¡°El error de hoy puede ser norma de ma?ana¡±
El acad¨¦mico y lexic¨®grafo est¨¢ al frente de la revisi¨®n del Diccionario de la Real Academia
Los lexic¨®grafos parecen se?ores normales que trabajan en un banco. Enga?an. Se pasan la vida haciendo inventarios de palabras, analizando si han envejecido, si tendr¨¢n futuro, si se han colado de fuera o si han sumado otro significado al que ya ten¨ªan. Como si radiografiar el vocabulario fuese tan com¨²n como radiografiar esqueletos. Pedro ?lvarez de Miranda (Roma, 1953), el acad¨¦mico y lexic¨®grafo que est¨¢ al frente de la revisi¨®n del Diccionario de la Real Academia Espa?ola (DRAE), tambi¨¦n parece un se?or normal cuando llega al restaurante. Hasta que se sienta y desvela cu¨¢ndo percibi¨® la llamada de la selva. O, cuando menos, el primer toque del futuro.
A los 15 a?os, sin saber claro est¨¢ que ser¨ªa el principio de una larga amistad, asisti¨® a una sesi¨®n de ingreso en la Academia. Convengamos que el hecho, a tales edades, resulta singular. Su efecto lo es m¨¢s: ¡°Me impresion¨®¡±. Se convirti¨® en coleccionista de discursos. En 2011, cuando ley¨® el propio tras ser elegido acad¨¦mico, dispon¨ªa de 258 de los 260 publicados hasta entonces. De ellos ech¨® mano para construir el suyo, un repaso por la oratoria desplegada por los acad¨¦micos el d¨ªa que acced¨ªan a la casa y que arranc¨® m¨¢s de una sonrisa. ¡°Hay que tener piedad del p¨²blico, no puedes endosarle un discurso t¨¦cnico sobre lexicograf¨ªa. Creo que result¨® ameno¡±, recuerda en este local situado a pocos minutos de la RAE.
Zorrilla lo hizo en verso. Azor¨ªn trenz¨® una pieza literaria. Gald¨®s teoriz¨® sobre la novela. Merino cont¨® un cuento. ?Han cambiado los temas? ¡°En el XIX hab¨ªa una gran preocupaci¨®n por el purismo. Hay discursos muy conservadores y alarmistas sobre los peligros que acechan a la lengua. Hay un acad¨¦mico que pone el grito en el cielo por el lenguaje del telegrama diciendo que va a destrozar la sintaxis, que no sufri¨® el m¨¢s m¨ªnimo menoscabo. La lengua es muy sabia y sobrevive a los fen¨®menos novedosos¡±. El telegrama de ayer es el SMS de hoy. A ?lvarez de Miranda, catedr¨¢tico de Lengua espa?ola en la Universidad Aut¨®noma de Madrid, no le asusta. Si un alumno wasapea donde puede y redacta un examen como debe, nada preocupante observa el lexic¨®grafo, que incluso elogia el impacto positivo de esa ¡°gimnasia mental¡±.
La historia de la lengua, adem¨¢s, aconseja huir del integrismo. ¡°El error de hoy puede ser la norma de ma?ana. No se puede poner puertas al campo. Es m¨¢s f¨¢cil rasgarse las vestiduras que ser eficaz, pero si la lengua decide ir por un camino, es soberana para hacerlo. Es imprevisible y muy democr¨¢tica¡±, sostiene.
La vaca Ver¨®nica. Madrid
Pasta con carabineros (2): 44 euros
Mel¨®n: 5 euros
Agua, cerveza: 5,50.
Caf¨¦s: cortes¨ªa de la casa.
Total: 54,50 euros.
Otra cosa son los diccionarios. Por lo general, lentos en la era Gutenberg (se presume que sus ritmos digitales cambiar¨¢n). El actual, con 88.000 entradas, se public¨® en 2001. ¡°El DRAE necesita refundarse, sigue siendo el tataranieto del Diccionario de autoridades. Uno de sus problemas no es lo que le falta sino lo que le sobra¡±, afirma su director. La versi¨®n 23? saldr¨¢ en 2014, como guinda del tricentenario de la RAE. Incorporar¨¢ nuevas voces que representan nuevas realidades. Mileurista, por ejemplo. Una palabra acu?ada en una carta enviada a este peri¨®dico y que hizo fortuna. ?lvarez de Miranda la caz¨® al vuelo y la someti¨® a debate en la Academia. Una palabra que la realidad econ¨®mica ha matizado, como reconoce el lexic¨®grafo: ¡°Qu¨¦ m¨¢s quisieran muchos ahora que ser mileuristas¡±.
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