultados en Science Translational Medicine, la subsidiaria de Science dedicada a los trabajos con una previsible aplicaci¨®n cl¨ªnica.
Los estudios precl¨ªnicos con animales de laboratorio indican que el resveratrol, el componente beneficioso del vino tinto, previene varios tipos de c¨¢ncer, mitiga ciertas enfermedades cardiovasculares y degenerativas y, m¨¢s en general, promueve la longevidad ¨Cde organismos simples como las levaduras¡ª o retrasa sus devastadores efectos y la mortalidad asociada a ellos en mam¨ªferos como los ratones.
Multinacionales farmac¨¦uticas como Glaxo han invertido en la compra de gacelas ¨Cj¨®venes y peque?as firmas biotecnol¨®gicas asociadas a las grandes universidades norteamericanas¡ª dedicadas en exclusiva a la generaci¨®n de nuevos derivados del resveratrol del vino tinto que tengan mucha m¨¢s actividad biol¨®gica que el compuesto original.
Algunas de estas mol¨¦culas han mostrado resultados muy notables en ratones para prevenir los efectos nefastos de la obesidad: s¨ªndrome metab¨®lico, diabetes, dolencias cardiovasculares, infartos, c¨¢ncer y enfermedades neurodegenerativas. Si la vejez es una enfermedad, pasar hambre es lo m¨¢s parecido a un tratamiento que tenemos para ella. Y el resveratrol aspira a convertirse en una alternativa, o al menos un complemento, a la vida sana y aburrida. El resveratrol est¨¢ calificado en la literatura t¨¦cnica como un ¡°mim¨¦tico de la restricci¨®n cal¨®rica¡±. Algo tan bueno como pasar hambre, y sin pasarla. El ¨²ltimo truco contra el imperativo teol¨®gico de que hemos venido a este mundo a sufrir.
Pero, como ocurre a menudo en biomedicina, el diablo mora en los detalles. Una vez ingerido ¨Csea en forma de vino tinto o por otro sistema de administraci¨®n m¨¢s aceptable¡ª, el resveratrol resulta metabolizado en seguida por los mecanismos de digesti¨®n del cuerpo humano, tan insensibles a los avances farmacol¨®gicos.
Como resultado, esa piedra filosofal de la biomedicina adolece de una p¨¦sima biodisponibilidad, la fracci¨®n del compuesto ingerido que logra hacer algo ¨²til cuando pasa a la sangre. Para colmo, el resveratrol parece ser t¨®xico a las altas concentraciones que ser¨ªan precisas para que ejerciera sus deseables talentos protectores.
Estos son los problemas que Patel y sus colegas de Leicester han intentado abordar, e intentado resolver. Han sometido a voluntarios a una ingesti¨®n repetida de resveratrol ¨Cen pastillas en lugar de copa grande¡ª y han medido todo tipo de par¨¢metros relevantes en sus tejidos. La clave parece estar en los sulfatos de resveratrol, que son la fuente de resveratrol que utilizan las c¨¦lulas humanas.
¡°Los datos demuestran que los sulfatos de resveratrol contribuyen a la eficacia del compuesto in vivo¡±, dicen los cient¨ªficos, ¡°mediante la liberaci¨®n de resveratrol a los tejidos relevantes en una forma conjugada estable, lo que permite la regeneraci¨®n gradual del compuesto original en ciertas c¨¦lulas selectas¡±. En la jerga bioqu¨ªmica, esto quiere decir que los cient¨ªficos ya disponen de un derivado concreto del resveratrol que promete ser una forma de administraci¨®n eficaz y estable para los pacientes del futuro. La sulfataci¨®n del vino tinto, por desgracia, no parece una idea muy aconsejable.
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