Las mujeres de Arabia Saud¨ª desaf¨ªan la prohibici¨®n de conducir
Las activistas lideran una campa?a contra una norma que consideran anacr¨®nica La reivindicaci¨®n es un s¨ªmbolo del tira y afloja entre los fundamentalistas y los liberales del r¨¦gimen
La prohibici¨®n de que las mujeres conduzcan vuelve a cuestionarse en Arabia Saud¨ª, el ¨²nico pa¨ªs del mundo con semejante anacronismo. Las activistas han convocado el pr¨®ximo d¨ªa 26 una ¡°jornada de desaf¨ªo¡± animando a las saud¨ªes a ponerse al volante. Su campa?a, bloqueada por las autoridades dentro del reino, ha superado las 15.000 firmas de apoyo, pero algunas entusiastas no han podido esperar. Madiha al Ajrush, Amira al Munif y Azza, entre otras, se han dejado grabar mientras conduc¨ªan por las calles de Riad estos d¨ªas. La presi¨®n de algunos retr¨®grados llev¨® al cuartelillo a una de ellas y a Eman al Nafjan, la amiga que las filmaba. A diferencia de hace dos a?os, no ha habido detenciones.
¡°La cuesti¨®n no es tanto conducir ese d¨ªa como demostrar que la sociedad est¨¢ preparada [para que las mujeres conduzcan]¡±, explica por tel¨¦fono Aziza al Yusef, una profesora de la Universidad Rey Saud. ¡°Si salen mil chicas y las detienen, no vamos a ninguna parte¡±, opina esta veterana activista por los derechos de la mujer y de la infancia, convencida de que existe respaldo social para acabar con el tab¨².
La mejor prueba de ello, los gestos de aprobaci¨®n que las conductoras han conseguido estos d¨ªas. En varios de los v¨ªdeos colgados de YouTube por Al Nafjan, una activa bloguera que no sabe conducir, se ve a los ocupantes de otros coches animando a las automovilistas.
¡°He observado que al 99% de la gente en la calle le da igual, o manifiesta su apoyo. Solo nos hicieron una peineta y un par de muecas¡±, tuite¨® tras su reciente paso por comisar¨ªa. Incluso ha contado que unos polic¨ªas de tr¨¢fico hicieron caso omiso de un hombre que intentaba ponerlas en evidencia. Al Nafjan tambi¨¦n resta importancia al tipo que ha amenazado con ametrallarla en su domicilio. ¡°Hay muy pocos como ¨¦l¡±, asegura.
El? Consejo de Ulemas advirti¨® hace dos a?os de que permitir que las mujeres condujeran acabar¨ªa con la virginidad y aumentar¨ªa la homosexualidad y la prostituci¨®n
A¨²n as¨ª, quienes se oponen a que las mujeres conduzcan lograron que la polic¨ªa pusiera fin a su esfuerzo por documentar las idas y venidas de las automovilistas por Riad. No pudo grabar a todas las que se lo hab¨ªan pedido. Aunque no haya im¨¢genes, otras han estado conduciendo en Al Jobar (al este del pa¨ªs) y en Yeddah (al oeste). Y se espera que m¨¢s a¨²n lo hagan el d¨ªa 26. Todas las que se ponen al volante disponen de carn¨¦s de conducir expedidos en otros pa¨ªses.
¡°No hay transporte p¨²blico, pero las mujeres van a la universidad y trabajan. Es como si a un ser humano le cortaran las piernas. No hay otra soluci¨®n al problema¡±, defiende Al Ajrush, que estuvo conduciendo el jueves por la capital saud¨ª. Esta psicoterapeuta y fot¨®grafa se muestra convencida de la necesidad de ¡°hacer presi¨®n¡± para cambiar una situaci¨®n que considera insostenible.
Muchos hombres saud¨ªes est¨¢n de acuerdo. No todas las familias pueden permitirse un conductor. Algunos se quejan de que tienen una doble jornada laboral, en su trabajo y como ch¨®feres de sus esposas, madres, hermanas e hijas.
23 a?os de protestas
El 7 de noviembre de 1990, despu¨¦s de ver conduciendo a las soldados estadounidenses que formaban parte de las tropas desplegadas en Arabia Saud¨ª para repeler la invasi¨®n iraqu¨ª de Kuwait, medio centenar de mujeres tomaron las calles de Riad al volante de sus coches familiares. Tras pasar 24 horas en comisar¨ªa, las autoridades les retiraron los pasaportes y algunas perdieron sus trabajos. Adem¨¢s sufrieron una humillante campa?a de desprestigio.
No fue hasta 2007 cuando la Asociaci¨®n para la Protecci¨®n y Defensa de los Derechos de las Mujeres en Arabia Saud¨ª, fundada por Wajeha al Huwaider y Fawzia al Uyyoni, volvi¨® a abordar el tema en una petici¨®n al rey Abdal¨¢ que reuni¨® 1.100 firmas. Al a?o siguiente, en el D¨ªa Internacional de la Mujer, Al Huwaider se grab¨® conduciendo y colg¨® el v¨ªdeo en YouTube.
Hace dos a?os, al hilo de la primavera ¨¢rabe, un grupo de activistas utiliz¨® Facebook para animar a las saud¨ªes a ponerse al volante el 17 de junio. Antes de esa fecha, varias mujeres difundieron v¨ªdeos en los que se las ve¨ªa al volante. Pero la detenci¨®n de Manal al Sharif cuando conduc¨ªa en Al Jobar, una ciudad de la Provincia Oriental, envi¨® un poderoso mensaje y agu¨® la cita. Convertida en el rostro de la iniciativa, Al Sharif se dirigi¨® el a?o pasado al monarca para pedirle que acabara con el anacronismo.
¡°Si no nos movilizamos, nadie va a hacerlo por nosotras. No va contra la religi¨®n, ni contra la ley¡±, insiste Al Ajrush, una pionera que ya particip¨® en la caravana de 1990 y de nuevo hace dos a?os. En la primera ocasi¨®n, la polic¨ªa se incaut¨® de todos los negativos de su estudio; en la segunda, perdi¨® su trabajo en la empresa de consultor¨ªa en la que trabajaba.
En principio no es ilegal que las mujeres conduzcan, como ha reconocido recientemente un miembro de la Comisi¨®n para la Promoci¨®n de la Virtud y la Prevenci¨®n del Vicio, la polic¨ªa religiosa. En las zonas rurales las beduinas siempre lo han hecho sin que nadie se lo impida, sin embargo en las ciudades es otra cosa. El asunto se ha convertido en un s¨ªmbolo del tira y afloja entre los fundamentalistas y los liberales del r¨¦gimen. Las autoridades se parapetan en la falta de aceptaci¨®n social para no dar un paso al que se oponen los sectores m¨¢s retr¨®grados. Un informe de Consejo de Ulemas, la m¨¢s alta autoridad religiosa saud¨ª, advirti¨® hace dos a?os de que permitir que las mujeres condujeran acabar¨ªa con la virginidad y aumentar¨ªa la homosexualidad, la prostituci¨®n y las tasas de divorcio.
Pero algo est¨¢ cambiando. Las activistas han notado que la campa?a ha encontrado ¡°bastante menos¡± oposici¨®n que en anteriores ocasiones. Apuntan al reciente anuncio de que la polic¨ªa religiosa no va a detener a las conductoras como un avance. Adem¨¢s, cuando en un intento por contrarrestar su efecto, un cl¨¦rigo ha salido con la perla de que conducir ¡°afecta a los ovarios y la pelvis¡±, y que ¡°las mujeres que lo hacen con asiduidad dan a luz a ni?os con problemas¡±, los saud¨ªes se han burlado de ¨¦l en las redes sociales.
Al Nafjan considera ¡°un buen signo¡± que los polic¨ªas que pararon el coche conducido por su amiga Azza se mostraran ¡°sonrientes, tranquilos y con una actitud positiva¡±. Varios de ellos le dijeron que, a t¨ªtulo personal, apoyaban que las mujeres condujeran, pero que ten¨ªan que cumplir su obligaci¨®n.
¡°Ni yo ni ning¨²n hombre somos qui¨¦n para dictarles lo que pueden o no pueden hacer, y muchas mujeres carecen de medios econ¨®micos para costearse un conductor¡±, expone Zaki Safar, un joven ingeniero que ha firmado en apoyo de la campa?a. ¡°Si ganan 3.000 o 4.000 riales [600 o 800 euros] y tienen que pagar 2.000 a un ch¨®fer, no les queda para vivir; adem¨¢s, ese dinero se va fuera del pa¨ªs¡±, argumenta.
A pesar de todo, las activistas no esperan una respuesta inmediata por parte de las autoridades. ¡°Es un gesto simb¨®lico, pero la presi¨®n tiene que continuar¡±, concluye Al Ajroush. De momento, el Consejo Consultivo (Shura) designado por el rey ha desestimado una petici¨®n de tres mujeres miembros para debatir el asunto.
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